El 2022 podría ser el último año que todos los usos del cannabis dejen de estar prohibidos en el deporte. Así lo anunció ayer la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), quien aseguró en un comunicado oficial que en los próximos meses revisará, a partir de una investigación científica, si dejará de condenar a la planta en las competencias internacionales, como los Juegos Olímpicos.
“Tras recibir solicitudes de varias partes interesadas, el Comité Ejecutivo respaldó la decisión del Grupo Asesor de Expertos de iniciar en 2022 una revisión científica del estado del cannabis”, dice el comunicado de AMA, luego de la reunión que tuvieron sus máximos dirigentes esta semana en Estambul, Turquía.
De todos modos, el organismo internacional aclaró que “el cannabis está actualmente prohibido en competición y seguirá estándolo en 2022”.
Es decir que, si AMA decide dejar de sancionar a los deportistas que utilizan cannabis, la medida entrará en vigencia recién en 2023.
Aún se desconocen los alcances que podría tener la medida, pero todo indica que podría ser un antes y un después en las historia del deporte y el cannabis.
El caso de Sha’Carri Richardson
La decisión del máximo órgano de control sobre las sustancias en el mundo del deporte sucede luego que la velocista estadounidense y máxima candidata a llevarse el oro en Tokyo 2020, Sha’Carri Richardson, se quedara afuera de la competencia olímpica por haber dado un doping positivo de cannabis.
La joven de 21 años dio una prueba positiva de cannabis, luego que resultara ganadora de los 100 metros en las pruebas olímpicas de Estados Unidos, en Eugene.
Sin embargo, Richardson no había fumado marihuana durante la competencia, que es lo que la AMA prohíbe. En cambio, sí lo había hecho varias semanas antes en el Estado de Oregon, donde allí el uso recreativo es legal.
“No es un momento irrazonable para hacer una revisión. Es sensato, nada está escrito en piedra. Te adaptás y, ocasionalmente, volvés a evaluar””, dijo el Presidente de la Federación Internacional de Atletismo, Sebastian Coe, sobre la vigente prohibición del cannabis.
Pero como el THC, principal cannabinoide de la planta, queda en sangre durante meses, las autoridades del dopaje decidieron suspenderla durante 30 días y la atleta, famosa además por su militancia LGBT+, quedó fuera del sueño olímpico.
“Soy humana”, publicó Richardson en su cuenta de Twitter al conocer el fallo de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos. Ella había admitido que utilizó cannabis para proteger su salud mental y sobrellevar mejor la muerte de su madre, que se enteró repentinamente mientras la entrevistaba un periodista en Oregon, donde se estaba entrenando.
“Me llevó a un estado de pánico emocional. No supe como controlar mis emociones en ese momento”, dijo Richardson.
El caso de Richardson alzó la voz de varias autoridades políticas y del deporte que se manifestaron en contra de apartar a la velocistas de los Juegos Olímpicos, así como también que se continúe prohibiendo una sustancia que su utilización no implica una ventaja en el rendimiento sobre el resto de los y las competidoras.
Uno de ellos fue el Presidente de la Federación Internacional de Atletismo, Sebastian Coe. “No es un momento irrazonable para hacer una revisión. Es sensato, nada está escrito en piedra. Te adaptás y, ocasionalmente, volvés a evaluar”, aseguró durante Tokyo 2020 sobre la revisión del cannabis dentro de AMA, una postura que el propio Coe impulsó.
Por otro lado, diferentes voces de la política de Estados Unidos también respaldaron a Richardson. “La marihuana no es una sustancia que mejora el rendimiento deportivo, a menos que sea un concurso de comer panchos”, dijo en la Cámara de Representantes Steve Cohen, diputado por el Estado de Tennessee.
Una lucha que avanza
Si bien ahora los reclamos por el caso Richardson fueron tan masivos que la AMA decidió rever la condena al cannabis, hace tiempo que en el mundo del deporte la planta gana más espacios y su prohibición pareciera, poco a poco, ir en camino a terminar.
El último antecedente sucedió a principios de este año, previo a las competencias de Tokyo 2020, cuando la AMA reclasificó al cannabis como una “droga de abuso”. Esto significa que las sanciones por el doping positivo bajaron de cuatro años a tres meses. Años antes, en 2016, la agencia elevó la cantidad permitida del THC de 15 a 150 nanogramos por mililitros de orina.
Además, otras ligas deportivas ya avanzaron a permitir diferentes componentes del cannabis, en Estados Unidos. En la próxima temporada de la NBA, que comienza el próximo mes, se dejarán de hacer dopajes por cannabis.
Este paso ya lo había dado Las Grandes Ligas del Béisbol, donde se sacó a la marihuana como sustancia prohibida. Por otro lado, las ligas de fútbol americano, hockey sobre hielo y fútbol permiten el CBD.
Por último, desde el Comité Olímpico Argentino le dicen a THC que ellos no tienen ninguna opinión sobre esta decisión de la AMA en revisar la prohibición del cannabis. “Nosotros vamos a hacer lo que diga la Comisión Nacional de Antidopaje”, aseguran.
Hasta el momento, la comisión -que depende del Ministerio de Turismo y Deportes- no ha dado respuestas de cómo puede impactar la decisión de la agencia internacional en las competencias argentinas.