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Gustavo Jaiyes / Revista THC

Sweed Lab: el banco argentino lanza su web con venta al público

Sweed Lab, el primer banco de semillas argentino, lanza su web con venta al público. Ahí, cultivadores y cultivadoras, podrán obtener la Tropicana WFC, la variedad registrada oficialmente en octubre del 2022.

Se trata de un hito en un largo camino que recorrieron juntos Facundo Meligene y Federico Eichhorn, dos cultivadores y criadores apasionados, ambos fundadores de Sweed Lab. El suyo, como el de cada vez más personas, fue un viaje desde la clandestinidad al respeto y la legalidad.

Pocos días después de haber registrado la Tropicana WFC, Facundo recibió el certificado del Instituto Nacional de Semillas (INASE) que habilita no solo la producción, sino también la comercialización de la genética en el marco de la ley de cannabis medicinal.

El reconocimiento ocurrió en el escenario de Expo Cannabis Argentina, donde Facundo se emocionó y emocionó a todos. “Por fin puedo vivir de lo que amo”, dijo alzando un papel que significó el pasaje a una nueva etapa para él, Federico y miles de personas.

De hecho, fue en el contexto de la mega exposición donde por primera vez se vendieron legalmente las semillas de la variedad creada por Sweed Lab.

Hoy, acorde al stock disponible, la Tropicana WFC se consigue en grows de todo el país. Y a eso suman una vía de compra directa a través de su web: sweedlab.com.ar.

Sweed Lab es un proyecto vivo en el que ambos criadores trabajan a diario para desarrollar nuevas genéticas junto a un equipo que encontró en el cannabis su forma de ganarse la vida. 

Ser criador de cannabis es una labor compleja y permanente que requiere dedicación y paciencia tanto dentro como fuera de una sala de cultivo.

De eso hablamos en su espacio de trabajo rodeados de plantas violáceas con un intenso perfume cítrico.

Empecemos por la Tropicana WFC, ¿pueden describirla?

Facundo Meligene (FM): Es alta en THC. Tiene el sabor de una tarta de naranjas. Es porque viene de una Tangie cruzada con una Girl Scout Cookies. 

Federico Eichhorn (FE): Además, la cruzamos con una Face On Fire, esa variedad no interviene el sabor, pero le suma más producción de resina y estructura a la planta. 

El color violeta es impresionante

Sí, trabajamos mucho en eso, la mayoría de las plantas dan flores violetas. La probamos y la probamos: en interior, en exterior y hasta hidroponia. Siempre funcionó perfecto. Tiene un período de 8 a 9 semanas de floración.

¿Cómo fue que llegaron a desarrollar la Tropicana WFC?

FM: No queríamos hacer algo parecido a lo que estaba ya circulando. Entonces compramos la Tropicana Cookies en 2016 y pudimos tener lista la variedad en dos años y medio, tres. Pero veníamos hace bocha laburando con esa genética. Buscamos lo que queríamos, estaba todo en Estados Unidos, de Europa no nos traían, a Argentina no me las mandaban, a Uruguay las mandaban, pero no sabían si llegaban. Entonces, empezamos a hablar con gente de Chile, al azar. Nos metimos en internet a ver qué tenían. ¿Quién vendía semillas? Agarramos a uno al azar y le preguntamos si tenía lo que buscábamos. Nos dijo que solo a pedido. Hicimos una lista y mandamos la plata por Western Union. Y decidimos ir a buscarlas, no nos podíamos arriesgar a perder las semillas. Al final fui yo a Chile. Los chabones eran una masa, me prestaron una casa, estuve dos, tres días, visité un par de cultivos, me traje más semillas. Y me vine con todas las semillas. Y ahí empezamos. Abrimos todo, planeamos todo, seleccionamos, volvimos a cruzar para atrás, retrocruzamos, cruzamos. Algunas no las retrocruzamos ni cruzamos porque no nos gustaron, muchas descartamos.

FE: Aparte algunas cosas las perdimos por lo complejo de la infraestructura.

La bellísima Tropicana WFC / Foto: Gustavo Jaiyes – Revista THC

Es decir que el primer problema del proyecto fue la infraestructura

FM: Claro el primer problema fue la luz, primero, que en un momento tuvimos un quilombo, casi se incendia la casa. De repente tenemos cuatro leds, ventilador, un aire acondicionado. Tenés que hacer una instalación eléctrica nueva, una casa no funciona así. 

¿Por qué, entre tantas opciones, eligieron avanzar con todo con la Tropicana WFC? 

