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parkinson ilustracion@pablozerda

Cannabis medicinal y Parkinson

El cannabis para tratar el Parkinson es una realidad. Si bien los compuestos de la planta y sus usos están en permantente investigación, cada vez hay más evidencias sobre su potencial para tratar esta patología neurológica.

La enfermedad de Parkinson genera movimientos involuntarios que no pueden controlarse, como temblores, rigidez y dificultad con el equilibrio y la coordinación. Los síntomas generalmente comienzan gradualmente y empeoran con el tiempo.

Esto se debe a una pérdida de células nerviosas en la parte del cerebro llamada Substantia nigra (sustancia negra).

Se calcula que, a nivel mundial, más de 10 millones de personas conviven con esta condición. La mayoría son diagnosticadas en torno a los 60 años, pero una de cada diez tiene menos de 50.

Tratamiento tradicional

El tratamiento es sintomático. El fármaco más usado es la levodopa. Al principio es muy útil, sin embargo su beneficio no se sostiene en el tiempo, haciendo necesarias dosis más altas y frecuentes.

Los efectos secundarios incluyen náusea, vómito e hipotensión ortostática.

En jóvenes, el tratamiento se puede iniciar con agonistas dopaminérgicos, como el pramipexol, para retrasar el inicio de levodopa.

Estos producen como efectos secundarios alteraciones en el control de los impulsos: juego patológico, hipersexualidad, compras y consumos compulsivos.

Tratamiento con cannabis

El sistema endocannabinoide interviene en el control motor y modula las distintas neurotransmisiones, como la dopaminérgica, lo que explicaría los beneficios del uso de cannabis en el control de los síntomas de la enfermedad.

Científicamente no hay evidencia fuerte que avale su uso, sin embargo sorprende el número de usuarios medicinales de cannabis que logran controlar síntomas con la utilización de aceites y vaporizaciones.

Estos refieren menor rigidez, mayor control del temblor y mejorías en síntomas gastrointestinales, en el estado de ánimo y en la voluntad.

CUIDADOS GENERALES

  • Es importante recordar que el cannabis debe emplearse como fitoterapia complementaria y no como reemplazo del tratamiento.
  • Su uso debe supervisarse por un médico y un familiar.
  • Se aconseja llevar un registro de efectos inmediatos y a largo plazo.
  • El modo de administración influye en los efectos y su duración.
  • Deben ser especialmente precavidos los adultos mayores y quienes tienen antecedentes cardiovasculares, hepáticos, renales o psiquiátricos.
  • Las flores deben estar libres de hongos y agroquímicos.
  • Los extractos no deben contener alcohol ni contaminantes.

Podés leer más sobre cannabis y Parkinson en Revista THC 99 y Revista THC 111.