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Cannabis veterinario: cada vez más refugios de animales rescatados de la calle suman la planta a los tratamientos

Según la Primera Encuesta Nacional de Cannabis de Argentina, de las más de 64 mil personas encuestadas el 17,6% hace un uso medicinal del cannabis.

En ese universo hay un 0,4% que usan la planta para tratar alguna afección de salud en animales no humanos.

Si bien se trata de una cifra muchísimo menor en comparación al 80% de las personas que hace un uso “recreativo” del cannabis, la aplicación veterinaria es una realidad en todas las provincias del país.

Moquillo, ansiedad o desnutrición son algunas de las condiciones de salud más típicas que padecen los animales abandonados o que nacieron en la calle.

Por eso, los refugios que se dedican a rescatarlos y encontrarles un hogar cada vez hacen más frecuente el uso de cannabis para que con la planta también puedan mejorar su calidad de vida.

“Usamos el aceite para la etapa neurológica del moquillo en perros porque es una etapa muy mortal. Se utiliza particularmente para el tratamiento del llanto neurológico, para que el animal no esté tan dopado, ya que les dan las mismas drogas que a los humanos”, le cuenta a THC Malala Fontán, la activista argentina que rescata perros en Villa Inflamable, en la localidad bonaerense de Dock Sud.

“Lo bueno del animal es que no tiene un prejuicio sobre el cannabis y al tomarlo hace un efecto increíble, no está sugestionado como el humano. Ahí radica la magia de la planta, lo súper recomiendo”, cuenta Ruth Palavecino, quien adoptó un animal con dolor crónico

Fontán es parte de la agrupación “Compromiso inflamable”, que se dedican a ubicar en adopción a los animales rescatados de la calle. Pero ella cuenta que no es un hecho inmediato encontrar a una persona que pueda hacerse cargo del animal. Hasta que suceda, los activistas suelen tener “en tránsito” a los perros en su propio hogar, el de algún familiar o amigos y amigas.

Por eso, en esos períodos donde los animales están más frágiles en su condición de salud, desde el refugio utilizan aceite de cannabis para tratarlos. Pero muchas de las personas que los adoptan, también mantienen el uso de la planta para brindarles a sus mascotas la mejor calidad de vida posible.

“Lo bueno del animal es que no tiene un prejuicio sobre el cannabis y al tomarlo hace un efecto increíble, no está sugestionado como el humano. Ahí radica la magia de la planta, lo súper recomiendo”, cuenta Ruth Palavecino, una mujer que adoptó a Pepe, un Jack Rusell que sufre dolor crónico.

“Antes del tomarlo estaba todo el tiempo acostado por la artrosis de cadera, se levantaba y se arrastraba. Y cuando arrancó con el aceite, el cambio fue increíble. Pepe ya no se paraba en dos patitas y la planta le devolvió la posibilidad de saltar y correr”, agrega.

“En la primera reglamentación se intentó incluir a los veterinarios, pero el sector jurídico detectó que no estaba contemplado en la primera ley. Creemos que con decisión política el año que viene se va a poder lograr”, le adelanta a THC sobre la mesa de trabajo para incluirlos en el Reprocann.

Si bien la terapia con cannabis es un fenómeno en aumento entre los refugios de Argentina, en otros países del mundo ya es una pieza fundamental. Como en el Centre-refuge Nymous, en Sainte-Béatrix, el municipio canadiense de la provincia de Quebec, donde lo utilizan hace cinco años.

Esta organización sin fines de lucro cuida, ayuda y adopta animales huérfanos para su rehabilitación en la naturaleza. A su vez, es un centro público de observación y educación de los animales silvestres rescatados.

Le damos el cannabis a los mapaches, perros, gatos y zorros en forma líquida, espesa como la miel”, explica la fundadora Rachel Ouve, en diálogo con THC. Utilizan la planta por temas neurológicos, nerviosismo, problemas en la motricidad, lesiones e infecciones.

Sobre los cambios que el cannabis produce en los animales, ella asegura que “Son más tranquilos, tienen una mejor coordinación y una cicatrización de heridas asombrosa”. Ouve aclara que no lo utilizan como complemento de un remedio, si no que “es el remedio”.

En Canadá, la utilización terapéutica del cannabis se encuentra en plena expansión desde la habilitación para todos sus usos que se reguló en 2018.

Aunque este año Argentina ha dado pasos significativos para garantizar el acceso de la planta solo para fines medicinales, con la implementación del Registro del Programa del Cannabis (REPROCANN), aún existe una gran deuda: la habilitación para los animales no humanos.

