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Mark McCloud, el artista del LSD que guarda la mayor colección de cartones del mundo

Los años 60 fueron la meca de la psicodelia. El LSD transfomó la cultura occidental y fue parte de una juventud que discutía el orden establecido en todos sus aspectos.

El ácido lisérgico primero circuló en goteros, pero cuando llegó la era de la prohibición, tuvo que tomar un formato más discreto. Así aparecieron los blotters, los papeles secantes o “cartones” que se impregnan en LSD  y subdivididos para separar las dosis.

En poco tiempo el dibujo y diseño sobre esos cartones se transformó en otro aspecto de la cultura. Fue el nacimiento de lo que se conoce como “blotter art”.

Mikhail Gorbachov, político ruso, último Jefe de Estado de la Unión Soviética.

Con el tiempo comenzaron a multiplicarse colores y luego diseños, representando personas o símbolos de la cultura popular y pronto nació un arte en si mismo: muchos diseños cargan una buena dosis de ironía, como los que representan a políticos.

Mark McCloud es una de los artistas más importantes del “blotter art”, el arte de diseñar los cartones impregnados de LSD. Hoy tiene 33 mil planchas de colección en su casa.

Uno de los artistas y coleccionistas más importantes de este movimiento es Marc Mc Cloud. Marc nació en Argentina y se crió en Buenos Aires. Para al comienzo de su adolescencia ya vivía en California, Estados Unidos.

En los años 70, Mark McCloud comenzó a diseñar y dibujar blotters. Pero no sólo se volvió un artista del LSD sino que también comenzó a coleccionar planchas enteras que hoy tiene en su casa: unas 33 mil.

Ciencia y cultura

¿Dónde nació esa decisión de dedicarte al arte del LSD?
Yo era un artista normal hasta que probé el acido y dije: “Yo quiero hacer las figuritas”. Y me tiré a dibujarlas. Tuve como 60 trips antes de tomar el que tenía mi nombre. Hay un sólo viaje reservado para eso. Los otros te muestran un poco de esto, un poco de aquello. Hasta que te llega uno en que lo ves todo. Y eso me pasó cuando tomé la Orange Sunshine de Owsley.

El Sombrerero, personaje de “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll

En la cultura del LSD se mezclan arte y ciencia. Albert Hofmann, su descubridor, ¿era una mezcla entre los dos?
Era mejor que genio. Genio lo pondría en otra parte. Lo defino como el amigo que está con vos sosteniendo la banderita en la cancha. Era como Yoda. Quiero que sean realistas y piensen un minuto en la química: la dictadura del doctor Hofmann fue rota por su accidente en el laboratorio, y es el accidente que convirtió al LSD en trip. Él vino a aislar la sustancia cinco años después de haberla hecho, porque la hizo en el 38 y la empezó a estudiar de vuelta en el 43 y ahí se volcó un poco sobre la uña y la pata, no se sabe. Pero rompiendo el orden químico, es el accidente el que trajo al ácido.

“Cuando Hofmann descubrió el ácido vio por primera vez el milagro de la naturaleza. Por eso quise relacionarme con el ácido, para cumplir los 102 y no estar todo zoncito. Eso es lo que yo quiero: no ser un viejo idiota”.

Hofmann dijo que sólo consumió ácido 12 veces en su vida. ¿Te asombró enterarte de eso?
No me sorprende porque sus primeras dosis estaban mal calculadas. La primera vez ni sabemos lo que tomó; la segunda, creía que la dosis eran 250 microgramos, ¡un montón!, pero en los últimos años se dio cuenta de que 50 microgramos eran suficientes para él. Hofmann tiene un libro muy personal, Inside out [fue traducido como Mundo interior, Mundo exterior], un librito corto donde habla de cómo vio por primera vez el milagro de la máquina, el deus ex machina de la naturaleza y cómo la encontró de vuelta. Por eso quise relacionarme con el ácido, para cumplir los 102 y no estar todo zoncito. Eso es lo que yo quiero: no ser un viejo idiota.

¿Y qué es para vos un viaje?, ¿cómo te fue en general?
A mí me ha ido muy bien en el viaje, pero también me ha ido muy, muy mal. El mejor viaje es aquel en el que me fue muy, muy mal. Ahí es cuando más aprendés, porque aprendés a morir y a vivir de vuelta. Y eso es lo que estás buscando, tu inmortalidad. Morirte y volver no es problema. El problema podría ser morirte y no volver. Podés preguntarle lo que quieras al ácido.

Mark el artesano

¿Qué sistema se usa para hacer el grabado de los cartones?
Antes siempre tenían que poner los colores con un poco de tinta de plata o de oro porque eso hacía que los colores no se disolvieran cuando les metías el ácido. Tenés que ajustar los colores con fijador, con tinta de oro o de plata, que no se disuelve en el alcohol cuando se seca. Pero ahora están reemplazando todo eso con tintas de soja.

¿Con cuál de tus últimos diseños estás más contento?
La última con la que me agarraron… fueron los preservativos que bailan y los elefantes de la serie de Dumbo y sus alucinaciones cuando aprende a volar. La última con la que me acusaron fue esa, dos de mil cada una.

Tengo unas 33 mil planchas, la última vez que los contó el FBI, eso fue hace 10 años. ¡Ahora hay muchos más! Y son 2 mil por cada uno de los 33 mil, porque ellos cuentan las hojas, no las figuritas. Así se que serían unos… 66 millones de cartoncitos.

Pero además de tus creaciones te transformaste en el mayor coleccionista de cartones del mundo
Bueno, junto con la DEA, ¿no?

¿De cuántos cartones se compone tu colección?
Eran 33 mil la última vez que los contó el FBI, eso fue hace 10 años. ¡Ahora hay muchos más! Y son 2 mil por cada uno de los 33 mil, porque ellos cuentan las hojas, no las figuritas. Así se que serían unos… 66 millones de cartoncitos.

¿Y cuál es el diseño que te parece más interesante?
Tengo muchas que me parecen fascinante, pero la última cosa que vi que me encantó era de Ámsterdam: mil figuritas que son de El Bosco en el panel central de El jardín de las delicias. Está buenísimo. La hicieron de dos impresiones, una de cada lado, sacándole un color de la matriz del lado de atrás para hacerlo bien difícil de replicar.

¿Y cómo guardás los cartones para que no se arruinen?
Los que están sobre la pared están cuidados en su forma, pero hay que tener en cuenta que el ácido propio está morfando el papel. Además el oxígeno y la luz ultravioleta convierten el LSD-25 en una sustancia no psicoactiva. Y por eso no me meten preso teniendo todo esto en casa.

El psicólogo y psiconauta mediático Timothy Leary

O sea que los cartones que tenés los neutralizaste para no tener problemas
Los podés neutralizar sólo poniéndolos a la pared porque empezaste el proceso con luz ultravioleta y oxígeno. En el 87, cuando me visitó el FBI, me dijeron: “Queremos sacar fotos”. “Claro, saque las que quiera”, les contesté. Me dicen: “¿Están neutralizados estos?”, y les digo: “Claro que sí. Están en proceso, son neutralizados sobre la pared”.

Les podrías haber dicho que le pasen la lengua
Claro, si lo dudan, ¡que lo prueben!, porque ése es el problema: tenés un montón de tipos que le tienen miedo a esta cosa que no probaron. Pero si lo prueban… ¡se termina el problema!


Texto: Colectivo Fmp3
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