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@Nicolás Rosenfeld

La fascinante historia de María Sabina, la abuela de los hongos mágicos

En los últimos años los hongos del género Psilocybe renacieron como una alternativa terapéutica con un potencial interminable. Sin embargo, todo empezó con una mujer llamada María Sabina, la madre de los hongos mágicos.

En la década de 1950 el banquero y micólogo aficionado Robert Gordon Wasson comenzó una investigación a partir de un hecho trivial que le mostró las diferencias culturales en cuanto a la mirada que tenían los pueblos del mundo.

Mientras algunas culturas alababan y sacralizaban los hongos, en otras representaban lo oscuro y maligno. El planeta estaba prácticamente dividido entre pueblos micófilos y pueblos micófobos. En el año 1955 esta investigación lo llevó hasta las alturas del norte del estado de Oaxaca, en México.

Allí conoció a María Sabina, una mujer curandera del pueblo mazateca, quien rompiendo todos los tabúes de su pueblo, invitó a Wasson a participar de una ceremonia con hongos psylocibe: los míticos “hongos mágicos”.

De regreso de México, Wasson escribió un artículo llamado “En busca de los hongos mágicos” que fue publicado por la revista Life en 1957. Con el atrayente subtítulo que la ofrecía como la primera experiencia de “hombres blancos” en una ceremonia con hongos mágicos y el agregado de fotos a color, el artículo fue un éxito inmediato.

Tenía un gancho extra: Wasson en ese momento era vicepresidente de relaciones públicas de la financiera J.P. Morgan.

Los niños del poder milenario

María Sabina Magdalena García nació alrededor de 1894 en Huautla de Jimenez, un pueblo ubicado en las alturas de la Sierra Madre del Sur.

Descendiente del pueblo mazateca, sus primeros años estuvieron marcados por la pobreza. No recibió educación formal y desde muy pequeña se dedicó a ayudar a su familia en las labores agrícolas.

El artículo de la revista Life que catapultó la fama de María Sabina.


Algunas historias sobre su vida cuentan que conoció los hongos por primera vez entre los cinco y los siete años, debido a que en su familia materna se practicaban ceremonias con hongos en ocasiones de enfermedades. Incluso llegó a comerlos sola, antes de la adolescencia, mientras cuidaba animales en el monte.

Cuentan que María Sabina conoció los hongos entre los cinco y los siete años, debido a que en su familia se practicaban ceremonias con hongos para tratar enfermedades. Incluso llegó a comerlos sola, antes de la adolescencia, mientras cuidaba animales en el monte

No se tiene claro cómo se inició su tarea como curandera. Se dice que su segundo marido fue un brujo muy poderoso, quien la maltrató ferozmente cuando ella comenzó a mostrar un talento superior en el manejo de las fuerzas invisibles.

Viuda por segunda vez, todavía vivía en Huautla de Jimenez cuando llegó a su casa un norteamericano preguntando por hongos mágicos. Era Richard Gordon Wasson.

Al introducir a los forasteros a la milenaria cultura mazateca, que se había mantenido a salvo de la destrucción conquistadora oculta en regiones remotas, María Sabina disparó un proceso que la construyó en un referente de la historia psiconáutica al mismo tiempo que la enemistó con su pueblo.

María Sabina y su hijo en una ceremonia con hongos en su casa de Huautla de Jimenez, Oaxaca. (Revista Life)



Una auténtica oleada de personas interesadas en los hongos psilocybe comenzó a invadir no sólo Huautla de Jimenez sino también otros poblados de México en busca de chamanas y curanderos.

Desde celebridades como Timothy Leary, Jim Morrison, Mick Jagger, Alejandro Jodorowsky o Bob Dylan hasta viajeros y viajeras interesados en un turismo alternativo, los hongos dieron inicio al comercio de experiencias místicas, represión policial por parte de las autoridades y la degradación de una ceremonia cultural milenaria en una opción interesante para contar a la vuelta de las vacaciones.

Al introducir a los forasteros a la milenaria cultura mazateca, que se había mantenido oculta en regiones remotas, María Sabina se transformó en una referente de la historia psiconáutica al mismo tiempo que la popularidad la enemistó con su pueblo

Incluso el viaje de Wasson fue financiado por zonas oscuras del poder político estadounidense. Amparada bajo la inocente portada del fondo para investigación médica Geschickter, la agencia de inteligencia CIA esperaba que el viaje de Wasson aportara nuevas drogas para el programa MK-ULTRA, que evaluaba y experimentaba el potencial bélico de sustancias psicoactivas.

Civilización y barbarie

Sin embargo hubo una visita que materializó el potencial terapéutico de los hongos y fue realizada por el químico suizo Albert Hofmann.

Junto al micólogo Roger Heim, identificaron la especie de los hongos usados por María Sabina y Hofmann replicó en el laboratorio el principio activo bautizado como psilocibina.

Luego Hofmann tuvo la oportunidad de regalar una muestra de la psilocibina sintética a María Sabina. La curandera probó las cápsulas, afirmó que tenían el mismo poder que los hongos y agradeció el regalo, ya que podría disponer de ellas en las épocas que los hongos reales escasean.

maría sabina hongos
Richard G. Wasson recibe hongos de María Sabina, en la noche que la civilización moderna conoció los secretos mazatecas. (Life)


Al mismo tiempo, en clínicas y laboratorios de Europa, Estados Unidos y varios países del mundo, diversos experimentos con hongos y psilocibina sintética mostraron un potencial inédito para abordar el tratamiento de trastornos emocionales y conductuales

Albert Hoffman, padre del LSD, la visitó. Luego le regaló cápsulas de psilocibina que realizó en su laboratorio. Ella lo agredeció: eran una solución para los momentos del año con pocos hongos

La fama de María Sabina y sus célebres visitas causó furia en la comunidad mazateca, que la acusó de lucrar con su cultura.

En 1968, después de diez años de continuas visitas, entrevistas y la “experiencia María Sabina” como un ítem indispensable en el currículum psicodélico de una generación, los hongos del género Psylocibe fueron prohibidos y el Estado mexicano comenzó a reprimir el turismo enteogénico.

A principios de la década de 1970, fue allanada por la policía y detenida, aunque puesta en libertad al poco tiempo.

Rodeada por la misma pobreza en la que había nacido, María Sabina murió en 1985, aislada de su comunidad y cansada del hombre blanco que la visitaba para sacarle fotos, comer hongos y volver a sus países.

Aunque rescatada del olvido por la cultura popular, la ciencia oficial todavía le debe el reconocimiento a la mujer que se sacrificó a sí misma para que no se pierda un legado cuyo valor es inestimable.

Como extra te dejamos dos pequeñas joyas. Por un lado, el documental de 1979 sobre su vida, con testimonios de sus últimos años. Por otro, un acceso a los cantos que realizaba durante las ceremonias de sanación, que fueron compilados como Ceremonia con hongos de los indios Mazatecas de México.

https://www.youtube.com/watch?v=WktvZIaEE1k