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conservación semillas cannabisSunshine Seeds (Shutterstock)

Cómo guardar y conservar las semillas

Si tenemos semillas que no vamos a usar ahora es importante guardarlas bien para que no pierdan poder germinativo y poder usarlas luego. Por eso, a continuación vamos a ver algunas claves de conservación de semillas de cannabis para tenerlas siempre como nuevas.

Semillas en estado de dormición

La germinación de una semilla es un fenómeno irreversible y, por lo tanto, dónde y cuándo sucede condiciona el éxito de vida de la planta. Este proceso comienza con la hidratación de la semilla, siendo así, esto depende totalmente de la disponibilidad hídrica del medio y no de la semilla. Esto se evita gracias a una propiedad innata de las semillas que define las condiciones ambientales en las cuales puede germinar, dicha propiedad se llama “dormición”.

Cuando la semilla sensa condiciones ambientales estresantes entra en una dormición profunda y, a medida que el ambiente se hace más favorable, comienza a salir de la dormición, llegando a una dormición leve. Si las condiciones ambientales favorables se mantienen en el tiempo y la semilla se hidrata, tendrá lugar la germinación.

Cuando la semilla sensa condiciones ambientales estresante entra en una dormición profunda. De esta manera, el embrión baja su actividad metabólica al mínimo indispensable, logrando un ahorro en el uso de nutriente y prolongando así su vida.

Por el contrario, si las condiciones ambientales vuelven a ser estresantes, la semilla volverá a una dormición profunda. Esta dinámica se puede repetir todas las veces que sea necesario, hasta que la semilla sense que el ambiente es estable y adecuado para germinar, comenzando una nueva etapa de su vida.

Buen guardado y conservación de semillas de cannabis

Cuando deseamos guardar semillas por mucho tiempo, idealmente tenemos que propiciar las condiciones para que entre en una dormición profunda. De esta manera, el embrión baja su actividad metabólica al mínimo indispensable, logrando un ahorro en el uso de los nutrientes que están en la semilla, prolongando así su vida.

Si logramos esto, los embriones en las semillas pueden estar vivos por tiempos extremadamente largos. De hecho, las semillas maduras más antiguas que se lograron germinar fueron semillas de palmera de aproximadamente 2 mil años de antigüedad.

Si las semillas que deseamos conservar han sido cosechadas recientemente, es importante dejarlas secar sobre un papel absorbente, en un lugar ventilado al menos durante una semana.

Conservación óptima de semillas de cannabis

Las condiciones óptimas de almacenamiento son: oscuridad, baja humedad y temperatura fría. Podemos lograrlas, colocando las semillas en sobres de papel madera y estos, a su vez, dentro de un recipiente plástico hermético que contenga sílica gel.

Las condiciones óptimas de almacenamiento son: oscuridad, baja humedad y temperatura fría. 

La sílica garantiza que la humedad relativa del ambiente se mantenga por debajo del 40%, debiendo reponerla cuando su cambio de color indique que se ha hidratado y, por ende, ha perdido su capacidad de absorción de humedad. Este recipiente se debe conservar a una temperatura de 4 °C, pudiendo emplearse para ello una heladera doméstica.

Es importante emplear sobres de papel y no plásticos, para evitar que se genere y acumule humedad. De no poder realizar un almacenamiento como se detalló, las semillas se pueden conservar en sobres de papel en un lugar fresco y seco.

Condiciones a evitar en la conservación de semillas de cannabis

Hay tres factores que tenemos que evitar cuando queramos almacenar semillas. Si provienen de una planta que fue recientemente cosechada, es importante dejar secar las semillas, ya que no debemos almacenar una semilla que no está completamente deshidratada.

De no poder realizar un almacenamiento óptimo, las semillas se pueden conservar en sobres de papel en un lugar fresco y seco.

Además, debemos evitar la humedad en el recipiente donde las guardamos, porque favorece a los patógenos. Finalmente, debemos conservarlas en un ambiente frío; el calor, como la humedad, aumentan el consumo de nutrientes por parte del embrión.