Si pediste una pizza con tus amigos en medio de la final del mundial. Si fuiste a comprar bananas y en lugar de pagar en efectivo usaste un Qr. Si pagaste la factura de luz desde tu celular. En fin, si algo del mundo digital se cruzó con tu vida cotidiana para darte una solución, seguramente ya conocés el trabajo de Paisanos.
Explicado de una manera más técnica, Paisanos es una empresa que se dedica al desarrollo de software, al diseño, la planificación y la gestión de proyectos. Dicho de otro modo: si una empresa necesita resolver o inventar el funcionamiento integral de una app, es muy probable que los llame a ellos.
Ellos inicialmente eran tres: Santiago Echazú, formado en el universo de la publicidad; Matías Demarco, licenciado en Administración de Empresas y Facundo Aguinaga, diseñador gráfico.
En 2011 se asociaron y en 2012 fundaron Paisanos. Hoy son casi un centenar de personas las que trabajan en diferentes equipos para hacer que las ideas más diversas se materialicen.
Una de esas ideas floreció en el mundial de Qatar 2022. Ahí Paisanos simuló el delivery de la Copa del Mundo para la app de delivery de comidas más usada en Argentina y una de las más populares en Sudamérica y América Central. “Tu pedido está en camino” ganó reconocimientos como el Grand Prix en Mobile en Cannes y Lápiz de Platino de Digital 2022.
Y hay más: Paisanos creó la aplicación que usan los bancos de Argentina para los pagos con Qr. Esa en la que deslizás una flechita hacia arriba para pagar. Sí, ese gesto de estar tirando billetes como en un meme se les ocurrió a ellos y a ellas.
Toda esa imaginación y todo ese trabajo merecían una charla. Y ahí fue que nos sentamos a hablar con Santiago sobre el maravilloso mundo de las ideas, del trabajo en equipo, de hacer rampas para bicicletas y de la civilización como una obra de arte.
Claramente, fue una conversación sobrevolada por el cannabis, lo que nos permitió ir más allá y pensar. Pensar sobre la importancia de desinhibirse y darse el permiso de jugar para construir un mensaje que finalmente nos transforme.
¿Qué es Paisanos?
Es una Agencia de innovación, de tecnología y de diseño, por eso convergen muchas técnicas en lo que hacemos. Pero en esencia nosotros nos dedicamos a transformar en realidad las ideas de nuestros clientes. A veces esas ideas están muy orientadas a resolver cuestiones que tienen que ver con sus modelos de negocios, con sus productos digitales. Pero al final del día lo que siempre buscamos es que todo proceso creativo termine en algo tangible.
¿Hace cuánto estás en esa aventura?
Paisanos es la construcción de varios años, yo ya tengo casi 13 años en el proyecto, que es un proyecto hecho con amigos. Es el lugar donde aplico mi curiosidad de cómo hacer cosas con las habilidades de cada uno de nosotros. Hoy trato de fortalecer los equipos con los que laburamos, yo estoy más que nada creando procesos, creando formas de trabajar.
¿Cómo se crean formas de trabajar?
Cuando nos vienen con una propuesta de trabajo, con una necesidad, sobre todo en el plano de la creatividad, tenés muchas formas de encarar los proyectos: para empezar, para desarrollar y para terminar. Tenemos que entender cuáles son esos primeros pasos, cómo tenemos que enfrentar un problema, cómo tenemos que trabajar en todo lo que son las formas de intentar solucionarlo. Buscamos convertir esas ideas de soluciones en algo concreto y después tenemos que ver cómo entregarlo. Por eso vamos trabajando los diferentes procesos creativos, los diferentes procesos de construcción, los diferentes procesos de entendimiento y lo tenemos que ir convirtiendo en un método, para que todos los proyectos no sean un cambalache.
¿Te referís a un método de trabajo creativo?
