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San Miguel: prohiben los growshops y la información sobre cannabis

El Concejo Deliberante de San Miguel se prepara para sancionar una ordenanza que pretende prohibir los growshops en el municipio bonaerense. Es una historia que tiene capítulos anteriores, en los que el titular de la Subsecretaría de Control y Ordenamiento Urbano, Mariano L. Calvente, impulsó sin sustento legal alguno la clausura del local Jardín Primitivo.

Por entonces, luego de que se pusiera en riesgo la fuente de trabajo de varias personas y de que se realizaran clausuras irregulares en medio de la noche, la Jueza Graciela Garcete, a cargo del Juzgado de Paz de San Miguel, resolvió que el local podía permanecer abierto.

La ordenanza “ratifica la prohibición en el ámbito del municipio de San Miguel de la comercialización y/o venta de parafernalia/elementos destinados al consumo recreativo de cannabis”, desconociendo toda la legislación nacional

Sin embargo, al parecer la dependencia municipal a cargo de Calvente tiene como objetivo impedir el ejercicio de esta actividad comercial legítima, en la que no se realiza ninguna acción ilegal. 

Ante todo, los growshops son espacios donde se brindan insumos y asesoramiento esenciales para el cultivo de cannabis, un derecho consagrado tanto por la constitución nacional como por la ley nacional de Cannabis Medicinal (27.350) y sus sucesivas reglamentaciones que derivaron en la creación del Reprocann que habilita el cultivo personal, solidario y colectivo de cannabis para uso medicinal.

La ordenanza de San Miguel que busca prohibir los growshops

La nueva ordenanza, impulsada por Calvente, es categórica en su espíritu prohibicionista para los growshops de San Miguel. En su artículo 1 dice: “Se ratifica la prohibición en el ámbito del municipio de San Miguel de la comercialización y/o venta de parafernalia/elementos destinados al consumo recreativo de cannabis, así como la venta de instructivos tendientes a asesorar acerca del cultivo de Marihuana e insumos para facilitar su producción, quedando exceptuadas de la misma los establecimientos expresamente autorizados por la ley 27.350”. 

La Ley de Cannabis Medicinal hace énfasis en el acceso a la medicina. Por eso existe el Registro del Programa de Cannabis, que habilita al uso de la planta en cualquiera de sus formas. Incluso, con la utilización de sedas, como venden los growshops.

Los concejales de San Miguel buscan prohibir los growshops y la información sobre cannabis

En principio ninguno de los elementos que se busca prohibir están prohibidos. Es decir, la ordenanza busca declarar ilegal en un municipio objetos (parafernalia e insumos para el cultivo) y acciones (informar sobre cultivo de cannabis) que no son ilegales en nuestro país.

Por otra parte, desconoce el funcionamiento de la ley 27.350, dado que no depende de esta ley brindar habilitaciones de ningún tipo. Por ende, ya desde el primer artículo lo que busca el proyecto de San Miguel es borrar la realidad invocando una legalidad que ignora.

Censura en San Miguel

En su segundo artículo, el proyecto vuelve a subrayar su vocación de prohibir. “Se prohibe que establecimientos comerciales promocionen el consumo de cannabis mediante cartelería o anuncios relacionados a la venta de los productos y elementos mencionados en el artículo anterior. Ello por no encontrarse vinculado a ningún rubro habilitante de este municipio y por ser contrario a la ley penal 23.737”.

En pocas palabras, lo que se propone el proyecto es que no puede siquiera mostrarse una bolsa de sustrato, por no hablar de lo que ocurriría si se exhibiera la imagen de un vaporizador.

La norma impulsada por el municipio de San Miguel “prohibe que establecimientos comerciales promocionen el consumo de cannabis mediante cartelería o anuncios relacionados a la venta de los productos y elementos” relacionados al cultivo

Lo que ostensiblemente se ignora es que ni una bolsa de tierra ni un dispositivo para uso de cannabis son ilegales en Argentina. Y es más, claramente se desconoce que tanto el cultivo como el uso de dispositivos para el uso de cannabis forman parte de derechos consagrados por la legislación vigente. 

Con ese mismo criterio, por dar un ejemplo sencillo, publicaciones como THC no podrían exhibirse en ningún kiosko de San Miguel. Bajo ese mismo criterio desprovisto de argumentos, debería considerarse un delito tener un ejemplar en una sala de espera de un consultorio médico.

La falta de un rubro habilitante para este tipo de comercios, en consecuencia, habla mucho más de la parcialidad y la falta de respuestas operativas de la Dirección de Habilitaciones del Municipio que de la legalidad de un comercio de este tipo.

Un prohibicionismo antiguo

“Volvimos 40 años atrás con el prohibicionismo. Me siento frustrado”, le dice a THC Mauro Benedetto, Secretario de la Cámara Empresarial de Grows Argentinos (CamEG). Pero además, él sufrió en primera persona el prohibicionismo de San Miguel. 

Benedetto es dueño del growshop Jardín Primitivo que fue clausurado arbitrariamente por la Municipalidad de San Miguel, en enero de este año. Luego del hecho, no solo que la unión del activismo y la industria lograron reabrir el local. Sino que además fue clave en el impulso para formar la organización de las tiendas de cultivo.

Sin embargo, Benedetto ve un panorama poco favorable. Según pudo sondear en el Consejo Deliberante, “la ordenanza se va a aprobar”. 

“La pluralidad de opiniones debe estar siempre. Pero no es sano que en plena democracia saquen una ordenanza que contradice leyes nacionales superiores. Además van a dejar a gente sin trabajo”, asegura THC Mauro Benedetto, Secretario de la Cámara Empresarial de Grows Argentinos (CamEG)

“La pluralidad de opiniones debe estar siempre. Pero no es sano que en plena democracia saquen una ordenanza que contradice leyes nacionales superiores. Además van a dejar a gente sin trabajo”, asegura.

“Con respecto al cannabis tuvimos avances en materia legislativa, cultural y hay respaldo tanto científico como estatal. Ahora, encontrarnos con esta ordenanza es fuertísimo”, dice Benedetto. En este sentido, se pregunta cómo podría convivir con las normativas ya sancionadas a nivel nacional.

“Cuando lleguen las semillas o plantines habilitadas por el Inase, ¿quién me asegura a mí que esta municipalidad no me allane el local porque tengo plantas autorizadas por el Gobierno Nacional?”, dice Benedetto y luego cierra: “Tengo un nivel de tristeza increíble”.