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11 trucos para mejorar el agua para regar cannabis

El agua es un elemento vital, por eso mejorar el agua para regar nuestras plantas de cannabis beneficiará de manera instantánea la potencia con la que crecen nuestros cultivos

No es ningún secreto que las plantas son entre un 90 y 95 % agua. El cannabis, como el resto de los vegetales absorben los nutrientes a través de sus raíces cuando están disueltos en agua y la fotosíntesis se realiza a partir del agua y del dióxido de carbono. Sin agua las plantas no pueden realizar estos procesos vitales.

11 trucos para mejorar el agua para regar cannabis

Más allá de manejar las técnicas de riego, hay parámetros que es preciso conocer para saber cómo optimizar la hidratación de nuestras plantas de cannabis. Repasamos cada uno de ellos, donde veremos qué se le puede agregar al agua para regar las plantas de cannabis.

1. Identificar la calidad de tu agua de riego

El tipo de agua que usamos para regar afecta de manera directa la nutrición de las plantas. Si queremos mejorar el agua para regar cannabis y lograr que las plantas produzcan cogollos enormes nos tenemos que asegurar de estar hidratando con el agua de mayor calidad.  Existen distintos tipos de aguas: el agua dura y el agua blanda.

El agua dura es la que contiene un alto nivel de minerales como calcio y magnesio. Si la planta solo se nutre con agua dura, el calcio que se va absorviendo por las raíces. El depósito de calcio y en ocasiones también magnesio puede bloquear la absorción de otros nutrientes.

Por su parte, el agua llamada “blanda” contiene minerales en baja cantidad y es buena para aplicar en los cultivos.

2. Medición de pH

El pH es un parámetro clave para medir el potencial de hidrógeno, es decir la concentración de iones de hidrógeno en el agua. Es una medida que indica la alcalinidad o la acidez del agua en una escala con valores de 0 a 14. Los valores menores a 7 se consideran ácidas, el valor igual a 7 neutra, como por ejemplo el agua, y las alcalinas mayores a 7.

Lo importante en cuanto al pH es que hay valores óptimos para el desarrollo de la planta que depende del medio de cultivo. El agua de riego para cultivos en sustrato debe tener valores cercanos a 6.5. De todas maneras es importante recordar que el pH del agua de riego varía según la etapa de cultivo y el plan de fertilización. Cuando se inicia un cultivo en hidroponía, con las raíces en un medio líquido, el valor óptimo de pH es 5.5. En cambio, al final del cultivo en suelos orgánicos el pH será 7.2.

Para realizar un control del PH en el agua de riego se pueden utilizar métodos analógicos y digitales. Por ejemplo, utilizar bandas de colores conocido como papel tornasol. Es importante tener en cuenta que medir el pH del agua de riego de manera precisa requiere una espera de treinta minutos después de agregar los productos fertilizantes.

Para subir y o bajar el pH del agua de riego hay dos maneras, una es agregar un producto específico. Otra es usar elementos alcalinos o ácidos como limón o vinagre. Esto requiere tener la experiencia acumulada suficiente para llegar a buenos resultados.

riego apertura
Las buenas prácticas de riego son un complemento indispensable para un cultivo exitoso. (@Revista THC)

3. Utilizar enmiendas orgánicas líquidas

Debidamente preparadas, las enmiendas orgánicas líquidas como el FPJ o el compost brew aporta una interesante cantidad de microorganismos benéficos para el sustrato y la relación de las raíces con el suelo. Lo mismo sucede con la melaza y algunos preparados como el humus de lombriz líquido.

4. Agregar enzimas

También utilizadas en hidroponia, las enzimas constituyen un verdadero truco para mejorar el agua de riego. La acción de las enzimas consiste en unirse al sustrato y formar o descomponer enlaces moleculares. De esta manera, facilitan la absorción de todos los elementos que necesitan las plantas de cannabis para desarrollarse con todo su potencial.

Los principales beneficios de las enzimas para el agua de riego son mejorar la absorción de nutrientes; propiciar un sistema radicular más sano porque cuidan al sistema radicular de plagas a través de la digestión del exceso de materia orgánica.

5. Agregar fertilizantes

Los nutrientes que absorbe la planta de cannabis para su nutrición son básicamente moleculas solubles en agua, que unidas al agua de riego ingresan al metabolismo de la planta. Así existe la posibilidad de agregar distintos fertilizantes al agua de riego y desarrollar un plan completo de nutrición.

Ni bien reguemos con el agua con fertilizantes los nutrientes estarán disponibles para que la planta lo absorba. Por este motivo, tendremos que cuidar en la dosificación para evitar llegar a una sobrefertilización con consecuencias negativas.