Claro. Cómo empezar, cómo seguir, cómo desarrollar y cómo entregar tiene que tener una forma unísona dentro de todos los proyectos y trabajos para que lo que pase adentro sea lo más nutritivo posible. Cuando la gente sabe el paso a paso de las cosas, lo que pasa en ese paso a paso es mucho más divergente que si estamos pensando por dónde empezar. Cuando entras en un proyecto y no sabes por dónde empezar, tu energía está puesta en cómo lo haces. Nuestra energía está en hacer lo más singular en cada detalle de ese proyecto.
Digamos que para fluir hay que tener una estructura.
Absolutamente. Tenés que tener una relación y una experiencia con los ciclos, saber que primero se empieza por el piso y después al final se termina por el techo. Sobre todo en cuestiones tan intangibles, como la creatividad en la tecnología puntualmente y la tecnología en general. Es importante entender cuál es ese índice para poder desarrollar de una mejor manera la historia que queremos contar con nuestros productos.
En cuanto a la tecnología, ¿para vos qué es lo más esperanzador y lo más preocupante de los avances tecnológicos?
La tecnología es la capacidad que tiene el ser humano de crear herramientas para modificar su ambiente. El fuego es tecnología. Y nosotros como especie tenemos la habilidad de crear constantemente herramientas que nos permiten adaptarnos mejor al ecosistema en el que vivimos. Por ende yo creo que la naturaleza es inteligente y nos va a saber guiar a usar esa habilidad para cosas buenas.
¿Sería hacernos responsables?
Estamos justo en un proceso donde tenemos que empezar a trabajar en la responsabilidad que conlleva esta tecnología. Yo creo que cuando se inventó el fuego, la gente no iba quemando gente por la vida, lo mismo cuando se inventaron los autos, la gente no iba en el auto chocando gente. La esperanza es que somos una especie que crea herramientas que pueden modificar su ambiente para poder trascender en el tiempo.
¿Cuáles son los desafíos de hoy?
Creo que hoy los desafíos a nivel especie trascienden hasta nuestro planeta, estamos buscando horizontes nuevos. Hoy hay mucha gente que está pensando cómo reparar el desconocimiento que teníamos hace muchos años en cómo cuidar el planeta y hay mucha gente usando tecnología para reparar el planeta o a minimizar el impacto que generamos. Y sé que vamos a terminar resolviéndolo.
¿Nada te da miedo?
Puntualmente, lo que más cagazo me da es qué cosas no estamos entendiendo que generan un impacto negativo en donde vivimos. Siempre digo que nosotros somos una generación que vio el deterioro del planeta en HD, por eso somos conscientes. Las generaciones atrás nuestro por ahí lo veían en blanco y negro o ni siquiera o lo escuchaban por la radio. Nosotros vimos el deterioro de nuestra fauna, nuestra flora, nuestro planeta en HD. Somos muy conscientes de que hacer un pozo y extraer petróleo y no cuidar alrededor está mal, que contamina. Lo que me da un poco de miedo es que estamos en un momento de tanto acelere, tanta velocidad y tanta exponencialidad que no sé cuánto tiempo vamos a tener para darnos cuenta de que algo puede ser malo. Yo entiendo que hay un proceso de prueba y error, pero bueno, ahora el error es más cercano y más rápido y por ahí tiene más impacto. Tenemos que empezar a crear formas para disminuir el impacto de lo que hacemos aunque no lo conozcamos.
¿Cuál crees que es el papel del error o cómo te llevas con el error en un proceso creativo?
Es muy importante. Ahora se habla mucho del error y el aprendizaje medio como sinónimos. Bueno, lo dice Darwin: el error de la cadena genética es lo que permite la evolución y un poco el error es eso, por ahí es un golpe de suerte que hace que te adaptes por un error a algo y tenés una circunstancia nueva que por ahí si hubieras sido consciente de la perfección de lo que buscabas nunca lo hubieras tenido en cuenta. El error es una oportunidad para dar la vuelta o para descubrir algo nuevo.
