Cómo automatizar un indoor para cultivar cannabis no es algo imposible. La automatización de nuestros cultivos indoor es materia de desarrollo e investigación constante, tanto de cultivadores hogareños como de aquellos que lo hacen a gran escala con finalidades comerciales o medicinales.
Estos desarrollos tienen como fin ahorrarnos esfuerzo y hacer más eficientes los recursos que utilizamos durante todo el ciclo de cultivo.
Si bien el advenimiento de las nuevas tecnologías aplicadas al cultivo puede significar en muchos casos el acceso a métodos que hagan todo el ciclo más sencillo, debemos tener en claro que la automatización total no existe: siempre va a ser necesaria la mirada y el trabajo de la persona que cultiva.
La automatización total del cultivo no existe, siempre va a ser necesaria la atenta mirada y el trabajo de la persona que cultiva.
Nuestra intervención como jardineros es fundamental para lograr que nuestras plantas se mantengan sanas y saludables, controlando de forma periódica que nuestros instrumentos estén calibrados de forma correcta junto con su normal funcionamiento.
Es quizás este el mayor riesgo de controlar nuestros jardines o algunas de todas sus variables de forma total o semi automatizada: si no estamos atentos a la hora controlar, pueden generarse desbalances que, al pasar de formas poco visibles o incluso imperceptibles en sus comienzos, suelen profundizarse y terminan por afectar de forma sensible tanto la cantidad como la calidad de nuestras cosechas.
Cómo automatizar las luz en el indoor
Los cultivadores de interior cuentan con la automatización más básica de todas: el timer. Este nos permite prender y apagar las luces de forma periódica, sin riesgo de afectar el estado fisiológico de nuestras plantas. Hay desde analógicos hasta aplicaciones para dispositivos móviles, si nuestra luminaria lo permite.
La principal diferencia entre ellos es la precisión con la que se puede ajustar el período; para los más antiguos los intervalos son de 15 minutos, mientras que las nuevas generaciones pueden hacerlo de forma integrada con un reloj que está conectado a internet, permitiendo adaptarse a un horario fijo y así evitar la necesidad de reajuste en casos de cortes de luz.
Si usamos más de una lámpara conectada al mismo timer, en caso de tratarse de los clásicos que se conectan entre medio de la luminaria, recomendamos no superar los 2.000 w conectados al mismo artefacto, ya que en caso contrario podría conducir al mal funcionamiento del mismo y eventualmente al riesgo de incendio.
Últimas tecnologías
Las lámparas LED de última generación nos evitan este paso dado que muchas de ellas vienen con un regulador de prendido y apagado integrado, reduciendo su configuración a una app o unas teclas en el equipo.
Este tipo de característica es secundaria si la comparamos con la capacidad que tienen para adaptar su espectro al momento del ciclo donde nos encontramos: con tan solo el uso de una perilla o un control remoto, podremos activar la lámpara en modo floración o vegetativo, según necesitemos.
Para asegurarse que la distancia a la que está colgada la lámpara es la ideal, conviene evaluar la emisión de luz con un luxómetro o un medidor de PPFD.
Para asegurarnos de que la distancia es la ideal o saber si nuestra lámpara sufrió un desgaste que merezca cambiarla, evaluaremos la emisión con luxómetros, o incluso para quienes realicen una mayor inversión, usando un medidor de PPFD. Estos nos brindan información del resultado final que le está llegando a nuestra planta. De esta forma, al llevar un registro de mediciones, podremos evaluar el desgaste proporcional de nuestros equipos.
En entregas posteriores, veremos cómo podemos automatizar también el control ambiental, el riego e, incluso, la fertilización de nuestras plantas.