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¿Por qué el cannabis nos da hambre? Los secretos del bajón

Pocas cosas son tan conocidas como el hambre que tenemos luego de usar cannabis. El “bajón” es, junto con la risa, una de las características más reconocidas por usuarios y usuarias de marihuana. ¿Pero por qué el cannabis nos da hambre?

No importa si el uso es o no medicinal. Tampoco es una cuestión cultural. Es un hecho bioquímico del que nadie se puede escapar. Y por eso, hay que aprender a disfrutarlo y ponerlo a nuestro favor.

¿Por qué el cannabis nos da hambre?

En 1992, el grupo de científicos encabezados por Raphael Mechoulan, en Jerusalén, partieron de la base de que al consumir cannabis ingresan al torrente sanguíneo compuestos activos del cannabis (cannabinoides) que necesitan de receptores específicos en las neuronas para poder interactuar con ellas y producir efectos en el cuerpo.

Es decir, si existe una llave, es porque hay una cerradura: si poseemos receptores cannabinoides (cerraduras) es porque, indefectiblemente, existen cannabinoides también en nuestro cuerpo (llaves).

Los cannabinoides que ingresan cuando usamos cannabis son llaman exógenos y los que están en nuestro cuerpo se denominan endógenos. Todos participan en la regulación de una buena cantidad de funciones orgánicas, como por ejemplo el apetito.

De esa manera llegaron a la conclusión de que los cannabinoides no existen sólo en la planta de cannabis, sino también en el organismo. Los cannabinoides que ingresan cuando usamos cannabis son llamados exógenos y los que están en nuestro cuerpo se denominan endógenos. Y todos los cannabinoides participan en la regulación de una buena cantidad de funciones orgánicas, como por ejemplo el apetito. Esto explica en parte por qué el cannabis nos da hambre.

El más conocido de los cannabinoides endógenos es la anandamida (del sánscrito ananda, beatitud, felicidad). Forma parte de lo que se conoce como Sistema Endocannabinoide, es decir: el sistema de cannabinoides que se producen adentro de nuestro cuerpo.

Los cannabinoides se unen a receptores específicos. Es un grupo de receptores conocido como CB1. Estos receptores CB1 se expresan en células que están en diferentes partes del cerebro. Una de estas partes es el hipotálamo, que regula funciones relacionadas con la ingesta de alimentos y el apetito.

Cuando pasamos tiempo sin comer, dentro del cuerpo aumenta la liberación de anandamida y, por lo tanto, su concentración en la sangre. Cuando la anandamida que se libera se une a los receptores CB1 del hipotálamo y los activa empezamos a sentir que tenemos hambre.

La sensación de apetito que produce el THC no tiene que ver con la necesidad fisiológica de alimentarnos. Nuestro cuerpo no necesita comida, pero la pide.

El THC es uno de los principales cannabinoides exógenos, que ingresa a nuestro cuerpo cuando usamos cannabis. Al ingresar se une a los receptores CB1, igual que la anandamida. Y el efecto que produce es el mismo: nos da hambre.

La gran diferencia es que la sensación de apetito que produce el THC no tiene que ver con la necesidad fisiológica de alimentarnos. Nuestro cuerpo no necesita comida, pero la pide.

Por eso, si comemos antes de usar cannabis eso no va a evitar que tengamos ganas de comer. El bajón va a aparecer igual. En ese caso la mejor recomendación es siempre tener a mano alimentos saludables.

Qué es el bajón

Además del hipotálamo, el THC se une a receptores cannabinoides de otras partes del cerebro también relacionadas con las ganas de ingerir comida.

Se “engancha” al núcleo accumbens –ubicado en la parte superior del sistema nervioso– también llamado “centro del placer” o “centro de recompensas”. El núcleo accumbens está asociado con todo aquello que representa una sensación gratificación para el ser humano.

Esto explica por qué comer genera tal placer, no sólo para aplacar el bajón sino también en situaciones de estrés o ansiedad.

Los cannabinoides modulan los circuitos implicados, entre otros procesos, en la sensación de hambre o en la búsqueda del placer que producirá la ingesta de comida.

En resumen,  los cannabinoides modulan los circuitos implicados, entre otros procesos, en la sensación de hambre o en la búsqueda del placer que producirá la ingesta de comida.

Te dejamos una infografía que explica un poco más el fascinante mundo del bajón.

por qué el cannabis nos da hambre

¿Qué pasa cuando usas cannabis y comes chocolate?

Si bien popularmente se cree que al ingerir alimentos los efectos del cannabis reducen su intensidad, algunas clases de alimentos pueden mejorar o intensificar nuestra experiencia, gracias a lo que se conoce como efecto séquito.

Las sustancias aromáticas conocidas como terpenos o flavonoides no son exclusivas del cannabis sino que están presentes en infinidad de plantas comestibles. Cuando estas sustancias ingresan al organismo, pueden modificar los efectos de los cannabinoides, como prolongar su duración.

El caso del mango es el más conocido: el mirceno presente en esta fruta aumenta los efectos de los cannabinoides.

En el caso del chocolate, los granos de cacao contienen teobromina y anandamida. La primera es una sustancia similar a la cafeína, que tiene propiedades medicinales y en dosis bajas puede aumentar los efectos del THC. La anandamida, como ya vimos, forma una parte fundamental de la comunicación de nuestro cerebro y la ingestión de cacao aporta un suplemento de esta sustancia que puede mejorar nuestro estado de ánimo y humor.

Cómo evitar el hambre después de fumar

El bajón es un momento de disfrute pero también una ocasión que nos puede traer algún que otro dolor de cabeza, sobre todo si no aprendemos a moderar el deseo irrefrenable por ingerir cualquier cosa que se nos venga a la mente.

No hay que limitar el bajón ya que es un efecto natural del cannabis. Tampoco es recomendable desplazar los momentos de comer o limitar la capacidad del estómago con infusiones, para comer menos. 

La clave siempre está en la calidad de los alimentos que vamos a ingresar en nuestro organismo. Por eso, siempre es importante tener a mano frutas, verduras y cereales.

Te dejamos algunas recomendaciones básicas:

  1. Lácteos, verduras, frutas, carnes magras, cereales, legumbres y las cantidades adecuadas de azúcares, grasas y sales, mejora la salud y minimizan los bajones poco saludables.
  2. Para ese momento, se puede optar por alimentos bajos en calorías pero que sacien, como las barras de cereal, galletitas bajas en grasas, yogures, turrones o algunas golosinas con pequeñas cantidades de chocolate tipo oblea. 
  3. Evitar la comida chatarra como fiambres, embutidos, hamburguesas, frituras, quesos duros, manteca, crema, aderezos, snacks, amasados de pastelería, dulces, golosinas, postres y chocolates, reduce contundentemente los efectos adversos del bajón. 
  4. La hidratación es clave durante este momento: si podés optá por agua y jugos naturales. Si querés un aterrizaje liviano, evitá las gaseosas o bebidas con mucha azúcar.
  5. Es preferible no mezclar marihuana con alcohol para evitar los riesgos de una lipotimia (mareo o desmayo) por la combinación del efecto vasodilatador del alcohol y el aumento del consumo cerebral de oxígeno que produce la marihuana. 

 


Podés encontrar más información sobre el cannabis y el hambre en la Revista THC 53