FM: Tropicana Cookies cuando la ví estaba recontra de moda en Estados Unidos, Oni Seeds es el banco. Compramos dos paquetes, abrimos tres y estaban todas re buenas, la que producía poco estaba re rica, la que producía mucho tenía buen color

FE: Y aparte no teníamos espacio y la producción era chiquita, aprendiendo también a trabajar en espacio reducido.

FM: Entonces cuando vimos que había ese sabor, la Tropicana Cookies es de Scout Cookies por Tangerine. Vimos que salían plantas violetas y plantas verdes, y todas tenían un olor a mandarina copado. Pero las violetas no tenían tanto olor a mandarina como las verdes, entonces hicimos polinización abierta de todas, en la primera vuelta. Unos 20 machos y 10 hembras. Una polinización abierta pero seleccionada

FE: Sí seleccionamos un par, e hicimos polinización abierta, tiramos de vuelta unos pares largos de semillas, ahí ya empezamos a ver que había violetas que tenían más olor a mandarina, entonces dijimos, “Uh, qué bueno una Tangie negra”, porque no es un Tangie normal. Había una intención de llevar eso exotico, eso violeta, eso raro a la vista, que no es tan común, con ese Tangie muy especial. Con Galletita con… ¿No? Tratar de llevarlo a eso, todo junto en una.

FM: Y se llegó. 

¿Por qué decís que lo Tangie era raro?

FM: Porque no era un Tangie normal era un Tangie con algo más, tenía OG, tenía Cookies, hasta que llegamos a la planta que está ahí adentro, que es Violeta. Bueno entonces llegamos a esa planta, a Tropi 8. Y en la Face On Fire fue menos el laburo, porque eran todos muy parecidas, hasta que revertimos una y nos dimos cuenta que la Face On Fire cuando la cruzábamos con todas las demás, no pasaba sabor nunca.

FE: Y nos dimos cuenta después que predominaba siempre la madre, siempre que la cruzábamos. Siempre la descendencia era parecida a la madre, pero con más estructura, más producción y más resina

FM: A los cogollos los cerraba más, los hacía cada vez más apretados. Más producción, más resina y el sabor era el de la madre. Entonces dijimos, “bueno, cómo hacemos para laburar con poco espacio”.

¿Y qué resolvieron?

FM: Bueno, si teníamos un padre que en ese caso era una revertida pero que te daba siempre el sabor de la madre, lo que teníamos que hacer era poner diferentes madres y cruzarlas con el mismo macho. A partir de eso tenés diferentes sabores.

¿Y las salas de cultivo cuándo las armaron? 

FM: Las construimos en plena pandemia. Y de pronto no teníamos cómo seguir haciendo semillas. Nos quedamos con la Tropicana y el resto de las genéticas las empezamos a regalar a todos los cultivadores que conocíamos y a los que recién arrancaban, regalamos miles y miles de semillas.

Un macho listo para soltar su polen / Foto: Gustavo Jaiyes – Revista THC

¿Se acuerdan qué variedades? 

FM: Banana Hell, Lemonade for Gods, Face to Face. Una bocha.

¿Y fue solo por un tema de espacio y capacidad de cultivo que regalaron esas semillas?

FM: No, también porque a mí me pareció que las copas siempre las ganaban los que tenían las mejores plantas y los más experimentados. Y entonces fue un flash mío, y no sé si estuvo bien o mal, qué pasó o no, pero dije: “Qué pasa si le damos el mismo coche a todos los corredores”. 

FE: Y no solo eso, también que las conozcan, para que no sea algo que conozcan unos pocos, si no que Juancito de acá a la esquina pueda tener una buena genética.

Es algo parecido a una misión

FM: Queremos propagar la idea de que lo bueno sea accesible. Poder cultivar una buena genética no puede ser algo que solo lo pueden hacer pocos. Y tiene que ser buena genética en serio: de hecho, hacemos pruebas con todo lo que hacemos y lo que no nos gusta, lo descartamos, no seguimos por ahí.

FE: No es que lo que descartamos sea malo, sino que hay ciertas expectativas, entre nosotros mismos, de qué hay que hacer, y de qué puede salir, y ese, ese es nuestro nivel desde que arrancamos. 

FM: Nos seguimos rigiendo por eso, lo que se propague tiene que ser barato y tiene que ser bueno.

FE: Y que lo bueno no esté solo en el ghetto cannábico digamos, que no sea de nicho, ni de elite. Que cualquiera que compre una sema legal pueda tener una planta re zarpada y que no haga falta que compres 10 paquetes, que tengas cosas copadas en pocas semillas. Y también apuntamos a que sea posible compartir, por eso los paquetes tienen cuatro semillas. Porque si vos lo querés comprar con un amigo haces 2 y 2 y eso lo pensamos nosotros desde el principio, porque nos parecía re importante. Porque no todos pueden llegar a acceder a eso, no todos pueden decir yo me compro un paquete de cuatro.

