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Criadores exigen que el INASE levante el bloqueo del registro de semillas legales

La Red de Criadores Nacionales (RCN) emitió un comunicado demandando que el Instituto Nacional de Semillas (INASE) levante el bloqueo que impide renovar permisos e inscribir nuevas variedades desde el primero de marzo de este año.

El INASE es la institución que debe certificar el origen y la calidad de las semillas, a fin de no sólo generar un registro de propiedad, sino también habilitar la venta legal de genéticas para garantizar el cultivo de cannabis en el marco de la Ley de Cannabis Medicinal (27.350).

Es decir, sin dicho registro las semillas de cannabis no puede acceder al circuito legal y pone en situación de riesgo penal a quienes las producen y a quienes las necesitan. De un día para otro.

La situación se mantiene en una total incertidumbre, pese a la certeza que emana de la reciente resolución 1780/2025 del Ministerio de Salud de la Nación que subrayó el carácter indispensable del uso de semillas registradas y legales.

Con el foco puesto en la trazabilidad y la calidad del cannabis medicinal, uno de los puntos clave de la nueva regulación es que todas las personas jurídicas habilitadas para cultivar cannabis con fines medicinales para terceros deberán utilizar “variedades genéticas previamente registradas”.

Sin embargo, en paralelo, el Instituto Nacional de Semillas (INASE) —organismo responsable del registro de cultivares— suspendió el sistema de altas, renovaciones y registros en curso vinculados al cannabis sativa L., situación que pone al sector en una zona gris legal.

El reclamo de los criadores

Desde la RCN, que reúne a quienes desarrollan genéticas adaptadas al contexto local y orientadas a terapias específicas, expresaron su “preocupación por el bloqueo injustificado que sufren quienes sostienen la soberanía genética del cannabis medicinal en el país”.

Hasta no hace mucho tiempo, ser criador de cannabis en Argentina era completamente ilegal. Todo cambió cuando se impuso la racionalidad: si en Argentina el cannabis medicinal puede cultivarse legalmente, es necesario que haya semillas legales de calidad.

En 2022, el paso lo dio el INASE que, mediante una resolución, permitió que comiencen a registrarse semillas de cannabis bajo el mismo régimen que cualquier otro cultivo.

«Esa decisión no solo nos dio un lugar legítimo en la industria, sino que también nos permitió proteger nuestra propiedad intelectual, nuestro trabajo y escalar nuestro trabajo hacia un mercado formal tanto medicinal como industrial», explica a THC Ramiro Gopar, parte de la RCN.

«Fue como salir de la oscuridad a la luz, sabiendo que lo que muchos creyeron que no lo verían finalmente estaba ocurriendo: el fitomejoramiento del cannabis como una profesión respetada y un pilar de la soberanía genética argentina», asegura Gopar, quien también es consultor en cultivos a escala.

Sin embargo, el primero de marzo de 2025 el INASE tomo una decisión que puso en riesgo todo el sistema.  Ese día «operadores inscriptos en el Registro Nacional de Comercio y Fiscalización de Semillas (RNCyFS) se encontraron con sus perfiles bloqueados”, denuncian desde la RNC.

“La suspensión de nuevas inscripciones es arbitraria e irracional, este freno pone en jaque la renovación de autorizaciones a partir del 31 de mayo», sostiene Gopar. Y agrega: «cientos de establecimientos podrían quedar en un limbo legal y enfrentar el riesgo de ser considerados ilícitos”.

Esa medida impide renovar permisos 2025/2026, lo que, según afirman, “ocurrió de manera arbitraria y sin mediar un acto administrativo previo, es decir, sin un sustento legal que así lo avale”.

Desde la aprobación del marco legal para el uso medicinal de cannabis en 2017 (Ley 27.350), y particularmente tras el decreto reglamentario 883/2020, el INASE avanzó en la incorporación de variedades de cannabis sativa al Registro Nacional de Cultivares, permitiendo la legalización de criaderos, viveros y fitomejoradores.

Industria y derechos en riesgo

“El registro de semillas es la base de todo: sin semillas certificadas no hay cultivo medicinal, no hay industria nacional, no hay investigación científica posible. Es el primer eslabón de la cadena de valor”, asegura Gopar.

Según datos oficiales, hasta diciembre de 2023 se habían registrado 40 genéticas en el INASE.

No obstante, los criadores advierten que el escenario se deterioró significativamente en el último año y medio. “El INASE cambió radicalmente su tesitura. Paradojalmente, sin que hayan cambiado las normas de fondo, la situación actual para los criadores es notablemente peor”, alertan en su comunicado.