Hablando de lo incierto de los procesos y de la expansión de la consciencia, ¿qué papel tiene el cannabis en tu historia como creativo?
Bueno, es como en el Age of Empires: tenías un mapa negro y lo ibas iluminando a medida que ibas explorando. Ir caminando por ese estado desinhibido es animarte a llegar a descubrir lados que están en lo que no ves y encontrar más recursos. Eso no quiere decir que vas a encontrar la verdad de la milanesa en un estado más desinhibido, más de flow, pero la realidad es que las formas que un equipo puede desinhibirse, puede ser riéndote, podés meditar, podés usar estas cuestiones.
¿La expansión de la consciencia sería como un juego?
El punto es hasta dónde podés desafiar tu cabeza para explorar lugares y no tener inhibición para, a partir de ahí, poder empezar a jugar. Si estamos bajo presión y todos te miran y te piden la mejor idea, vos vas a pensar que la mejor idea es lo que digas en ese momento. Pero cuando empezas a jugar y empezás a interactuar y a explorar, vas a encontrar que lo importante no es lo que encontrás sino lo que explorás y cuanto más explores más vas a encontrar. Ahí es cuando empezás a converger en esos procesos creativos y vas a llegar a lugares por ahí más nutritivos de ideas.
O sea que no es un mito ni una abstracción científica que el cannabis es amigo de la creatividad
Yo creo que estar desinhibido es una herramienta que puede ayudar a la hora de desarrollar un proceso creativo, como muchas otras que hay dando vueltas. Pero eso no quiere decir que las ideas nazcan solo con esa herramienta. Lo que vos buscas al usar cualquier técnica para diverger es llegar a más lugares que por ahí en la normalidad de tu conciencia, no los podes encontrar.
¿Cuán importante crees que es estar en el mismo flash con los otros para que la dinámica de expansión creativa sea virtuosa?
Es muy importante que el grupo que está trabajando en un proceso creativo esté en flow. Es muy importante también el foco. Hay momentos donde estás en soledad, bajando, subiendo cosas a tierra, diseñando, escribiendo, pero es importante estar en ese estado donde no sos consciente del tiempo.
¿A qué te referís?
Hay un momento espacio-tiempo donde vos te abstraes del tiempo, pero estás muy focalizado en ese momento, hace que tu cerebro se empiece a expandir. Eso es muy importante estando solo como estando en grupo y para eso tenés que estar totalmente confiado y desinhibido en la actividad en la que estás.
¿Qué sería estar desinhibido?
No tenés que tener nada de vergüenza, porque la realidad es que para poder tener una buena idea tenés que tener muchas malas y no te tiene que dar vergüenza, porque al final va a terminar cayendo una buena. Es un trabajo en el que se van uniendo puntos. Vos me podés decir una idea, yo puedo trabajar sobre tu concepto y empezar a escalarlo, al mismo tiempo va a venir alguien con otra habilidad distinta como la ingeniería y puede potenciarlo.
Pero la base es el flow, digamos
Sí, para ese laburo desinhibido, de flujo de información y de trabajo colaborativo, es muy importante, que las personas se sientan seguras, desinhibidas y colaborativas para que puedas trabajar sobre el espectro de las ideas.
¿Y cuánto de ese flow es potenciado por la experiencia cannábica?
Bueno, cuando estás con el cannabis, no pensás en que lo que pensás es una estupidez. La realidad es que también va mucho con la personalidad de cada uno. Hay gente que al principio le cuesta arrancar con ritmo, que le cuesta enfrentarse a la opinión del otro con respecto a sus ideas y se estimula para poder llevar esto adelante. A medida que va pasando el tiempo, sabes cuándo es el momento indicado para usar la planta, para qué y cómo. La realidad es que a veces la utilizás para aislarte de la presión que tenés del día a día porque necesitás un momento de calma.
