A pesar de que más de la mitad de los estados de Estados Unidos han regulado el uso terapéutico de la marihuana, el hecho de que la planta aún forme parte de la Lista I de sustancias controladas de ese país limita la posibilidad de realizar estudios científicos sobre sus efectos y sus propiedades medicinales.
Miembros de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina solicitaron que el gobierno sea más flexible a la hora de permitir la realización de investigaciones con cannabis ya que, en la actualidad, sólo se puede trabajar con muestras de marihuana en el laboratorio de la Universidad de Mississippi.
La institución solicitó la reclasificación del cannabis a través de un informe confeccionado tras llevar adelante una revisión de los estudios médicos hechos hasta la fecha con cannabis. Los autores concluyeron, entre otras cosas, que la falta de evidencia sobre la eficacia de la planta para tratar varias patologías es consecuencia de las dificultades que los científicos tienen para llevar adelante las investigaciones necesarias.
Además, la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina consideró “absurdo” que no puedan estudiarse los componentes de productos que se encuentran en el mercado -medicamentos, alimentos, etc.- y son consumidos por un gran número de personas.