Hace también a la construcción de un mercado cannábico con cierta ética, ¿no?

FM: Sí, es propagar un determinado nivel, que se conozca y el día que se vayan ampliando las opciones legales que la persona elija lo bueno que conoce. Es poner a rodar la pelota. 

Tamizando el producto de un macho para obtener polen / Foto: Gustavo Jaiyes – Revista THC

¿Cambió su relación con la comunidad de personas que cultivan a partir de tener una semilla legal a la venta?

FM: Se amplió. El otro día en Instagram nos decían: “Che sabés que con la planta me pasó esto”, y le digo, “contame qué pasó”, “nada la tengo afuera y después la meto adentro todas las noches con la luz y después la sacó afuera con el sol”, y le digo, “bueno, a lo mejor se te estresa, ¿de dónde sos así te mando más semillas?” Primero la idea fue pasarle una idea de lo que no le conviene hacer y después ayudarlo a que vuelva a intentar. Así tenés una buena experiencia y para que el reclamo no se responda con tono punitorio. Cuando alguien tiene un reclamo muchas veces te dicen que sos un boludo, que es tu culpa. Nuestra política es un poco diferente, no te vamos a castigar sino que te preguntamos qué te pasó, si tenés algún registro fotográfico, y a partir de eso tratamos de ayudarte, y te mandamos un paquete. 

FE: Y aparte para saber qué falla, porque si le pasa a uno le puede pasar a dos. Nosotros también tratamos de mejorar en lo que hacemos siempre. Yo creo que desde nuestro inicio que tratamos de subir un nivel y subir un nivel y ajustarlo un poquito. Entonces primero se pregunta todo, después se informa, y bueno, después se le da si corresponde o si no corresponde no.  

¿Y cómo gestionan eso?

FM: Por ahora todo tiene que ver con el vínculo que se genera. Una vez vino un loquito que tenía ocho semillas, no le germinó ninguna. Bueno le dimos ocho más, no le germinó ninguna. “Bueno loco, vamos a encontrarnos, vení y explico”. Y me junté, le conté y le di 24 más. A la semana: “che, boludo nacieron todas, gracias”. El chabón se quedó re contento y yo me quedé re contento. La particularidad es que respondemos nosotros. Nosotros no tenemos un Community Manager todavía. No es que escribís y te responde un bot. Hay como un vínculo artesanal..

Seguramente también es información útil para ustedes

FM: Claro, claro porque automáticamente cuando dos paquetes no germinan, agarramos, tiramos a ver qué está pasando.

Seguramente la relación con las personas que cultivan va a ser cada vez más fluida en un contexto de mayor legalidad, en ese sentido, ¿qué les parece que está bueno de lo conquistado hasta ahora y qué falta?

FM: Obviamente lo que falta es que todo sea legal de una buena vez. En eso creo que estamos todos de acuerdo. Ahora, mirando lo que tenemos hasta ahora para mí lo primero que debería revisarse es que alguien pueda ir preso por la venta de una semilla no registrada. Creo que hay muchas cosas que se pueden hacer en lugar de armar una causa penal: poneme una multa, sacame las semillas, clausurame, pero que te manden preso es una locura, una demencia.

FE: Además es elitista, porque el que no puede reunir las condiciones que te exigen para criar, no puede trabajar. A lo mejor es mil veces mejor criador que los que tienen capacidad de hacer un cultivo. Ahora, alguien puede invertir un montón de guita, montar toda una infraestructura y eso le permite estar del lado legal. 

FM: Por eso, discutamos todo, pero empecemos por dejar de considerar que la semilla es como un precursor químico para producir droga.

El momento de la polinización de una Tropicana WFC / Foto: Gustavo Jaiyes – Revista THC

Y, a pesar de todo lo que falta, ¿qué fue lo que para ustedes cambió definitivamente?

 FM: Y, la legalidad de poder hacer algo semitranquilo. Posta, yo a veces no dormía de verdad. No sé, el fin de semana pasado los vecinos me avisan que otra gente se está quejando del ruido de los extractores. En otro contexto, iba preso. Ahora la cuestión es ver con ellos en qué momento del día le molestan menos, pero yo los extractores los tengo que tener prendidos porque es mi laburo, y va a seguir estando el extractor porque las plantas necesitan una extracción. Y después de ese llamado seguí mi vida, me olvidé, en otro momento me agarraba un panic-attack y salía corriendo para la sala. Está bien, puede venir la policía si la llaman, pero ahora los atiendo en la puerta.