¿Cuándo sentís que la necesitás menos?
Cuando ya no te da vergüenza decir boludeces o a veces tiras vos boludeces para que el resto se desinhiba. Yo creo que es una herramienta, es un camino. ¿Es importante? Y, dependiendo para quién. Yo tengo una buena relación con la planta, he tenido grandes disparadores, para mí la idea es una consecuencia del trabajo de los disparadores. Lo que uno ve como idea es la conclusión de un trabajo en equipo en el que no podés estar todo el tiempo bajo los efectos, porque el margen de error es muy alto.
¿Qué tipo de ideas de Paisanos fueron disparadas en estado cannábico y llegaron a buen puerto?
Nosotros trabajamos en muchos proyectos que la gente conoce. Hemos hecho cosas para marcas de delivery y hemos hecho cosas exitosas en la época del Mundial: una notificación push de que la Copa venía en camino desde Qatar y eso nos llevó a un León de Cannes. Todos nos acordamos de una aplicación que une a todos los bancos que tienen un gesto de pago muy memorable, muy distinto al resto de las aplicaciones que usamos para los pagos que es haciendo el gesto de tirar un billete. Eso también salió de un momento de flow donde por ahí nos reímos de un meme, de alguien tirando plata.
Suena que fueron flashes memorables
La realidad es que esas creatividades tienen un componente muy grande de desinhibición, de estados más creativos que ayudan a por ahí decir un chiste, que ese chiste performe y termine convirtiéndose en un disparador creativo. Que después como consecuencia tiene un trabajo que en el tiempo empieza a performar y se termina convirtiendo en una gran hazaña. Yo no creo que la gran hazaña se de a partir de esto de estar en flow, pero bueno, sabemos que estar así te abre, te pone más espontáneo en algunas ideas y por ahí el framework que vos tenés contra el mundo cuando estás inhibido no es el mismo que cuando estás desinhibido y por ahí las cosas que vas diciendo en una dinámica son distintas. Digamos que el flow tiene que ver mucho en el inicio del proceso no tanto en el éxito.
Trabajan siempre en equipo, ¿cómo crees que es la ecuación entre el ego y la creatividad?
Para mi se lleva mucho mejor la autoestima con la creatividad. El ego pone una barrera en la relación que tenemos con las personas, porque te impone la necesidad de estar demostrando algo. En ese sentido, el ego no va tanto con compartir. En cambio la autoestima sí, porque si vos te sentís seguro de lo que estás proponiendo es porque estás mejor internamente. Yo creo que hoy en día el tipo de proyectos que nosotros solemos llevar adelante tienen mucho más que ver con el compartir habilidades que con imponer visiones.
¿Cómo se manejan entonces los límites de roles en un equipo creativo?
Hay personas que obviamente tienen un rol más de coordinación, personas que tienen el trabajo de orientar hacia dónde se va, pero no tenés que olvidarte que hay muchas habilidades alrededor del grupo de trabajo que son complementarias para poder llevar esas ideas a un lugar seguro. Entonces es importante que todas las personas que están participando de estas dinámicas sientan que su aporte está siendo productivo para el resto del grupo. Nosotros tenemos que hacer convivir las ideas con el diseño, con el sentido estético, con los procesos de ingeniería, con la matemática, con el análisis, con el marketing, con los datos, con los objetivos de comercialización. Son muchas cosas. Al final es como una orquesta: cada instrumento tiene vida distinta y nosotros lo que tenemos que hacer es saber qué estilo de director somos para que la melodía sea uniforme.
¿Dirigir es tener poder?
Es otra cosa. El que dirige no puede dejar de dirigir, no puede estar tocando el piano, la guitarra, el violonchelo, el violín, tiene que estar concentrado en el todo, en la melodía, en la partitura y para eso tiene la responsabilidad de elegir. Hay miles de formas, no hay una buena o una mala, pero el que dirige tiene que ser consciente que tiene que hacer que todo suene unísono y que el proyecto sea una composición, con un montón de matices pero al final que sea una pieza única.
