El temblor esencial es un trastorno que se produce en el sistema nervioso y como su nombre lo indica genera temblores más perceptibles en extremidades superiores e inferiores. No está relacionado ni es un síntoma de la enfermedad de Parkinson y si bien es más común en personas mayores, puede desarrollarse a cualquier edad.
Actualmente no existe una cura efectiva contra este trastorno, si bien existen varias terapias que ayudan a reducir la frecuencia e intensidad del temblor. Entre las opciones terapéuticas disponibles, el cannabis mostró eficacia disminuyendo los síntomas.
Diana nos contó el caso de su hijo, que a partir de su crecimiento durante la adolescencia comenzó a sentir
los síntomas del temblor esencial, pero hoy gracias al aceite de cannabis tiene un pulso normal.
Diana, contanos un poco acerca del caso de tu hijo.
El temblor esencial es un tema congénito, hay uno de sus tíos que lo padece y ninguno en realidad en la familia tiene el pulso firme de un cirujano, podría decirse. Pero en el caso de él, no nos dimos cuenta de su temblor hasta hace unos años, cuando creció. Él ahora es un adolescente, tiene 15 años y es muy alto, mide 1,98 metros, y ahí fue cuando empezó a notarse mucho más.
Básicamente es un temblor en las extremidades, como cuando uno está muy nervioso, y que le impide a veces a hacer bien tareas de motricidad fina, como puede ser servir agua en un vaso por ejemplo o manipular herramientas. Se notaba en las carpetas en la caligrafía de su letra también. Además él va a una escuela técnica y tienen taller, dibujo y ahí se le generaban problemas, por ejemplo no poder usar algunas herramientas en el taller.
Ahí empezamos a hacer consultas médicas a neurólogos y nos mandaron a hacer estudios, análisis y también nos recetaron una serie de medicamentos, pero no estaba del todo convencida y seguimos rumbeando para encontrar una solución.
El tema del temblor esencial, ¿le trajo aparejados otros problemas secundarios?
Está todo el tema de la vergüenza, más en el caso de un adolescente, porque a veces no lo puede controlar, pero por suerte tiene un grupo de amigos muy bueno, muy compañeros, que no se molestan ni hacen bullying, así que en ese sentido no tuvo problema. Lo que sí tenía a veces cuando se recostaba era como una especie de espasmo en todo el cuerpo.
“Yo lo filmé para registrarlo: antes de tomar el aceite, a la semana y al mes. Y se nota mucho el cambio: hacía una prueba de poner la tapita de un esmalte de uñas y al principio no podía cerrarlo y después lo hacía perfectamente” cuenta Diana sobre su hijo.
¿Cómo llegaron al cannabis?
Estábamos rumbiando para buscar soluciones. Yo le sugerí que hiciera ejercicios de relajación para ver si así lo podía controlar, pero notaba que por ejemplo cuando estaba jugando videojuegos y estaba relajado, el temblor persistía. Yo ya sabía que el cannabis servía para algunos casos, como epilepsia refractaria, pero no tenía idea que podía servir para controlar el temblor esencial. Entonces, haciendo un curso de tinturas madre, me enteré de esta posibilidad y pensé por qué no probar con la de cannabis.
¿Y qué resultados obtuvo con la tintura?
No hubo muchos cambios. Un día, él ya estaba acostado y cuando lo voy a saludar, me doy cuenta de que tenía olor a alcohol. Él solo toma agua, ni gaseosas, ni nada, y ahí me di cuenta de que era por la tintura.
Entonces ahí decidimos probar con el aceite y el cambió fue notable: al poco tiempo pudo controlar su temblor y tener un pulso normal. Yo lo filmé para registrarlo: antes de tomar el aceite, a la semana y al mes. Y se nota mucho el cambio: hacía una prueba de poner la tapita de un esmalte de uñas y al principio no podía cerrarlo y después lo hacía perfectamente.
¿Cómo se administra el aceite? ¿Cuántas gotas toma?
Empezó tomando cuatro gotas, pero en eso vino una médica especialista en cannabis medicinal a dar una charla acá a Entre Ríos y ella decía que es importante encontrar la dosis mínima en hacer efecto. Así que fuimos calibrando la dosis y vimos que con dos gotas ya podía controlar el temblor.
Actualmente toma dos gotas por la mañana antes de salir al colegio y dos por la noche. Él mismo empezó a notar que estaba mejor: un día volvió de la escuela contento porque había podido usar la amoladora en el taller, así que ahora toma las gotas él solo.
Estamos muy contentos, él no quiso aparecer porque es adolescente y la exposición le genera un poco de vergüenza, pero para mí es importante para que más gente sepa lo que puede hacer el aceite.
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