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cannabis en el caribe@David Hamburg

Cannabis en el paraíso: la industria cannábica en el Caribe

El Caribe es una vasta región habitada por más de 44 millones de personas y atravesada –según registros oficiales– por seis idiomas. Islas y costas continentales confluyen en esta particular diversidad, que se manifiesta en aspectos culturales fusionados entre los pueblos originarios, la inmigración africana y atravesados por una fuerte influencia del catolicismo.

El caso del cannabis, por supuesto, no es la excepción: rituales musicales y religiosos se rinden alrededor de la ganja, tal como se lo conoce. Además, las condiciones climáticas de la zona resultan de las más especiales en el mundo para el cultivo de la planta.

De acuerdo a un ensayo realizado por la Universidad EAN, de Colombia, se observó que el Caribe resulta favorable para obtener buenas cantidades de THC y para evitar problemas fitosanitarios al contar con adecuadas luminosidad y temperatura. thc dialogó con Triston Thompson, ejecutivo de la consultora especializada Tacaya –radicada en Jamaica–, quien consideró que el Caribe es “el lugar ideal” para cultivar cannabis debido, entre otras cosas, al “reconocimiento de marca”. La zona es una meca de “ricas culturas enlazadas con la marihuana, como los rastafaris”, algo que atrae a los inversores.

A su vez, Thompson destaca que los Estados caribeños ofrecen facilidades concretas para ingresar a la industria  regulada, generando costos accesibles de producción y de mano de obra. Hoy en día, un inversionista interesado
“puede iniciar un proceso de cultivo con tan solo 500 dólares”. En el sentido económico, la ubicación del Caribe no es un detalle menor: tiene cercanía con grandes mercados de cannabis, entre ellos América del Norte y Europa.

Cannabis en el Caribe: regulación e industria

El Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC) relevó que el Caribe produce por ahora pequeñas cantidades de marihuana que, en general, son consumidas en el interior de la región. En ese contexto, Jamaica no solo aparece como el principal exportador y productor, sino también como pionero en políticas de regulación. En  2015 legalizó la planta para fines medicinales y suspendió los antecedentes penales para tenencias de hasta 56 gr.

En 2018 la Comunidad del Caribe (CARICOM) llamó a sus países miembros a encarar medidas similares a la de Jamaica. En ese mismo año Antigua y Barbuda despenalizó la tenencia de hasta 15 gr, mientras que San Vicente y las Granadinas aprobó la regulación de la industria de cannabis medicinal con una amnistía a los pequeños cultivadores
para que pasaran al mercado legal.

Desde entonces, San Vicente fue creciendo exponencialmente en el rubro. En 2022 se convirtió en el primer país del Caribe Oriental en concretar un intercambio con Europa: el Gobierno anunció la exportación de 49 kg de marihuana para uso medicinal con destino a Alemania. El ministro de Agricultura, Saboto Caesar, celebró el hecho y anunció que están “preparados para la industria global del bienestar medicinal”. Al mismo tiempo, adelantó que explorarán las posibilidades de la medicina tradicional y de la psicodélica.

La alegría que transmitió Caesar tenía su razón de ser. El intercambio con Alemania le brindó al país una posibilidad tangible de recuperación económica tras lo que fue una tragedia: en abril de 2021 el volcán La Soufriere erupcionó luego de 40 años de inactividad y arrasó con todo lo que estaba a su paso, incluidas las plantaciones de cannabis.

Cambios recientes

Adrián Jiménez es miembro de la Red de Estudios Sobre Drogas en América Latina (REDESDAL), que reúne a académicos expertos en sustancias de uso ilícito. En diálogo con THC analizó las legislaciones caribeñas que, salvo
excepciones, son similares. “El Caribe es muy prohibicionista en general. Un ejemplo es que la policía puede entrar a las casas sin orden judicial”, detalló.

Aunque la persecución sea moneda corriente según su visión, Jiménez cree que algo está cambiando: “Con la ley que logró Jamaica en 2015 el prohibicionismo fue bajando. Este cambio se está dando en la industria y en lo medicinal; no así en el consumo recreativo”, dijo. Luego, el académico agregó que “la paulatina regulación del cannabis en Estados Unidos influyó para que los países caribeños hicieran lo mismo”.

Tras la erupción del volcán La Soufriere en San Vicente, desde Jamaica decidieron colaborar con la recuperación del sector cannábico de aquel país a través de un gesto de hermandad y empatía sin precedentes, para que su industria cannábica vuelva a crecer. La empresa Pure Jamaican donó 10.000 semillas feminizadas que significaron un oasis para el devastado entorno del lugar afectado.

El director ejecutivo del organismo Medicinal Cannabis Authority (MCA) de San Vicente, Jerrol Thompson,  agradeció la donación y explicó que no solo “ayudó a rehabilitar los medios de vida y la capacidad de producción de los agricultores, sino que también mejoró la calidad de las semillas como material de plantación especialmente diseñado para un entorno tropical”.

Asimismo, exhortó a que este hecho “histórico y generoso inspire una cooperación aún mayor y sirva de ejemplo para el mundo”. Este suceso no hizo más que reafirmar la condición de Jamaica como principal exponente y productor de cannabis en el Caribe.