Las civilizaciones que habitaron lo que hoy conocemos como China desarrollaron por milenios una relación con las plantas nativas y sus variados usos. Tanto que el mítico emperador Shennong recomendaba abiertamente el cannabis.
Una gran parte de esas plantas utilizadas en la medicina china poseen registros de uso tan antiguos como cinco mil años atrás. La diversidad es enorme: en el mismo territorio habitado hace milenios existen montañas heladas, desiertos ardientes y selvas empapadas.
Y habría sido Shennong (神農), también conocido como el Divino Granjero, el responsable de transmitir tan valiosos conocimientos a sus compatriotas y descendientes.
En una cultura donde la historia y la medicina están profundamente enlazadas con un aspecto espiritual y en algunos casos hasta fantástico, el mítico emperador Shennong habría vivido en el siglo 28 antes de Cristo.
En un texto milenario, Shennong afirma: “Los cogollos picados se llaman mafen o mabo. El mejor tiempo para su recolección es el séptimo día del séptimo mes”
Cuentan que era un soberano amable y justo, aunque su aspecto era ligeramente peculiar. En las representaciones tiene cabeza de toro y cuerpo de hombre, como el Minotauro griego pero con un detalle: su estómago es transparente.
Hijo de una princesa y un dragón de los cielos, a Shennong se le atribuye por ejemplo la invención del arado (que empezó a usar a los 3 años de vida según la leyenda, después de aprender a hablar a los 3 días de nacido y a caminar una semana después) y es considerado el padre de la agricultura en la zona.
Se dice que gracias a él se domesticaron los vegetales fundamentales de la dieta oriental y mundial: arroz, mijo, trigo, sorgo y porotos.
Entre sus muchos nombres, Shennong es una verdadera divinidad de la medicina herbal china: cuenta la leyenda que gracias a su estómago transparente, podía confirmar que plantas eran venenosas y cuáles comestibles o medicinales.
Se le atribuye a este ser, en parte leyenda y en parte humano, la clasificación de 365 plantas diferentes para todo tipo de malestares o enfermedades, incluidas plantas tóxicas o venenosas.
Entre tantos logros, el mítico emperador registró en tiempos antiquísimos las propiedades terapéuticas del cannabis. Se le atribuye un texto llamado Bencao Jing que se perdió en el tiempo y fue recopilado recién por la dinastía Han entre el siglo 2 AC y 3 DC.
Shennong también recomendó el uso de cannabis para el paludismo, la constipación, beriberi (carencia de vitamina B1), la distracción continua (literal) y las molestias relacionadas al ciclo menstrual
En el texto, hoy conocido como Ben Cao ling li Zhu, Shennong afirma: “Los cogollos picados se llaman mafen o mabo. El mejor tiempo para su recolección es el séptimo día del séptimo mes. Las semillas se recolectan durante el noveno mes. Se dice que las semillas que hayan tocado el suelo son dañinas mientras las flores y los cálices son medicinales”.
Shennong también recomendó el uso de Cannabis para el paludismo, la constipación, beriberi (carencia de vitamina B1), la distracción continua (literal) y las molestias relacionadas al ciclo menstrual.
Parte leyenda y parte realidad, algo que se repite en los saberes sobre las plantas a lo largo de la Historia humana, debemos a Shennong un conocimiento que gracias a la medicina china, se extendió por el mundo antiguo hasta llegar a nuestros días.