El uso de aceite de cannabis con fines terapéuticos plantea un verdadero fenómeno social, no solo porque revincula a las personas con una planta largamente estigmatizada, sino también porque permite establecer nuevos lazos en múltiples direcciones.
Por un lado, si quien usa el aceite cultiva la planta el proceso terapéutico se enriquece a partir del empoderamiento y la reconexión con la naturaleza. El o la “paciente” deja de esperar la cura en clave de fármaco recetado y adquiere un compromiso activo con su tratamiento.
Por otra parte, hace que las personas se vinculen de otro modo con otras que también iniciaron este proceso de aprendizaje y mejora de la calidad de vida. El tratamiento deja de ser una suerte de batalla que se libra en soledad para convertirse en un proceso donde se pueden descubrir sentidos vitales.
Y, no menos importante, redefine la forma en la que se relacionan pacientes y profesionales de la salud: la vieja verticalidad, se transforma en un proceso donde quien tiene comprometido su cuerpo y su ánimo es también protagonista del tratamiento.
El cannabis redefine la forma en la que se relacionan pacientes y profesionales de la salud: la vieja verticalidad, se transforma en un proceso donde quien tiene comprometido su cuerpo y su ánimo es también protagonista del tratamiento
Todo esto no implica que siempre sea muy importante contar con acompañamiento de un profesional de la Salud y de familiares.
En cuanto al uso de aceite de cannabis, es clave utilizar la menor dosis y concentración posible. En caso de ser necesario aumentarla, se recomienda hacerlo paulatinamente.
Si se usan dosis altas o se aumenta muy rápido la dosis, el organismo puede saturarse de cannabinoides, disminuyendo el efecto que estos producen, por lo que en esos casos es necesario suspender el tratamiento por unos días y volver a reiniciarlo.
Revisemos algunas pautas centrales:
Forma de uso
Colocar la o las gotas debajo de la lengua. De esta manera los cannabinoides y principios activos son absorbidos por la mucosa de la boca, llegando a la sangre de manera rápida y eficiente.
Podemos realizar la aplicación frente a un espejo para evitar que caigan gotas de más.
Es fundamental no tocar la boca con el gotero, para evitar contaminar el aceite al reingresar el gotero en el frasco.
Luego de la aplicación, no comer ni ingerir líquidos por un rato.
Recomendaciones generales
Es importante usar la menor dosis posible y de ser necesario aumentarla en forma lenta, para evitar saturar el cuerpo de cannabinoides y que disminuyan sus efectos.
Es recomendable contar con acompañamiento de un profesional de la salud capacitado y que el uso de cannabis esté asentado en la historia clínica de la persona.
Es importante el acompañamiento de un familiar en el tratamiento, para poder evaluar en conjunto con la persona el progreso del mismo.
Es recomendable realizar un seguimiento semanal, puntuando en forma subjetiva y personal su situación en cuanto a los indicadores observados.
Por ejemplo: estado anímico, calidad de sueño, apetito, dolor, temblores, rigidez muscular, vómitos, etc. Mantener el preparado alejado del sol directo o fuentes de calor
Esquemas de dosificación posibles
Días 1 al 5 · Una gota por la noche, al acostarse a dormir.
Días 6 al 10 · Una gota por la noche, antes de ir a dormir + una gota por la mañana.
Días 10 al 15 · Una gota por la noche, antes de ir a dormir + una gota por la mañana + una gota por la tarde.
Ajuste de la dosis
A partir del día 16, en caso de que los efectos no sean suficientes, se aumenta la dosis a razón de una gota cada 5 días, en alguna de las tomas.
Por ejemplo el día 16 se podría incorporar una gota más por la noche (quedando: 1 mañana, 1 tarde, 2 noche). De ser necesario el día 21 se podría incorporar otra gota (2 mañana, 1 tarde, 2 noche).
Y si aún se requiere aumentar, el día 26 se incorporaría otra gota (2 mañana, 2 tarde, 2 noche). Es recomendable no superar las 2 gotas por toma, a menos que lo indique el médico.
En casos de insuficiencias renal y/o hepática: Calcular una dosis 50% menor con control médico.
Por insuficiencia hepática iniciar con dosis del 50% y realizar seguimiento médico. Pero en ambos casos se puede usar el cannabis.
Interacciones y contraindicaciones
Se considera una interacción medicamentosa cuando dos o más fármacos modifican sus efectos si son tomados en conjunto. En el caso del aceite de cannabis, y el cannabis en general, conviene tener en cuenta estas interacciones:
Benzodiacepinas, provoca que estas tengan un mayor efecto.
Opiáceos, provoca que estos tengan un mayor efecto.
Anticoagulantes indirectos, disminuye su efecto.
Anticonvulsivantes, puede interferir en su efecto.
Antipsicóticos, puede interferir en su efecto. en caso de utilizar cualquiera de estas drogas es clave consultar al médico tratante.
Está totalmente desaconsejado en personas con glaucoma de ángulo estrecho y hay que ser especialmente cuidadosos en personas con antecedentes psiquiátricos o problemas cardiovasculares.
Cómo acceder a tu aceite medicinal
De momento, en Argentina sólo hay tres vías legales para acceder a aceite de cannabis medicinal
- Mediante el cultivo personal registrado en el Reprocann y la preparación del aceite.
- Mediante un cultivador solidario registrado.
- A partir de la importación a través de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)