Utilizar fertilizantes es una excelente opción para complementar el cuidado diario de nuestros cultivos. Actualmente, existen una gran variedad de abonos entre los que podemos elegir, dividiéndose estos en orgánicos y minerales. Cada cultivador puede elegir aquel que se adecúe a las necesidades específicas de la planta o alguna urgencia que se presente. Si buscás una opción más natural, te contamos qué fertilizante orgánico te conviene elegir y sus beneficios.
¿Qué es un fertilizante orgánico y un fertilizante mineral?
Los fertilizantes minerales son sintéticos, y ofrecen nutrientes específicos a nuestras plantas. Son de rápida absorción, se aplican a través del riego y nuestras plantas los asimilan al instante. Pero utilizar este tipo de abonos conlleva sus riesgos: la sobrefertilización.
Al tener disponibles una cantidad de nutrientes tan alta, si los cultivadores aplican de más pueden perjudicar la salud de los suelos. Es por esto que se deben administrar con una frecuencia de entre una semana y 10 días, siempre ateniendo a las instrucciones grabadas en el producto.
Por otro lado, tenemos una opción más natural y ecológica, que son las enmiendas orgánicas. Estas se hacen a base de guanos de animales, restos vegetales u otros materiales degradados. En comparación con los fertilizantes minerales, estos abonos cuentan con la desventaja que son de más lenta absorción.
Los microorganismos del suelo deben asimilar a los fertilizantes antes de absorber sus nutrientes. Sin embargo, son una excelente opción para mantener activa la microbiología del sustrato, con resultados positivos que se notarán a mediano y largo plazo.
Además, es difícil caer en una sobrefertilización con este tipo de abonos, pero esto no quiere decir que no debamos ser precavidos con su aplicación.
Abonos orgánicos para aportar macronutrientes
Hay tres nutrientes esenciales que no le pueden faltar a nuestras plantas, los macronutrientes: Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Potasio (K). A lo largo del proceso cultivo, debemos evitar la carencia de cualquiera de estos nutrientes, que son vitales.
El nitrógeno resulta imprescindible durante el vegetativo, ya que este nutriente influye fuertemente en el el crecimiento de la planta y en el fortalecimiento de las ramificaciones y las hojas. Nos daremos cuenta de su carencia por el aspecto de las hojas: las más viejas se tornarán de un color amarillo.
El fósforo es muy importante durante el periodo de floración y en la germinación, cuando la planta va asentando su estructura. Este mineral influye en la producción de resina, de semillas y en la fotosíntesis. Si nuestra planta carece de P, notaremos que las hojas más cercanas a la base tendrán manchas oscuras y sus bordes amarronados
Por su parte, el potasio cumple una función vital en la formación de los cogollos y en la lucha contra patógenos. La falta de potasio se manifiesta en la punta de las hojas, que parecerán quemadas.
Fertilizante orgánico para aportar nitrógeno
La harina de sangre sirve para aportar nitrógeno durante el periodo vegetativo. Basta con echar una cucharadita de esta enmienda cada 5 litros de sustrato.
Para floración, en cambio, es conveniente usar té de compost. Su preparación es sencilla. Dejamos evaporar por 24 horas 15 litros de agua. Una vez hecho esto, agregamos al agua 4 litros de compost. Luego, reducimos una parte del té en 5 de agua de riego, y aplicamos cada 7 días.
Fertilizante orgánico para aportar fósforo
Como habremos notado, el fósforo es indispensable para los primeros momentos de vida de las plantas. Es por esto que resulta práctico aplicarlo directamente en el armado del suelo, colocando una buena cucharada de harina de hueso cada 5 litros de sustrato.
Para aplicar P en la floración, podemos hacer un té de harina de hueso. Conviene administrarlo al comienzo de la flora o cuando notamos que nuestra planta carece de este nutriente. Para prepararlo debemos colocar una cucharada de la harina en 4 litros de agua, y aplicar con la periodicidad adecuada para evitar sobrefertilizar.
Fertilizante orgánico para aplicar potasio
Para aportar potasio a nuestros cultivos, podemos emplear algas Kelp. Simplemente debemos triturar 100 gramos de las algas y diluirlas en dos litros de agua. Dejamos reposar la mezcla por una noche y luego utilizamos una parte del preparado en tres de agua, administrándolo cada dos semanas.
Otras alternativas de enmiendas orgánicas
Un fertilizante orgánico casero: FPJ
Lo bueno de los fertilizantes orgánicos es que algunos pueden hacerse de manera casera desde nuestros hogares. Este es el caso de los Jugos de Plantas Fermentado (FPJ). Para preparar estos abonos, solo necesitamos material vegetal y azúcar mascabo. Podemos utilizar desde una fruta madura hasta los machos que encontramos en nuestros cultivos durante el vegetativo.
Preparación: cortamos la materia vegetal en trozos que pueden medir entre 1 y 5 cc, y luego lo pesamos. Es importante no lavar con agua la materia vegetal. A continuación, agregamos el mismo peso de azúcar mascabo y mezclamos bien dentro de un recipiente.
Una vez que todo esté bien integrado, metemos el preparado en un frasco de vidrio de boca ancha, y como última capa pondremos aproximadamente un centímetro de azúcar mascabo para evitar atraer moscas u otros bichos.
Por último, tapamos el recipiente con una servilleta asegurada con una banda elástica, y colocamos el frasco en un lugar ventilado y oscuro, que no reciba la luz del sol.
La mezcla debe reposar por un mínimo de 3 o 5 días. Mientras más frío este el clima, más serán los días en los que deberemos dejar que el preparado se asiente.
Cuando el líquido se acumule en el fondo o cuando percibamos olor a alcohol sabremos que el fertilizante ya está listo. Para terminar, filtramos el líquido y lo guardamos en algún recipiente que tenga un pequeño agujero para que corra el aire. Se puede aplicar en el riego. Además, la parte sólida del preparado podemos usarla como compost.
Guano de murciélago: de los abonos más conocidos
Si hablamos de fertilizantes orgánicos no podemos dejar de lado el guano de murciélago. Las heces de murciélago funcionan como un excelente fertilizante ya que aportan una gran cantidad de nutrientes, pero además mejoran la salud de los suelos y equilibran el pH. De esta manera, este abono contribuye a evitar patógenos en nuestros cultivos.
Es importante saber qué tipo de guano debemos utilizar dependiendo del momento del cultivo en el que nos encontremos. Existen guanos con mayor cantidad de nitrógeno, que nos ideales para el periodo vegetativo. Luego tenemos aquellos que tienen una mayor concentración de fósforo y potasio, convenientes para el momento de la floración. El contenido de nutrientes va a depender de la dieta del murciélago.
El guano puede esparcirse directamente sobre el sustrato o diluirse en agua para aplicarlo en el riego o de manera foliar.