Los microcultivos de cannabis son cultivos pequeños, que se llevan adelante en espacios reducidos. Ofrecen como beneficio la discreción, además de que, al ser plantas de menor tamaño, su tiempo de crecimiento es más reducido. Esto nos va a permitir realizar varios cultivos al año. También, los cultivos en miniatura generan una buena producción de flores, de excelente calidad, aunque no muy abundantes en cantidad.
Te contamos todos lo que tenés que saber para iniciar tu microcultivo, una muy buena opción para aquellos que quieren dar sus primeros pasos en el arte del cultivo de cannabis.
Cultivo en espacios reducidos: ¿cuánto ocupa una planta?
Por lo general, los microcultivos se realizan en contenedores de 500 mililitros o menos. Se trata de cultivos que pueden desarrollarse en espacios que cuenten con menos de 1m x 1m. Muchos usuarios utilizan muebles, roperos o bajo mesadas para llevar a cabo esta práctica.
La forma más económica de hacerlo es con un ropero o un mueble ya existente. Es importante que este cuente con puertas, para evitar así la contaminación lumínica. Debemos asegurarnos que nuestra planta reciba su tiempo de oscuridad necesario. Muchas personas resuelven esto utilizando cinta duct tape en los bordes de las puertas, de modo que la luz no ingrese de ninguna forma. Hacia el interior del ropero, debemos procurar que las paredes puedan reflejar la luz. Para eso, podemos pintar el espacio de blanco o utilizar papel mylar.
Acondicionamiento del espacio
Más allá del lugar que elijamos para realizar nuestros microcultivos, es importante que ese espacio esté bien acondicionado.
En primer lugar, debemos atender a la ventilación, que haya flujo de aire. Una buena solución para esto, si estamos utilizando un ropero, es realizar dos agujeros del tamaño de una naranja en el extremo superior e inferior. En el agujero de arriba es donde pondremos el extractor. Un cooler de 220 cumplirá bien con la tarea. Por otra parte, para que circule el aire dentro del armario, podemos utilizar un pequeño ventilador.
Además, hay que controlar dos variables indispensables: temperatura y humedad. Es aquí cuando entra un concepto importante: el Déficit de Presión de Vapor (DPV). El DPV es la diferencia entre la cantidad de vapor de agua que podría haber y la que ciertamente hay en nuestro cultivo. Existe una tabla que muestra cuáles son los rangos ideales en los que se deberían mantener la temperatura y la humedad en nuestros espacios de cultivo. La idea es que la planta reciba la temperatura y humedad ideales para transpirar a través de sus estomas. Así, exigirá más nutrientes y se facilitará la fotosíntesis. Cómo resultado, obtendremos una planta que crecerá más sana.
El elemento que más se utiliza para controlar estos valores es el termohigrómetro, que permite mediciones más precisas. Lo ideal es que cuente con registro de máximas y mínimas.
¿Cómo inicio mi cultivo en espacios reducidos?
Para los cultivos en miniatura no se recomienda iniciar con el plantado de semillas, porque de esta manera deberíamos esperar como mínimo un mes a que la planta llegue a su edad adulta para luego entrar en floración.
En estos casos, lo que se recomienda es comenzar a partir de un esqueje, que comparte los mismos tiempos que la planta madre, por lo que puede inducirse a la floración en el momento que nosotros creamos conveniente. Además, el sistema radicular de los esquejes es menor que el de una planta nacida de semilla, lo cuál nos va a beneficiar al utilizar recipientes tan pequeños.
Armado de sustrato y fertilización
Pasar los clones a su contenedor definitivo muchas veces trae problemas de sobrefertilización. Para evitar inconvenientes, podemos preparar la maceta en capas.
En la base, iría el compost, el humus, biochar y el polvo de rocas. En la siguiente capa, se coloca el sustrato convencional, y por último la turba o fibra de coco. Para terminar, vamos a ubicar mantillo seco en la superficie para evitar la evaporación. De esta manera, no se nos haría necesario utilizar fertilizantes minerales.
Además, cuando trasplantemos a la maceta definitiva ya podemos inducir a nuestra planta a la floración, por lo que habría que modificar el fotoperiodo. A partir de ese momento, la planta debería recibir 12 horas de luz y 12 horas de completa oscuridad al día.
Cultivo en espacios reducidos: iluminación
Para nuestro cultivo de espacios reducidos vamos a necesitar la iluminación adecuada. En los microcultivos, se recomienda usar un poco más de luz de lo normal para conseguir flores más compactas. Con respecto a la potencia de las luces, podemos tomar como referencia que para 0,8 x 0,8 se usan 400 w, para 1 x 1 sirven 600 w y para 1,5 x 1,5 m con 1000 w es suficiente.
Sin embargo, para este tipo de cultivos es ideal utilizar luces LED, que las hay de todo tipo. Lo ideal es que hablemos con el fabricante para que nos asesore con respecto al rendimiento, la emisión del calor o la distancia mínima a la que se debe ubicar la lampara. Todo esto se deberá evaluar teniendo en cuenta nuestro cultivo particular. Además, si tenemos la posibilidad de utilizar luces LED, sería bueno escoger alguna que tenga un buen balance de rojos para estimular los fitocromos.
¿Qué hago con mi cultivo cuando hace mucho calor?
En épocas muy calurosas, podemos encontrarnos con dificultades en nuestro cultivo de interior. Controlar el DPV será más difícil, y la aparición de plagas se ve favorecida con las altas temperaturas.
Como medida más básica, debemos procurar que las puertas de nuestro armario o del espacio que estemos utilizando no se vean expuestas a la luz y el calor del sol.
Otra buena idea es prender las luces durante la noche en la etapa de floración, de manera tal que se mantengan apagadas en las horas más calurosas del día.
Además, las luces LED también ofrecen un beneficio en este sentido, ya que son las que menos calor emiten. Existen LEDs que emiten únicamente 10°C más de calor. Sin embargo, las opciones son diversas, por lo que es preciso consultar con el vendedor para despejar dudas.
En caso de que contemos con aire en la habitación en la que se ubica nuestro indoor, debemos procurar que el ambiente no se seque de más, porque podría provocar un desequilibrio en la humedad y la temperatura. Para palear esta problemática, muchos eligen utilizar un humificador ambiental.