La mandrágora es una planta de poder visionario que fue central en rituales paganos. Su compuesto activo alivia náuseas y vómitos. Fue empleada con usos medicinales y ceremoniales por distintas civilizaciones antiguas, como la egipcia y la griega, y posteriormente fue utilizada en Europa y Medio Oriente.
En 1956 el químico húngaro L. Folder sintetizó por primera vez la escopolamina, principal alcaloide psicoactivo presente en la planta de mandrágora.
Usos y efectos de la mandrágora
En la medicina tradicional se usaba contra el insomnio, como anestésico para cirugías, como laxante y afrodisíaco. En la medicina moderna se suele usar como tratamiento para la gota, antídoto contra los envenenamientos, antiemético y para quitar mareos.
Gracias a sus efectos enteógenos, la mandrágora formaba parte de la mayoría de los rituales paganos europeos y de Medio Oriente, siendo el principal ingrediente de los brebajes que preparaban las brujas.
La descripción de los rituales es lo que más tarde servirá para alimentar el mito de que brujas o hechiceras utilizaban la mandrágora para “poder volar”.
Preparaciones
- Ungüentos: Las hojas y las raíces son empleadas para preparar ungüentos de uso tópico, generalmente en conjunto con otras plantas enteógenas.
- Fumado: Las raíces secas son utilizadas para armar cigarrillos.
- Vino: Las diferentes partes de la planta son fermentadas para la elaboración de vinos. Estas bebidas son tan fuertes que necesitan rebajarse con al menos ocho partes de agua para que sean más seguras y pueden llegar a ser diluidas hasta en 20 partes de agua.
Claves de cultivo de la mandrágora
Su cultivo no requiere muchos cuidados pero sí la tierra debe mantenerse considerablemente húmeda. Precisa suelos que drenen bien y que sean ácidos o neutros. Resiste muy bien el frío pero no el calor, por lo que crece mejor en semisombra o sombra.
Cuidados generales
Contiene alcaloides tropanos, cuya ingesta, tanto por dosis o modo de administración, puede causar estados de coma o muerte. Los efectos alucinógenos de esta planta se caracterizan por una nula conciencia de que se está bajo los mismos, por lo que su consumo debe realizarse siempre en compañía de una persona que no haya consumido y que tenga la experiencia suficiente para oficiar de cuidador.
Está contraindicada en niños, mujeres embarazadas, personas con antecedentes psiquiátricos o en tratamiento con psicofármacos. Su uso en conjunto con otros enteógenos incrementa los riesgos: los efectos de la interacción pueden ser inesperados.