Evidencias veterinarias

Aunque el uso del aceite se popularizó entre las personas por sus beneficios, todavía los veterinarios luchan por allanar el camino legal y que más colegas lo prescriban. “Sería un sueño que la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA) incluya en su currícula una materia sobre cannabis. Pero la mayoría de los veterinarios no lo recetan porque no les enseñaron sobre eso”, le explica a THC el médico veterinario Rolando Rey González, especialista en acupuntura, fitoterapia y cannabis medicinal.

El experto, que integra la unidad de Acupuntura del Hospital Escuela de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA, sostiene que es ideal como complemento el consumo del aceite para tratar enfermedades raras neoplasias y para el moquillo.

“Sería un sueño que la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA) incluya en su currícula una materia sobre cannabis. Pero la mayoría de los veterinarios no lo recetan porque no les enseñaron sobre eso”, le explica a THC el médico veterinario Rolando Rey González

Paula Lezcano es integrante de Veterinarios Cannábicos Argentinos y estuvo a cargo del espacio de asesoramiento gratuito en la última Expo Cannabis, en La Rural. En diálogo con THC, ella dice que se puede dar el cannabis antes el dolor crónico, la epilepsia refractaria, hernias de disco y dolores neuropáticos.

“La planta de cannabis va generando un equilibrio en el organismo. Uno de los efectos más inmediatos que vemos en los pacientes es que empiezan a tener ganas de comer. La planta integra muy bien otros medicamentos que podemos usar para el beneficio del animal, porque pueden estar deshidratados y hay que utilizar suero”, explica Lezcano sobre la implementación en animales rescatados de la calle.

La veterinaria dice que “han sido animales muy maltratados. Genera un equilibrio mental que acompaña el proceso de adaptación a un ser humano. Suelen tener miedo, se hacen pis, lloran y no se dejan tocar. La planta genera algo en el comportamiento que hace que todo se vuelva más sencillo”, dice Lezcano.

Para los animales miedosos es clave el cannabis junto a la homeopatía y las flores de Bach, según González. “Si no hay un cambio en el ambiente no va a cambiar el animal. Al ladrar está en estrés continuo, por eso se les das mucho CBD y variedad de plantas, como tilo, manzanilla, valeriana”.

Los Veterinarios Cannábicos Argentinos atendieron de forma gratuita en la última Expo Cannabis, en La Rural.

Entre otras condiciones de salud que puedan tener los animales, como la artrosis, González sostiene que “hay una respuesta muy buena porque tiene sinergismo por todas las medicaciones que se usan”. Aunque aclara que no saca los remedios analgésicos, los trata de mantener y cuando se estabiliza con el aceite recién ahí descarta esos remedios.

“El CBD es una molécula que no tiene efectos secundarios a diferencia del THC que puede tenerlos”, explica. Y agrega: “Pero el THC es un excelente analgésico, descartarlo por temor a usarlo no es algo bueno. Se puede usar en dosis bajas y si lo asociaciones con el CBD nunca vas a tener inconvenientes”.

González hace hincapié en que los efectos secundarios aparecen por la sobredosificación (cuando no se inician las dosificaciones en forma lenta). “Está bien dar una gota cada cuatro días, a veces se equivocan y empiezan dando cuatro o cinco gotas”, diferencia.

“No deben dejarse de lado los remedios, el cannabis forma parte de un tratamiento integral, permite que se bajen las dosis de los remedios tradicionales y en casos de dolor crónico dejan de consumir analgésicos”, destaca Lezcano.

Ambos veterinarios recomiendan que se incorpore el cannabis desde el momento del diagnóstico de cáncer. El mismo sirve para el síndrome paraneoplásico (anorexias, náuseas, abre el apetito, saca el dolor, mejora la parte gástrica y cerebral).

Vías de administración

González aconseja darles a las animales gotas a la mañana para ver el efecto que van a tener y seguirlos. Mientas, Lezcano destaca cuatro vías de administración: la vía trasmucosa (se baja el labio inferior y se coloca el aceite sobre la encía), dérmica (se usan pomadas), el tratamiento con vaporizadores (se utiliza en otros países) y la vía oral (se venden alimentos o suplementos en otros países).

De estos último da cuenta Matías Litvak, quien dirige el cultivo de la Universidad Bar-Ilan, en Israel. “Hace unos días estuve en Nueva York, Estados Unidos y me sorprendió la gran venta de alimento balanceado con CBD”, le cuenta Litvak a THC. Sin ir tan lejos, la empresa uruguaya Netta Life también hace ese tipo de productos.

Es importante tener en cuenta que según el diagnóstico será el tipo de aceite. “No hay variaciones en las cantidades según el peso”, dice González.