¿Qué es lo que para vos es constitutivo de una buena idea?
Yo tengo una relación espectacular con las ideas. Es lo que más quiero encontrar, todo el tiempo. No les tengo miedo para nada. Yo creo que hay algo que se da en un grupo cuando está ideando que se huele, está dando vueltas. Y te das cuenta cuando el grupo está llegando a ese nivel donde hay algo ahí. Vos sabes que estás gestando algo, el tema es no desesperarse, saber que va a llegar. Las buenas ideas se van amoldando. Por ahí la buena idea nace de una manera y termina de otra. Lo importante es bajarla, es ver cuándo hay una sinapsis grupal, cuándo empiezan a conectarse las energías de la gente.
¿Y cómo te das cuenta?
Te das cuenta en los ojos, te das cuenta en la sonrisa, te das cuenta cuando empieza a fluir el grupo hasta que empiezan a hablar todos de lo mismo. Cuando empezás a hacer un brainstorming, está cada uno en sus propuestas y con el tiempo empiezan a trabajar sobre lo mismo y empiezan a sumarse, es como una bola de nieve.
¿Qué sería una idea en sí?
Para mi las ideas son las cosas que inician las obras, son los argumentos que necesita la energía de los grupos para terminar concluyendo en una obra. Pero uno no hace ideas, uno hace obras. Y la materia prima de la obra es la cocreación y traer a la mesa diferentes ideas y esas diferentes ideas terminan armando algo que termina siendo la obra.
¿De qué tipo de obra hablás?
Obras de arte, obras de tecnología, soluciones, música. Las personas tienen habilidades que hacen que las ideas se junten y terminen concluyendo en obras. Para mí lo más interesante que tenemos como seres humanos es nuestra capacidad para hacer obras, como una pirámide que hace 2000, 3000 años que está ahí, como un acueducto o como el disco The Wall: son obras, no son ideas. Yo creo que la relación que tenemos que tener entre las ideas, las personas y los proyectos es que concluyan en obras. Nosotros lo que hacemos son obras, que son y nacen de las ideas, pero al final son obras.
¿Te acordás cuándo fue la primera vez que viste o escuchaste algo y tuviste la sensación de “ah, esto es una obra”?
Yo hacía rampas para saltar en la bici y eran obras, vivía en Entre Ríos y en la época de las inundaciones era un juego pasar entre los acueductos y hacíamos rampas. Uno traía maderas, otro piedras y otro una pala: era una obra. O estaba en tecnología en el colegio y uno venía de la casa con un hack para la compu y hacíamos poronga el estudio de informática del colegio: era una obra. Los chistes son obras. Es más yo creo que la creatividad se inventó para hacer jodas.
¿Qué otras obras destacarías?
Los Beatles, es para escuchar todos los discos, uno atrás del otro. Internet: yo creo que es la obra más zarpada del humano porque no paramos de crear ahí adentro. Y bueno, la civilización en sí, la forma en que nos comportamos socialmente. Hay un libro que se llama Sapiens: De animales a dioses de Yuval Noaḥ Harari. Dice que la civilización en sí es una obra que tiene muchos momentos y que se sigue reconvirtiendo todo el tiempo. Entonces si vamos a lo más grande o a lo más chico, la civilización es una obra que hay que sentarse a disfrutar, para entenderla y no entenderla, y seguir construyéndola.
Si es así, todos nosotros somos parte de la obra
Es que la obra es lo mismo que la vida: los amigos son la obra, la familia es la obra, las pasiones son la obra. Todo al final termina siendo la narrativa que vas construyendo a lo largo del tiempo para poder dejar un legado. Yo creo que las personas tenemos que tener esa vocación por trascender. El miedo a lo que la tecnología pueda generar está ahí, en el acelere que nos haga olvidar que eso es lo importante.