Canadá legalizó el cannabis para todo fin en 2018. En el país del norte, además de poder cultivar en casa, las personas pueden adquirir cannabis en dispensarios.
En muy poco tiempo surgió un mercado cannábico que genera millones en ingresos e impuestos e impulsó un nuevo universo laboral.
Los cogollos que se consiguen en los locales habilitados son producidos en cultivos que requieren una licencia del Estado para funcionar. Y el sistema está bastante organizado.
Tipos de licencia
Actualmente existen tres tipos de licencias de cultivo, diferenciadas principalmente por el espacio a ocupar. La licencia Standard no contempla ninguna limitación para cultivo interior o exterior, la licencia Micro es para cultivos de hasta 200 metros cuadrados.
Por último está la licencia conocida como Nursery que permite unos 50 metros cuadrados y está diseñada para emprendimientos de clonación o reproducción.
Existen tres tipos de licencia: Standard, Micro y Nursery. La menor permite hasta 50 metros cuadrados de cultivo
Estas categorías no limitan el tipo de cultivo ni los medios usados: pueden ser cultivos estacionales de exterior o todo el año en interior, con instalación de invernaderos temporales o permanentes.
Al no existir requerimientos de cultivo, los productores pueden innovar en tecnologías que van desde cultivos totalmente ecológicos y tradicionales al aire libre a aeroponía, hidroponía o cultivo vertical.
Los permisos
Por las superficies comprendidas, las opciones Micro y Nursery son las más usadas por los pequeños productores de cannabis, que apuestan al mercado artesanal. Se trata de una producción generalmente orgánica y con variedades exclusivas de criadores under.
La licencia Standard apunta a las grandes compañías que no sólo se dedican a la venta de cogollos sino también extracciones, comestibles o para el mercado de extractos medicinales.
las licencias habilitan la venta y distribución a empresas o individuos que cuenten con permisos de distribución, aunque excluyen la venta minorista
Estas licencias habilitan la venta y distribución a empresas o individuos que cuenten con permisos de distribución, análisis, investigación y desarrollo, aunque excluyen la venta minorista o a particulares.
Esto se debe a que las licencias de producción no contemplan los análisis de calidad del producto final, una figura llamada QAP (Quality Assurance Person), obligatoria para los distribuidores a comercios minoristas o productores de derivados (comestibles o extractos).
Otra limitación es que las licencias solo pueden ofrecer plantas vivas o semillas a los productores de cannabis medicinal.