Las últimas semanas de floración son una etapa crucial donde querremos evitar cualquier tipo de inconveniente. La cosecha está cerca y lo más difícil ya ha pasado, pero en estos últimos días es esencial ser precavidos. ¿Qué medidas tomar en los momentos finales del cultivo?
Cuidados esenciales en las últimas semanas de floración
Los cuidados en esta etapa son más que nada preventivos. Es decir, debemos evitar cualquier práctica que favorezca a la aparición de patógenos o que pueda dañar a los cultivos. ¿Qué debemos hacer exactamente?
Cuidar a las plantas de lluvias
Un factor fundamental a evitar en floración avanzada son las tormentas. Si nuestras plantas no son protegidas del agua de las precipitaciones, se puede generar un exceso de humedad que traiga consigo hongos muy perjudiciales para los cultivos. Además, hay que recordar que estamos cerca del corte, y si nuestros cogollos se humedecen con la lluvia, el secado podría extenderse más de lo normal.
La solución más efectiva para el problema de las precipitaciones es utilizar un invernáculo, que también sirve para el resto de las etapas de cultivo. Nuestras plantas estarían protegidas de vientos fuertes, tormentas o exceso de calor. Pero si no contamos con esta opción y nuestras plantas están en macetas, podemos simplemente moverlas a algún lugar techado hasta que termine la tormenta, de forma que no entren en contacto con el agua.
Dejar de fertilizar y aumentar el riego
En las últimas semanas de floración, se recomienda dejar de utilizar fertilizantes para eliminar cualquier exceso de nutrientes. De esta manera, tendremos una experiencia más amena al fumar y una mejor calidad en las flores.
Los cogollos con sobrante de nutrientes se queman mal, tienen un sabor más desagradable y además molestan a la garganta. Por esto, se aconseja dejar de abonar con tiempo.
Si al detener la fertilización notamos que las hojas se vuelven de un color más amarillo, no hay que asustarse, es normal. De hecho, es signo de que vamos por el camino correcto.
A su vez, al mismo tiempo que dejamos de abonar, lo ideal sería aumentar el agua de riego, para ayudar a lavar los nutrientes y contribuir a la maduración de las flores. Ahora, si nuestras plantas están demasiado verdes y ya estamos prontos a la cosecha, probablemente hayamos fertilizado mucho y necesiten directamente un lavado de raíces.
¿Cómo aplicar el lavado de raíces?
La forma más fácil de realizar el lavado de raíces requiere únicamente de agua. Esta técnica consta de regar los cultivos con el doble o triple de agua de la capacidad de la maceta. Por ejemplo, en un contenedor de 10 litros, tendremos que regar con entre 20 y 30 litros de agua.
Se trata de una práctica que debemos realizar con cuidado, para no ahogar a las plantas. Por eso, lo más apropiado es irrigar de manera espaciada, observando que el drenaje sea bueno: en principio, el agua será oscura, pero luego se irá aclarando. Si en el proceso se forma un charco en la superficie del sustrato, tendremos que esperar a que se absorba para seguir administrando el agua.
¿Qué hago si identifico una plaga en las últimas semanas de floración?
Si bien no es lo más común, podemos encontrarnos con una situación en la que las plagas ataquen en floración avanzada. Lo primero que hay que saber es que no se deben utilizar productos químicos ante una situación así. Los plaguicidas tardan en degradarse, lo cual es un problema porque estamos prontos a cortar y utilizar las flores.
Ahora, ¿qué hacemos con las plagas en esta etapa si no podemos usar plaguicidas químicos? En floración avanzada, conviene recurrir al control biológico, que consta de utilizar microorganismos benéficos que defenderán a nuestros cultivos de las plagas de forma natural.
Uno de los agentes que nos puede ayudar es el hongo beauveria bassiana. Es efectivo para combatir más de 200 tipos de plagas, y se consigue fácilmente en viveros o growshops.
Otra opción es la bacteria bacillus thuringiensis. También es de fácil acceso y es eficiente contra la mosca blanca, los pulgones, los chinches, los gusanos, y contra la mosca del mantillo si aplicamos foliarmente.
¿Cómo me doy cuenta que estoy en las últimas semanas de floración?
Al principio, puede ser complicado identificar cuando estamos acercándonos a la cosecha. Aquí tiene que entrar en juego nuestra percepción, que es la que nos ayudará a determinar si estamos en los últimos días del cultivo. Afortunadamente, existen señales que nos indicarán que pronto podremos cortar los cogollos.
1) Uno de los indicadores más evidentes es el tamaño de las flores. Con el avance de la floración, los brotes van engordando cada vez más, hasta que la planta deja de producir nuevos cogollos. Algo importante a destacar es que, a medida que las flores maduran, debemos ser más cuidadosos a la hora de manipularlas. Procurar no aplastarlas ni rozarlas demasiado nos ayudará a mantener su calidad y a conservar correctamente la resina.
2) Otra señal para identificar la llegada de la cosecha es el aspecto de los cálices y los pistilos. Sabremos que estamos en momento de corte cuando los cálices se hinchen y los pistilos se vuelven amarronados.
3) Un indicador clásico es observar el color de los tricomas. Para esto, tendremos que ayudarnos de una lupa. En un inicio, los tricomas serán transparentes. Luego, se tornarán de un color blanquecino, para finalmente volverse en un ámbar, lo que indica que los tricomas ya se están oxidando. Para las índicas, conviene cortar cuando la mayor parte de los tricomas estén blancos, porque es aquí cuando se alcanza la mayor concentración de THC. Pero para sativas, muchos cultivadores recomiendan cortar cuando los tricomas están de color ámbar.
Puede que todos estos indicios parezcan un poco ambiguos al principio, por eso es importante tenerlos en cuenta en conjunto para alcanzar la mayor precisión posible a la hora de determinar el momento de cortar las flores.
Preparativos antes de la cosecha: temperatura y humedad ideales
Si atravesamos de manera óptima las últimas semanas de floración, podemos pasar a la cosecha. Para este momento, hay que tener en cuenta no solo la temperatura y humedad del día de corte, sino también de los días subsiguientes. Recordemos que una humedad prolongada puede afectar al secado, generando hongos. Por este motivo, revisar el pronóstico con antelación resulta primordial.
Lo mejor sería que el día de la cosecha haya una humedad menor al 50% y que esté soleado. Para los siguientes días, sería óptimo que la temperatura ronde en los 20°C.
Cómo aumentar la resina y los terpenos en la última etapa
Existe una técnica para aumentar la producción de cannabinoides, y para ella simplemente necesitaremos aspirina. ¿Por qué la aspirina contribuye a aumentar la producción? Porque contiene ácido salicílico, un componente que estimula al sistema inmunológico de las plantas de cannabis. Sucede que el cannabis sintetiza ácido salicílico cuando es atacado por una bacteria para dar aviso al resto del sistema que están atravesando una infección. Como respuesta defensiva, hay un aumento de cannabinoides y terpenos.
Para aplicar este truco debemos diluir un cuarto de aspirina de 500 miligramos de ácido salicílico en un litro de agua. Aplicamos el preparado en la cara inferior de las hojas más cercanas a los cogollos utilizando un hisopo. Esto se puede realizar todos los días o día por medio, pero atendiendo al aspecto de las hojas. Si se vuelven amarillas, tendríamos que detener esta práctica porque ya nos habremos excedido.