Uno de los puntos más delicados es que el requisito ministerial de trabajar solo con genéticas registradas choca con la parálisis del sistema de registro. Para los criadores, esto “obliga a los pacientes inscriptos en REPROCANN a obtener el material vegetal en un mercado ilegal”.

Y advierten: “Si se eliminan los permisos a los productores declarados que trabajan con variedades registradas, ¿de dónde van a obtener los pacientes la materia prima para producir medicina?”.

Además, cuestionan la inseguridad jurídica: “La autoridad de aplicación conminó a la totalidad de los establecimientos a transitar hasta el 31 de mayo una situación de indefensión que los confronta con la posibilidad de tener conflictos con la ley penal”.

En este contexto, quienes desarrollan genéticas para uso terapéutico reclaman una solución urgente.

“Los criadores nacionales estamos convencidos de nuestra contribución a la soberanía genética y al derecho al acceso a la salud”, concluyen.

Y advierten que si no se resuelve el conflicto, el Estado “estaría echando por tierra los esfuerzos e inversión de tiempo y dinero de quienes apostaron al crecimiento de la industria”, además de vulnerar “el derecho a ejercer la industria lícita” y comprometer “el acceso seguro y trazable al cannabis medicinal”.

El bloque del INASE

Lejos de tratarse de una cuestión meramente administrativa, la función del INASE constituye la base operativa que permite hacer efectivo el derecho al cultivo, contemplado en la Ley Nacional de Cannabis Medicinal (27.350).

Del INASE dependen las autorizaciones necesarias para todo el proceso que garantiza la legalidad de las semillas nacionales: desde su desarrollo y producción hasta su distribución y comercialización.

Los permisos de INASE se dividen en estas seis categorías:

  • A – CRIADERO. Es aquel dedicado al fitomejoramiento, búsqueda e inscripción de nuevas variedades. Puede comercializar su producción de semilla.
  • B – INTRODUCTOR. Es aquel que ingresa al país germoplasma extranjero con fines comerciales. Multiplica los materiales y puede comercializar semillas.
  • E – IDENTIFICADOR. Es aquel que produce y comercializa semilla de clase identificada, de variedades creadas por un criadero (A). Es responsable del contenido del envase frente al usuario por reclamos de calidad e identidad. Puede comercializar su producción de semilla.
  • F – COMERCIANTE EXPENDEDOR. Es aquel que comercializa semilla producida por terceros. No está autorizado a multiplicar semilla ni a rotular.
  • H – PRODUCTOR BAJO CONDICIONES CONTROLADAS. Es aquel que multiplica semilla utilizando procesos de laboratorio o aplicando técnicas especiales que aseguren la sanidad del material o aceleren su germinación. Pueden comercializar su producción.
  • K – VIVERO IDENTIFICADOR. Produce material de propagación agámica (esqueje) o plantines de variedades de un criadero. Puede producir y rotular su producción. Incluye también a aquel que únicamente comercialice variedades de terceros en forma de plantín o esqueje.

Sin embargo, ante el inminente vencimiento de los permisos, quienes intentan renovarlos se encuentran con el sistema bloqueado. Al comunicarse por correo electrónico, reciben la siguiente respuesta:

Por medio del presente, informo que se bloqueó el acceso al sistema de gestión de los operadores que operan con la especie Cannabis sativa L.. Las empresas en cuestión siguen vigentes hasta el 31/03/2025 con 60 días de prórroga, tiempo en el cual pueden seguir operando.

Para poder desbloquear el usuario y que puedan realizar la renovación anual, a los sujetos que operen con Cáñamo industrial (<1%) sugerimos verificar el cumplimiento de la Res. 1/24 de la ARICCAME.

En cuanto a los sujetos que operan con Cannabis Medicinal (>1% THC),  informamos que estamos trabajando para poder brindarles una respuesta en el menor tiempo posible. Resaltamos que no se ha impedido la actividad de la empresa, sino que suspendimos la opción de renovación 2025/2026 hasta aclarar debidamente la aplicación de la Ley 27669.

“Sin el registro, los criadores como yo no podemos formalizar nuestra genética. Lo que nos condena a la informalidad y limita el acceso a mercados”, explica Gopar.

“Queremos seguir trabajando a derecho, aportando al crecimiento de la Argentina y al bienestar de los usuarios medicinales”, subraya.

Y, por supuesto, remarca la urgencia de salir de esta situación crítica: “El INASE tendría que actuar esta misma semana para evitar el colapso de la industria”.