La floración es una etapa crucial en la que nuestras plantas demandan especial atención. En este momento vital del cultivo, abonar correctamente se vuelve una tarea fundamental. Existen varios fertilizantes para este periodo. Te presentamos las distintas opciones para que elijas a consciencia y conociendo los beneficios de cada una.
¿Cuándo empezar a abonar?
Para llegar ya preparados a la floración, lo ideal sería que comencemos a abonar en el instante previo. La prefloración es el pasaje del estado vegetativo a la floración. Aquí se da lugar también al sexado de las plantas. La prefloración inicia con el cambio de fotoperiodo, cuando van disminuyendo progresivamente las horas de luz que reciben nuestros cultivos. Allí es cuando podemos comenzar a abonar para que nuestras plantas se induzcan a la etapa final con los recursos necesarios.
En prefloración, nuestras plantas de cannabis van a demandar dos nutrientes específicos: potasio (K) y fósforo (P). Existen distintos fertilizantes que nos pueden ayudar a administrar estos dos macronutrientes.
Uno de los más conocidos es el guano de murciélago. Hay dos maneras de colocar este fertilizante: una es esparciéndolo en la superficie de la maceta, y la otra es haciendo un té de riego. Para el té, debemos diluir dos cucharadas de guano de murciélago en cuatro litros y medio de agua. Luego, dejamos reposar para que todo se asiente bien, revolviendo dos veces al día. Este fertilizante se aplica cada 15 días, colocando una parte del té en tres de agua.
Las ventajas del guano de murciélago son múltiples. Ayuda a equilibrar la salud de tu sustrato y lucha contra patógenos como el Fusarium. Además, equilibra el pH del suelo y favorece a la absorción y retención de agua.
Es importante tener en cuenta que existen distintos tipos de guano de murciélago, ya que la alimentación de estos mamíferos cambia dependiendo de la región. Algunos tienen una mayor carga de nitrógeno (que son más aptos para vegetativo) y otros, más carga de potasio y fósforo. Para la floración, procuremos elegir este último.
Otros fertilizantes para abonar en floración
La harina de pescado es un muy buen fertilizante, que también puede usarse en la prefloración. Este abono aporta nitrógeno, que ayuda a que nuestras plantas se elonguen, y también contiene potasio y fósforo, los dos aliados principales para alimentar a nuestras plantas en floración. Debemos usarlo con cuidado para evitar sobrefertilizar.
La harina de hueso también es una excelente proveedora de fósforo y potasio. Al igual que la harina de pescado, es de liberación lenta, por lo que no debemos aplicarla periódicamente. Tanto la harina de pescado como la de hueso pueden administrarse en forma de té, diluyéndolo con agua.
El humus de lombriz, por su parte, también es una buena opción, ya que aporta ácidos fúlvicos y húmicos que contribuyen a la absorción de nutrientes. Además, regula el pH y ayuda a equilibrar la microvida del suelo.
La melaza es otro gran aliado. Proviene de la caña de azúcar y aporta más glucosa, un componente muy importante en nuestros cultivos. La planta utiliza la glucosa para repara el tejido celular y para favorecer al crecimiento. El exceso de glucosa va a beneficiar a la microvida del suelo, alimentando a los microorganismos que se alojan en el sustrato.
Una mezcla infalible: guano de murciélago y melaza
Se puede preparar té de guano de murciélago y melaza, fusionando así dos abonos excelentes que aportarán nutrientes que nuestra planta va a agradecer. Para preparar esta pócima de floración, debemos empezar evaporando cuatro litros de agua para que pierda el cloro.
Una vez que la tengamos, le colocaremos una cucharada sopera de guano de murciélago. A esto le agregamos una cucharada de melaza, fusionamos bien y dejamos reposar la mezcla durante un día. Debemos revolver dos veces al día para airear. Luego, filtramos el té, y ya estaría listo para su aplicación.
Recordemos moderarnos y no entusiasmarnos con el uso de estos fertilizantes. Es preferible ser sensatos y aplicar con distancia. Una sobrefertilización podría ser igual de perjudicial que la falta de nutrientes.
Fertilizantes hechos con fruta para floración
Una opción casera para abonar es a partir de frutas fermentadas, que le van a aportar a nuestras plantas un plus. El jugo de fruta fermentada proporciona ácido fosfórico y calcio, dos elementos que se necesitan en floración.
Para preparar estos abonos caseros vamos a necesitar frutas en su punto de maduración. Una opción puede ser usar banana o durazno.
Cortamos la fruta en cubitos de uno a tres centímetros, integrando la cáscara también. Luego, aplicaremos misma cantidad de azúcar mascabo y mezclamos, todo esto dentro de un frasco de boca ancha. Vamos a cubrir la mezcla con una capa gruesa de azúcar mascabo. Esto alejará a los insectos. Por último, tapamos el frasco con papel de cocina, asegurándolo con bandas elásticas.
Esta mezcla debe asentarse, el tiempo de espera es de 3 a 15 días. Si hace mucho calor, el preparado se afirmará más rápido. Sin embargo, lo ideal sería que por esos días la temperatura no supere los 28°C. Una vez pasado el tiempo, filtramos y separamos los restos vegetales, que pueden ser usados como compost.
Esta mezcla debe disolverse en agua, en una proporción de entre 1 en 1000 y 1 en 250, y se recomienda que se le agregue azúcares, como mascabo o melaza.
Estimulantes de floración para abonar
Algunos cultivadores aplican estimulantes de floración justo antes de que esta inicie, con la aparición de las primeras flores individuales. Este producto está compuesto por hormonas, aminoácidos, y los esenciales fósforo y potasio. Sirve para aumentar la producción de cogollos y para asegurar un pasaje sano del estado vegetativo a la floración. La aplicación de este producto deberá ser especificada por el fabricante.
Es importante aclarar que una buena fertilización no nos va a asegurar una floración exitosa. El abono debe fusionarse con buenas prácticas de cultivo y cuidados especiales. Procurar que nuestros cultivos reciban las horas de luz necesarias, evitar la contaminación lumínica, tratar infecciones a tiempo, y cuidar las estructuras de la planta de las severidades del clima nos van a ayudar a complementar y mejorar los efectos de la fertilización.