A la hora de armar un espacio de cultivo interior, se suele prestar especial atención a las lámparas y a la iluminación las plantas. También a las turbinas y ventiladores que se encargarán de la ventilación del cuarto o carpa.
Sin embargo, hay otros elementos muy importantes para el correcto funcionamiento del cultivo. Entre ellos, los timers y los dimmers.
Timer
Es el encargado de encender y apagar la luz y le ventilación en el horario en que lo programemos. Este puede ser analógico o digital y es de suma importancia, ya que no podemos encender las luces en diferentes horarios: el clave mantener una regularidad precisa.
Si no instalamos uno en nuestro espacio de cultivo y encendemos y apagamos las luces todos los días en diferentes horarios, nuestras plantas van a estresarse, frenando así su desarrollo o impidiendo sus floración.
Es una inversión para nada imposible y va a cambiarnos completamente el escenario. No sólo va a mejorar nuestro cultivo y evitar problemas, también va a darnos una mano para usar la energía eléctrica justa y necesaria.
Dimmer
Con este instrumento regularemos la renovación de aire, lo que implica controlar el caudal de aire que vamos a renovar en cierta cantidad de tiempo.
Lo que nos permite un dimmer es poder regular la velocidad de la extracción (en las turbinas que lo habilitan) según los requerimientos y la cantidad de plantas que tengamos en el cuarto de cultivo.
El dimmer regula el caudal de aire que vamos a renovar en el espacio de cultivo en un tiempo determinado, que varía de acuerdo a la necesidades: a mayor temperatura deberemos renovar el aire con más frecuencia.
Idealmente debemos renovar el volumen de aire que contiene un cuarto o carpa de cultivo (que se obtiene multiplicando el alto x el ancho x la profundidad) al menos una vez por minuto. Esto puede aumentar en caso de que necesitemos bajar la temperatura del lugar.
En ese sentido, el caudal de renovación puede diferir en un cultivo interior de verano con otro de invierno en el mismo espacio.