Para los perros gerontes utiliza una molécula de CBD y otra de THC. El CBD atenúa los efectos de psicoactividad del THC y mejora la acción analgésica y antinflamatoria que tiene el THC. “Hay estudios que hablan que usando esa combinación el efecto analgésico es mucho mayor que usando solo THC. Por ejemplo, si es un paciente de ocho años usamos dos moléculas de THC con una de CBD”, dice González.

El cambio de vida radical, gracias al aceite de cannabis, se repite en cada entrevista. Quienes les dan a sus animales el aceite se asombran y recomiendan la planta para que más personas aprovechen sus beneficios.

Litvak, además de dirigir el cultivo de Universidad Bar-Ilan, es dueño de Gilda: una perra de once años que toma aceite de cannabis desde que se cayó de la terraza hace dos años. “Le doy 2 a 2,5 miligramos por kilo. Los aceites en Israel con los que trabajo tienen 3.000 miligramos y en Argentina solo 200 miligramos”, explica a THC.

“El cannabis va generando un equilibrio en el organismo. La planta integra muy bien otros medicamentos que podemos usar para el beneficio del animal, porque pueden estar deshidratados y hay que utilizar suero”, explica la veterinaria Paula Lezcano sobre la implementación en animales rescatados de la calle.

Gilda toma el aceite porque tiene ansiedad, ataques de pánico y dolor en la espalda. “Los veterinarios me dijeron que la tenía que sacrificar o ponerle rueditas. Las primeras semanas la ayudaba para hacer pis y defecar por lo mal que tenía las extremidades”, recuerda Litvak.

La mejora llegó de la mano de la planta: “Ahora camina, hubo un cambio espectacular. Solo aceite le doy. Le devolvió la vida a mi perra, le calmó el dolor y los ataques de pánico”, dice.

Historias medicinales

Gabriela Corallo, dueña de Coco, un crestado chino de 12 años descubrió los dones del aceite. Desde hace un año le da una gota por día. “Tenía dolores de espalda y pinzamiento de vértebra. Desde que lo toma sus dolores se calmaron”, cuenta en diálogo con THC.

Ella lo usa de forma complementario, también le realiza acupuntura y radiofrecuencia en el consultorio del veterinario González. Y explica: “El tratamiento es muy recomendable. Coco ganó calidad de vida”.

Por su parte, Marcela Cipullo, dueña de la perra Carita, comenzó a darle el aceite en 2019. Debido a una convulsión parcial. Hoy tiene ocho años y llegó a su casa con un año. “Tenía conductas muy extrañas, pasó mil veces por la veterinaria y no la querían medicar hasta tener los estudios neurológicos”, cuenta.

“Le damos el cannabis a los mapaches, perros, gatos y zorros en forma líquida, espesa como la miel”, explica la fundadora del refugio Rachel Ouve, en diálogo con THC.

Por las convulsiones tomaba fenobarbital que fue efectivo hasta que tuvo que empezar a subir las dosis y las convulsiones persistían. “Carita estaba muy temerosa y a la defensiva, reaccionaba mal a cualquier tipo de caricia”, dice.

Y agrega: “Desde que toma el aceite hubo mejoría, perdía menos el equilibrio y las convulsiones empezaron a disminuir su frecuencia. Ya no tenía convulsiones a mínimos estímulos, como cuando llegaba a mi casa y esa alegría era seguida de una convulsión, le llevaba la comida y convulsion, la salpiqué una vez con agua cuando estaba regando y convulsion”.

“Lo más maravilloso es que pude empezar a acariciarla, a rascarla y ver su disfrute. Actualmente continua con su dosis de fenobarbital y las 2 gotas de cannabis. No está al 100% como mis otros perros no convulsivos, pero mejoró notablemente su calidad de vida, nosotros como familia y en la interacción entre humanos y caninos”, cuenta Marcela.

El gran pendiente del Reprocann

“La ley de cannabis medicinal nos habilita a hacer investigación, pero no reconoce nuestras matrículas en el Reprocann”, explica González. En la misma línea, Lezcano sostiene que ya van por la segunda reunión con el coordinador Programa Nacional de Cannabis Medicinal, dentro del Ministerio de Salud, Marcelo Morante. Y destaca: “Hay escucha para que se tengan en cuenta nuestras matrículas, aunque no avanzamos en nada concreto”.

Ante la falta de soluciones, la veterinaria está armando una propuesta para que sea un proyecto de ley solo sobre cannabis veterinario, dado que la ley de cannabis actual está pensada en humanos.

Por su parte, Morante explica: “Hay una mesa de trabajo para avanzar en el proceso. En la primera reglamentación se intentó incluir a los veterinarios, pero el sector jurídico detectó que no estaba contemplado en la primera ley. Creemos que con decisión política el año que viene se va a poder lograr”, le adelanta a THC.