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Editorial: Nueva Temporada

Llegan temperaturas más amables, aromas intensos, cielos despejados. Se inicia una nueva temporada de cultivo. Hay quienes eligen arrancar ni bien el calendario indica el comienzo de la primavera. Pero otras personas prefieren esperar un poco para no tener tantos meses de trabajo por delante.

Y no solo por eso: en países como Argentina tener plantas grandes, muchas veces más que una alegría es una preocupación. Una mirada indiscreta, un llamado anónimo puede hacernos pasar de la alegría de la abundancia a la pesadilla de una causa penal. Cada vez es más claro: nuestras leyes aún no están a la altura de nuestra realidad, ni de nuestros deseos, ni de nuestras necesidades.

Miremos el desarrollo de la cultura cannábica: ya no hay límites de edad, género, clase social o condición i­deológica. Cada vez más personas incluimos el cannabis en nuestras vidas con un objetivo en común: hacer que cada uno de nuestros días sea mejor.

Miremos la cultura cannábica: ya no hay límites de edad, género, clase social o i­deología. Cada vez más personas incluimos el cannabis para que nuestros días sean mejores

A su vez, el cultivo se desarrolla y se perfecciona, los criadores buscan generar nuevas opciones para que, en toda nuestra diversidad, podamos encontrar la variedad que más se acerca a nuestra búsqueda y a nuestras posibilidades.

Ese es el caso de las variedades autoflorecientes o automáticas. Si alguien necesita tener una cosecha de calidad en muy poco tiempo y no cuenta con el mejor de los espacios, por ejemplo un balcón a la calle asediado por las luces del alumbrado público, estas plantas son una alternativa para poder llevar adelante un cultivo satisfactorio.

Es más, el trabajo de quienes crean estas variedades ya está enfocado en mejorar cada vez más sus efectos, aromas, sabores e, incluso, su producción. Es parte de una enorme revolución cultural, social y tecnológica que aún se topa con el prohibicionismo: un conjunto de restos fósiles que aún tienen la capacidad de hacernos muchísimo daño bajo el amparo de la ley.

Por eso, la larga lucha por nuestros derechos no está resuelta. Las diferentes formas de regulación vienen demostrando éxitos en varios niveles. Se deja de invertir en perseguir el ejercicio de la libertad de las personas y aumentan las posibilidades económicas y sociales: desde el desarrollo de una industria que promueve prácticas que consideran el cuidado del medioambiente, hasta la creación de oportunidades de trabajo y desarrollo comunitario.

la ciencia y la medicina que trabajan para recuperar el tiempo que la prohibición nos hizo perder. Sin embargo, la criminalización continúa y las estrategias para mantenerla aún tienen sustento legal

A esto se le suman los aportes a la ciencia y la medicina que trabajan a ritmo sostenido para tratar de recuperar el tiempo que la prohibición nos hizo perder. Sin embargo, la criminalización continúa y las estrategias para mantenerla siguen teniendo sustento legal.

Es inminente la aprobación de una nueva reglamentación para la Ley de Cannabis Medicinal que, entre otras cosas, permitirá el autocultivo a las personas que se inscriban en un registro creado para ese fin. Si miramos el pasado reciente, es un avance que permitirá que miles de familias abandonen una clandestinidad que es sinónimo de crueldad.

Sin embargo, vistos con los ojos del presente y del futuro inmediato, aún necesitamos una regulación integral para que todas las personas que usamos y cultivamos cannabis podamos vivir sin miedo, con la tranquilidad que el cultivo nos enseña a valorar. Esa paz es nuestro derecho.

Feliz inicio de temporada, feliz vida.


?   @jacksnutrients / Esta editorial se publicó en la Revista THC 136