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Soy Rada: “El cannabis es un recreo”

Desde chico, Agustín entendió que lo que le gusta no es usual. Quería hacer reír y, al mismo tiempo, hacer trucos de magia para mantener atento al público. La primera vez que lo hizo fue a los 12 años. A los 13 se hizo unas tarjetas de presentación. En esos rectángulos de cartón se leía: “Radagast, magia cómica”.

Cuando nos encontramos, queríamos hablar de la risa y del cannabis, pero además de eso terminamos charlando del universo al que nos transportan la música y el juego. 

Vos no te definís como mago, ¿qué lugar ocupa para vos la magia entonces?
La magia para mí es una herramienta de comunicación que utilizo para hacer reír. A los 13 años me hice una tarjeta que decía “magia cómica” porque no me sentía ni mago ni  cómico, sentía que era un poquito de las dos cosas y siempre el tema de la etiqueta me jodía mucho, porque mis colegas me decían “Vos no sos mago”, y para ser cómico era muy pendejo. Entonces busqué ese título que era “magia cómica”, yo hacía magia con humor o humor con magia. La magia cómica es un truco que en sí te hace reír. Yo lo que hacía era un guion de humor donde le metía como excusa, para poder contar ese guion, un truco de magia. Me hinchaba mucho las pelotas el tema de la etiqueta, de qué era yo, hasta que un día conocí a un chabón, como un gurú salvador, que me dijo: “No importa qué sos, porque vos ya sos Rada. Lo único que te tiene que importar es ser el mejor Rada”. Y ese día dije: “Soy Rada”. ¿Qué soy? Soy un payaso, si querés.

CUANDO UN NENE ESTÁ JUGANDO A QUE ESTÁ EN UN BOSQUE PERDIDO EN EL GARAGE DE SU CASA, NO HAY  FILTROS: ¡ESTÁ EN UN BOSQUE! Y MIS PRIMERAS EXPERIENCIAS CON EL CANNABIS FUERON COMO ESO.

¿Creés que el cannabis te vinculó de una manera particular con la risa?
Sí, obvio. En mis primeras investigaciones cannábicas era como que me destapaba un montón de filtros, me conectaba con otras cosas, me hacía reír de otras cosas.

¿Es un potenciador?
El cannabis es un recreo. Y cuando uno está en el recreo, cuando está jugando, no hay límites. Cuando un nene está jugando a que está en un bosque perdido en el garage de su casa, no hay  filtros, no hay un “esto sí, esto no”. “¡Estoy en un bosque, boludo!”. Y mis primeras experiencias con el cannabis fueron como eso: me estoy riendo de una tapa de una gaseosa. Y no era un porro alucinógeno, eh. Era un porro.

¿Cuándo llegaste al punto en que empezaste a ver al cannabis no como “una droga”, sino como una planta?
Hace ratazo. Hay que sacarse ya el chip de “es una droga” o “es la puerta de entrada”. No, es una planta, que a mucha gente le hace muy bien, a otra gente le hace mal. Pero creo  que les hace más bien a los que les hace bien, que mal a los que les hace mal. Tampoco estoy en el plan de que es una planta sagrada. Es una planta, como el tabaco, como el café. El diazepam no es una planta, el clonazepam tampoco. Y hay gente que los necesita, no estoy en contra de la química. Pero, yendo al punto, para mí la marihuana no es comparable a otras drogas.

“VIVIMOS EN UNA CULTURA DONDE NO ESTÁ PERMITIDO EL JUEGO. EL QUE JUEGA ES UN INMADURO Y EL QUE ES UN INMADURO, ES UN PELOTUDO”

¿En qué sentido lo decís?
Para mí el cannabis es buena onda. Las demás para mí no son buena onda. Por más que algunas te generan buena onda, alegría y diversión, no sé. Mi experiencia, si las ponemos a todas en el mismo lugar de “drogas”, es con el cannabis.

¿Alguna vez te preguntaste si al prohibir el cannabis no están en realidad prohibiendo otra cosa?, ¿como jugar, por ejemplo?
Claro, vivimos en una cultura donde no está permitido el juego. El que juega es un  inmaduro y el que es un inmaduro, es un pelotudo. No. Yo juego, loco, de verdad. Pero cuando juego, no me pongo a jugar al tecito o a Rambo con un Spiderman en mi casa. No, escuchame: juego. Y creo que muchas más de las personas que creen que no juegan, juegan. Cuando vas en el auto hablando solo, flasheando, ¡estás jugando, boludo! Si estás en la ducha cantando como Pavarotti, ¡estás jugando!

Texto: Martín Armada / Fotos: Javier Obando

Lee la entrevista completa en la Revista THC 110