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eHempHouse

Crean “mini fábricas” para procesar cáñamo en contendores reciclados

Una empresa inglesa, desarrolló “mini fábricas” cañameras que funcionan dentro de un contendor. El objetivo es tan revolucionario como simple: darle a quienes cultivan una herramienta económica para procesar las plantas y no quedarse sólo en la primera etapa de la cadena productiva.

Por lo tanto, las “mini fábricas” podrían ser una alternativa más que interesante para aquellos países que están lejos de tener una industria cañamera desarrollada.

Las SmartBoxes, como también las llaman, son plantas procesadoras en miniatura hechas con contenedores reciclados. Para hacerlas, la empresa eHempHouse reunió a científicos, ingenieros, mecánicos y químicos. 

Dentro del contenedor hay diferentes maquinarias que permiten explotar al máximo las posibilidades de la planta. Y no sólo hablamos de producir aceite, sino mucho más.

Además de lo que muchos consideran “el oro verde”, la mini fábrica genera energía eléctrica en base a biocombustión.

Las SmartBoxes son mini fábricas: en ellas se introduce la cosecha. El proceso, además de generar aceite de cáñamo, produce energía y todos los deshechos se reutilizan como pellets para combustión y como alimento para animales

Y no hay deshechos: los tallos se procesan como pellets para combustión y los restos del procesamiento de aceite pueden usarse como alimento para animales.

Además se trata de un sistema fácilmente transportable, puede llevarse a cualquier lado sin mayores dificultades.

“Las unidades son semimóviles y están diseñadas como una central alrededor de la cual una comunidad puede establecer un sistema con múltiples beneficios más allá del simple hecho de procesar el cáñamo”, le explica a THC Peter Miles, creador de la compañía. 

Rumbo a África

En un principio, se instalarán de forma gratuita en África. Según indican desde la empresa, “el primer lugar en usar esta tecnología es una granja orgánica de cáñamo de 413 hectáreas ubicada en Zambia”.

“Nuestras estimaciones indican que removerá 20 toneladas de CO2 al año. Pero además, brinda a los agricultores un sistema de procesamiento de cáñamo compacto y eficiente que hace que el cultivo sea accesible y práctico en cualquier lugar”, comenta Jef Teugels, asesor de eHempHouse. 

“Las unidades son semimóviles y están diseñadas como una central alrededor de la cual una comunidad puede establecer un sistema con múltiples beneficios más allá del simple hecho de procesar el cáñamo”, le explica a THC Peter Miles, creador de la compañía. 

Otro de los beneficios de las “mini fábricas” es que incluyen un generador eléctrico que funciona con biocombustible a base de cáñamo. Por lo tanto, la comunidad no solo puede abastecer al mercado con la fibra y semillas de la planta sino que también es capaz de producir su propia energía. 

Desde eHempHouse destacan que si bien el proyecto recién está comenzando, ya recibieron un fuerte apoyo de la comunidad ambiental internacional.

El más importante ocurrió en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) realizada en octubre del 2021 en Glasgow donde llevaron a cabo una charla para dar a conocer el plan. “Nos quedamos muy sorprendidos por el apoyo que recibimos. Sobre todo de los jóvenes”, recuerda Miles.  

Cómo funciona el sistema

Actualmente, la empresa tiene 15 empleados y espera contar con un capital cercano a los dos millones de dólares para mitad de año.

“Nos enfocamos principalmente en África y por el momento no cobramos por las SmartBoxes. Eso puede cambiar en un futuro pero por ahora la instalación es gratuita”, le dice el fundador de la compañía a THC. 

eHempHouse tiene el objetivo de instalar 500 SmartBoxes de acá a 2025. Así, se utilizarían 150 mil de esas hectáreas para cultivos de cáñamo y se podría remover 9.9 megatoneladas de CO2 al año. Por el momento, la instalación se hace de forma gratuita y está enfocada en África

Centrarse en ese continente tiene un por qué. Según la Organización de las Naciones Unidas, África tiene un total de 200 millones de hectáreas de tierra subutilizada.

“eHempHouse tiene el objetivo de instalar 500 SmartBoxes de acá a 2025. Así, se utilizarían 150 mil de esas hectáreas para cultivos de cáñamo y se podría remover 9.9 megatoneladas de CO2 al año”, comenta Teugels. 

En su funcionamiento, los containers reciclados en los que se procesará cáñamo podrán absorber alrededor de 20 toneladas de dióxido de carbono.

El total de esa suma se transformará en créditos de carbono, un mecanismo establecido en el Protocolo de Kioto donde un bono representa el derecho a emitir una tonelada de CO2.

Esos créditos se venderán a compañías que los necesiten y así se financiará la creación de más “mini fábricas”. Las estimaciones de la empresa arrojan que podrían contar con más de 10 millones de dólares para 2023. 

Legislar la planta 

Uno de los puntos que destacan desde eHempHouse es la importancia de legislar el cannabis y el cáñamo. De hecho, las operaciones en Zambia son posibles porque en marzo del año pasado el país aprobó una ley que regula la industria del cannabis medicinal y del cáñamo industrial. 

Es un hecho que el cultivo de cáñamo es una actividad que crece en todo el mundo. Todo indica que la industria cañamera está lejos de su techo.

Hay varios argumentos que lo explican. Por un lado, la versatilidad del cáñamo. Sus fibras pueden ser utilizadas para construir desde casas y autos hasta papel, mientras que sus semillas son una gran fuente nutricional.

Pero además, el hemp tiene propiedades fitorremediadoras que mejoran los suelos y la calidad del aire. Por lo que es una gran aliada en la lucha contra la crisis climática. 

En Argentina, existe un proyecto similar que ya fue votado por la Cámara de Senadores pero aún necesita media sanción de la Cámara de Diputados.

“El cáñamo tiene más de 25 mil usos y es un gran aliado tanto para combatir la crisis climática como para desarrollar sistemas económicos realmente sustentables”, le dice a THC Gustavo Álvarez, ingeniero ambiental especialista en gestión ambiental y desarrollo socioambiental sostenible. 

“El cáñamo tiene más de 25 mil usos y es un gran aliado tanto para combatir la crisis climática como para desarrollar sistemas económicos realmente sustentables”, le dice a THC Gustavo Álvarez, ingeniero ambiental especialista en gestión ambiental y desarrollo socioambiental sostenible. 

Al igual que otras decenas de personas relacionadas al cáñamo, Álvarez está a la espera de la aprobación de la ley para darle inicio a proyectos relacionados a esta planta.

“Todos los proyectos relacionados al cáñamo en Argentina son muy viables por las condiciones naturales que hay. Además, es un cultivo que necesita entre 10 y 15 personas por hectárea de mano de obra”, asegura Álvarez. Y agrega para concluir: “Es una industria muy beneficiosa. Solo hace falta voluntad para regular y permitir su desarrollo”.