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Quilmes: una usuaria inscripta en el Reprocann está presa hace 20 días

En Quilmes, una usuaria de cannabis inscripta en el Registro del Programa de Cannabis (Reprocann) está presa hace 20 días. Se trata de Ailén Jara, de 30 años, quien está diagnosticada de trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y está habilitada por el Estado a cultivar cannabis. Sin embargo, al cierre de este artículo, ella continúa detenida en la Comisaría 6° de Espeleta.

La detención de Jara sucedió a partir de una denuncia anónima. Luego, la UFI N° 20, a cargo de la fiscal Clarissa Antonini, inició una investigación por venta de estupefacientes.

Si bien en el allanamiento a su domicilio, la Policía solo encontró una planta de cannabis y siete macetas con plantines, se decidió que la usuaria de cannabis inscripta en el Reprocann marche presa.

Además, los efectivos secuestraron objetos de parafernalia (que son legales) y fueron incluídos en el expediente como una prueba en contra de la joven usuaria de cannabis.

“La fiscalía tiene sospechas de que ella se dedicaba al narcomenudeo. Pero todos los procesos que continuaron tienen un tinte de inconstitucionalidad”, cuenta el abogado de Ailén Jara, Matías Maluccio.

Por su parte, el abogado de Jara, Matías Maluccio, ya presentó la documentación probatoria del uso lícito del cannabis. Ahora, resta la decisión de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal que deberá definir su liberación.

“En circunstancias parecidas que tuve, la situación se resolvió en cuestión de horas. Pero esto es Quilmes. Acá los tiempos que marca la ley procesal nunca se cumplen”, dijo Maluccio, en diálogo con THC.

Mientras, la fiscalía se negó a responder detalles del caso Jara. Sin embargo, le aseguraron a THC que la fiscal Antonini fue diagnosticada con Covid-19 y esto podría demorar aún más la liberación de la joven.

Crónica de una presa inscripta en el Reprocann en Quilmes

El 4 de mayo al mediodía Ailén estaba en su domicilio con su hermano, Matías, que es menor de edad.

“Escuché un ruido y enseguida empezaron a gritar que eran policías, que nos tiráramos al piso o que disparaban. Se metieron en la casa, revisaron todo y una vez que terminaron nos leyeron la orden de allanamiento. Mi hermana les dijo que tenía el permiso de Reprocann y se puso a buscarlo en el celular. Un policía estaba al lado de ella apurándola y casi le agarra un ataque de nervios”, relató Matías, en diálogo con THC.

Ailén tenía sus macetas con semillas recién plantadas en una vivienda que está vacía en el fondo de su casa. “Además de ser cultivadora, Ailén tenía un growshop acá en casa y se llevaron todos sus productos. También secuestraron una tablet las máquinas que usa Mati para cortar el pelo”, relató Cemil, otro hermano. 

“Ailén y sus hermanos viven en una situación de extrema vulnerabilidad y a esto se le suma el estigma de haber transitado por la Justicia por una causa de estupefacientes. ¿Qué pasa con esta siutación cuando vayan a buscar trabajo y alguien googlee su nombre?”, se preguntó Maluccio.

Los hermanos fueron trasladados a la comisaría 3° de Quilmes. Recién a las 19 los policías dejaron que el menor de los hermanos, Matías, se comunicara por teléfono con algún tutor para que lo fueran a buscar. Él fue liberado sin ninguna imputación. Sin embargo, no sucedió lo mismo con Ailén, a quien se la acusa de comercializar estupefacientes.

La joven fue trasladada luego a la comisaría 6° de Espeleta. Y ella, a pesar de ser una usuaria inscripta en el Reprocann, continúa presa en Quilmes.

La defensa de Ailén Jara

“La fiscalía tiene sospechas de que ella se dedicaba a lo que en la jerga se denomina narcomenudeo. De ahí llegó el allanamiento. Pero todos los procesos que continuaron tienen un tinte de inconstitucionalidad”, cuenta el abogado Maluccio sobre la usuaria inscripta en el Reprocann que está presa hace veinte días.

En un principio, el principal problema que tuvo la joven fue que su asistencia legal. Su defensa estuvo a cargo de un defensor oficial que no presentó en la Justicia ni siquiera la autorización del Reprocann.

“Por eso le negaron la libertad en un principio y, cuando me sumé al caso, tuvimos que presentar una apelación”, agregó el abogado, quien se sumó al caso por recomendación de la organización “Mamá se planta”

Según pudo ver en el expediente, los objetivos sustraídos en el allanamiento fueron claves en el armado de la causa. “La Justicia tomó como prueba la parafarnalia como prueba de venta de insumos para el narcotráfico. Esto te demuestra el desconocimiento de la norma por parte de los funcionarios judiciales”, agregó Maluccio.

Además, la fiscalía argumentó que la tenencia de semillas está prohibida y referenció la ley 27.737. “A la falta de conocimineto se le suma el choque de estas normas. Si bien existe esa prohibición, también se le otorgó un permiso Ailén”, sumó.

Entre las pruebas recolectadas por la fiscalía para suponer la comercialización no hay cruces de llamadas o mensajes. Hasta ahora, de acuerdo al abogado, “la investigación incorporó la información que dio un policía encubierto que trabajó antes de que se dictara el allanamiento, hay algunas filmaciones de movimientos supuestamente sospechosos de la actitud de Ailén y se incorporaron publicaciones de su cuenta de Instagram, que son públicas. No hay nada más”.

El Reprocann y la Justicia en los sectores vulnerables

Para el abogado Maluccio que la fiscalía responda a la prensa que no se pueden brindar detalles del expediente es una contradicción.

“Dicen eso, pero el Ministerio Público tiene una página oficial donde adelantan criterios de criminalidad y dan a conocer el nombre de personas asociándolas al narcotráfico sin que siquiera haya pruebas o sentencia”, sostuvo.

Además de ser cultivadora, Ailén tenía un growshop acá en casa y se llevaron todos sus productos. También secuestraron una tablet las máquinas que usa Mati para cortar el pelo”, relató Cemil, hermano de Ailén. 

De hecho, basta con googlear el nombre de Ailén para encontrar el parte oficial de la Policía, donde se afirma que “del resultado de la diligencia dispuso la aprehensión de la femenina Jara Ailen y se lo impute a Jara Matías”. El texto, además de exponer el nombre de los jóvenes, tiene un error ya que el menor nunca fue imputado.

“Ailén y sus hermanos viven en una situación de extrema vulnerabilidad y a esto se le suma el estigma de haber transitado por la Justicia por una causa de estupefacientes. ¿Qué pasa con esta siutación cuando vayan a buscar trabajo y alguien googlee su nombre?”, se preguntó Maluccio.