6. Declorar el agua

El agua de la canilla pasa por un proceso de clorado para asegurar su potabilidad al eliminar las bacterias y otros microorganismos. De esta manera evitan el desarrollo de enfermedades infecciosas para el ser humano. Sin embargo, en el caso de las plantas la concentración de cloro en agua resulta contraproducente porque puede matar bacterias beneficiosas para las raíces. A su vez, si el agua clorada se calienta puede quemar los nutrientes.

Para declorar el agua se puede utilizar filtros de carbón activado o ciertos productos químicos que lo eliminen. Una solución sencilla y sin costo es dejar el agua durante la noche para que el cloro se evapore.

7. Preparar un reservorio

Dado que no existe forma de mejorar instantáneamente el agua a usarse en el cultivo, utilizar un tanque o reservorio para conservar agua mejorada es una buena idea. Se puede usar un balde de pintura, un tanque, una pileta o una cisterna que conserve el agua ya procesada. De todas maneras de ninguna manera se aconseja reservar el agua grandes cantidades de tiempo porque va a perder la oxigenación, salvo que utilicemos un aireador o una bomba para la circulación constante del líquido.

Es fundamental que evitemos el encharcamiento del sustrato cuando regamos. (@Revista THC)

8. Medir la EC

El caracter de dureza del agua se lee con un medidor de EC que indica el nivel de concentración de la solución de nutrientes, es decir la capacidad que tiene el agua de conducir los nutrientes.

Por eso, el objetivo de prestarle atención a la electroconductividad es mejorar la absorción de los minerales. La EC o TDS se mide como el nivel de sólidos disueltos en el agua para riego o lo que se conoce como la salinidad del agua.

Un electroconductímetro entonces sirve para saber qué tipo de agua estamos empleando para regar y así estar listos para equilibrar su calidad a favor de nuestro cultivo. Para un agua óptima para regar cannabis, el EC va a tener distintos valores de acuerdo al medio de cultivo y la etapa del ciclo.

Cómo saber el valor de EC correcto del agua de riego

  • EC entre 0 y 0,4: la planta apenas puede nutrirse. La planta no tiene nutrientes disponibles de los cuales alimentarse.
  • EC entre 0,4 y 0,8: es ideal para esquejes pero será deficitaria para la etapa de crecimiento ni floración.
  • EC entre 0,8 y 1,2: bueno para crecimiento pero deficitaria para floración.
  • EC entre 1,2 y 2,0: abono disponible para el crecimiento o floración.
  • EC entre 2,0 y 2,4: supera el límite para vegetativa y floración.
  • EC de más de 2,4: sobrefertilización y riesgo de muerte de la planta.

9. Aprovechar el agua de  lluvia

Aunque la lluvia arrastre una variedad de minerales en su recorrido hasta caer en el suelo no llega a niveles perjudiciales. Esto permite que el agua de las precitaciones sea la mejor agua para regar las plantas.

Sin embargo hay que tener en cuenta que en la calidad del agua va a inferir la zona donde vivamos y los recipientes  o sistemas que utilicemos para contenerla. Por ejemplo, en zonas urbanas con mayor contaminación atmosférica o zonas rurales que sufrieron incendios recientes, el agua de lluvia puede contener compuestos como el óxido de nitrógeno o dióxido de azufre. Se trata de la famosa lluvia ácida, que puede contener pequeñas proporciones de ácido sulfúrico y nítrico.

Lo mismo sucede con el agua que escurre de techos de zinc o galvanizados o que circulan por canaletas y conductos de estos materiales. Las lluvias pueden arrastrar el polvo depositado en estas superficies y hasta producir una reacción química, generando nuevos compuestos y desmejorando la calidad del agua.

10. Sistema de ósmosis inversa

Para mejorar el agua de riego es preferible utilizar sistemas de agua especiales como la ósmosis inversa.  La osmosis inversa es un equipo que se compra y permite procesar el agua por arena, óxido, carbón activado y luego una membrana que capta bacterias. Por su parte ionizar el agua no es una opción útil para mejorar el agua. Un ionizador es un imán pero no garantiza la discriminación de la dureza del agua.

11. Templar el agua

Si bien no hay una fórmula aplicable a todos los cultivos, la temperatura del agua de riego es un factor que juega en la absorción de nutrientes. En nuestro país hay regiones con una amplitud térmica grande que expone a los cultivos desde temperaturas muy altas a muy bajas. La temperatura influye en la concentración de oxígeno del agua.

Para que nuestra planta cuente con una capacidad de absorción óptima de nutrientes lo recomendable es que la temperatura oscile entre 20 y 25 °C. Para alcanzar la temperatura óptima de 23 °C  en regiones con temperaturas extremas lo mejor será utilizar un termómetro.