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Yopo: el árbol alucinógeno que usaban los chamanes

Historia del yopo

El yopo (Anadenanthera peregrina) fue uno de los primeros enteógenos americanos en ser descripto por los europeos durante la colonización de América. En el segundo viaje de Cólon a las islas del Caribe, entre 1493 y 1496, se mencionó el uso de un polvo que inhalaba la realeza del pueblo Taí no en la isla Española, hoy República Dominicana y Haití.

Si bien se documentó su uso por los chamanes Taíno, denominado “cohoba” o “kohobba” en el siglo XV, recién en 1916 fueron identificados como el producto de las semillas molidas de Anadenanthera peregrina y extendido por los pueblos de la cuenca del Orinoco. Junto a su pariente cercano Anadenanthera colubrina (vilca o cebil), se documentó su uso en pueblos de la cuenca del Orinoco, el Amazonas y prácticamente todo América del Sur y el Caribe, por exploradores y autores como Von Humboldt (1801), Richard Spruce (1808), o Richard Evan Schultes (1983).

Usos del yopo

En la medicina tradicional precolombina la corteza se utilizaba para el tratamiento del asma, alergias, diarrea, tos, flatulencias, hemorragias, neumonía, disentería y gonorrea. El uso tradicional más difundido del yopo es el uso ritual o ceremonial. Chamanes y médicos lo utilizaban para el diagnóstico de enfermedades o confirmación de un diagnóstico.

Como otros rapés psicoactivos del Caribe y el Amazonas, el yopo se utilizaba en celebraciones religiosas y para mejorar la performance en eventos de la vida cotidiana de los pueblos originarios como la caza, la batalla o el traslado a otras áreas.

En algunos pueblos, el yopo se utilizaba junto a preparaciones de ayahuasca o yagé. También, lo combinaban con plantas con contenido de sustancias IMAOs para incrementar la duración y potencia de los efectos. La madera es de excelente calidad y se utiliza tanto para ebanistería y construcción como para carbón y leña.

Dosis y administración

La vía tradicional de administración de las preparaciones de yopo es intranasal. Generalmente es insuflada por otra persona en las fosas nasales del usuario mediante el uso de cañas delgadas y huesos de aves.

De acuerdo a diferentes registros y dependiendo de la complejidad de la preparación (en algunas regiones se usan las semillas molidas y en otras involucra un proceso de varias horas) se utilizan entre 1 y 3 gr, de una a tres veces por día en distintas sesiones.

Se utilizan también las semillas fumadas, en una cantidad que varía de una a cinco, aunque esta vía de administración es menos efectiva, generando efectos visionarios de menor potencia y una manifestación de efectos físicos más intensa.

Química y acción

En 1954, se aisló el principio activo de las semillas de Anadenanthera peregrina y se denominó 5-hidroxi-N, N-dimetiltriptamina (5-OH-DMT). Este es un compuesto similar a la psilocibina y es también denominado bufotenina por hallarse en algunos sapos del género Incilius y Rhinella. Emparentada con la serotonina, 5-OH-DMT provoca intensos efectos enteógenos de breve duración, con manifestación visual de formas coloridas y alteración de la percepción.

Preparación

El yopo es preparado fresco, según la necesidad, a partir de semillas recolectadas entre octubre y febrero, que se usan durante todo el año. Las semillas se tuestan y muelen junto a una preparación alcalina realizada con valvas de caracoles calcinadas o ceniza de madera y cortezas del mismo árbol Anadenanthera u otras especies apreciadas por la calidad y contenido de la ceniza. La pasta resultante, finamente machacada durante largos períodos, es puesta a secar sobre piedras planas cerca de un fuego. Luego, vuelven a molerse en un fino polvo.

Efectos

Debido a su contenido en triptaminas psicoactivas como DMT, 5-OH-DMT, y 5-MeO-DMT, las preparaciones de yopo generan intensos efectos visionarios y enteogénicos. Las visiones son arquetípicas, dependiendo la cultura y la región. En algunos pueblos, de manera similar a lo que sucede con el cebil y otras sustancias, el usuario experimenta la fusión con animales de poder, como el jaguar, o adquiere capacidades superiores de visión o desplazamiento. Los efectos del yopo comienzan entre 15 y 30 minutos después de la inhalación. Pueden llegar a durar hasta tres horas, con una intensidad similar a la vaporización de DMT.

Identificación del yopo

MORFOLOGÍA: Es un árbol perenne de la familia Leguminosae. Puede alcanzar una altura de entre 3 y 18 m, con una corteza de color gris oscuro y hojas de hasta 30 cm. Crece en diversos suelos, incluso arcillosos o pobres, y presenta una gran capacidad de adaptación. Con forma de vaina, su fruto contiene semillas aplanadas semiredondas.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA: Es nativo de América, desde el Caribe hasta el norte de Argentina. Crece en alturas desde el nivel del mar hasta los 1.100 m, generalmente en pastizales o montes abiertos.

CULTIVO: Es una especie capaz de adaptarse a suelos deficientes, con escasa materia vegetal, poco profundos o con carencias de nutrientes, con una fácil aclimatación y un veloz crecimiento. Requiere temperaturas con un promedio de 25 °C y un régimen anual de lluvias que varía entre 1.500 y 2.000 mm, aunque tolera climas más exigentes. Posee tolerancia a las inundaciones temporales y a la alta salinidad en los suelos.

CUIDADOS GENERALES

Los riesgos asociados al uso de yopo aumentan en contextos ajenos a su uso tradicional. Su uso está contraindicado en niños y mujeres embarazadas o lactando, así como en cuadros de hipertensión, afecciones cardíacas, antecedentes de enfermedades cardíacas o problemas respiratorios. El consumo de sustancias enteógenas, cuando no se está bien física o psicológicamente, aumenta el riesgo de malas experiencias. La experiencia con enteógenos suele producir profundas alteraciones de los patrones ordinarios de conciencia. En muchos casos, puede ser un punto de inflexión en la relación del sujeto con el mundo.

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