La luz es un agente importantísimo para la vida y el crecimiento de cualquier planta. El cannabis no es la excepción y, de hecho, es una especie fotoperiódica: su paso a la floración depende de la cantidad de horas de luz que recibe. Además, en caso de tener cultivos de interior, somos nosotros quienes deben controlar la iluminación que es emitida a nuestras plantas. Por estas razones y muchas otras resulta útil conocer sobre el rol que cumple la luz en el desarrollo de las vegetaciones.
La luz y su importancia en la fotosíntesis
Sabemos que la fotosíntesis es un proceso esencial para las plantas. A través de este mecanismo, las especies vegetales transforman el dióxido de carbono y el agua en alimento. Y para que la fotosíntesis se produzca, se necesita especialmente de la luz solar.
¿Cómo funciona este proceso? Explicado sencillamente, la planta absorbe las partículas de luz (los fotones) a través de sus pigmentos. Con ayuda de esta energía, los organismos fotosintéticos transforman el dióxido de carbono del aire en materia que puede aprovechar para nutrirse. Básicamente, sin fotosíntesis no sería posible el crecimiento de las plantas, y la luz solar es una parte crucial de este proceso.
La luz como fuente de información para las plantas
La luz también ayuda a las plantas a recibir información del entorno que las rodea. Esto lo logran a través de los fotorreceptores, que son proteínas que responden a la luz solar, transmitiendo señales lumínicas al núcleo de las células. Gracias a esto, los vegetales pueden construir un “mapa” de su entorno y desarrollarse en base a él.
¿Qué luz es buena para las plantas de cannabis?
Una buena fuente lumínica para nuestras plantas de cannabis debe equilibrar dos factores primarios: cantidad y calidad.
Un exceso en la cantidad de luz podría provocar una necrosis en nuestros cultivos. La necrosis se manifiesta a través de las hojas, cuando estas se tornan de color amarillo. Pero de la misma manera que un exceso de la cantidad de luz es negativo, una deficiencia de la misma también genera resultados desfavorables, ¿por qué?
Porque nuestra planta no se estaría alimentando de la forma correcta, lo que produciría un retroceso en su crecimiento. La idea es que los cultivos cuenten con la cantidad de fotones suficientes para poder realizar con normalidad el proceso de la fotosíntesis.
Con respecto a la calidad, debe haber una armonía en la composición espectral. Los organismos vegetales utilizan las longitudes de onda del azul y el rojo tanto para la fotosíntesis como para recibir información ambiental. Por este motivo, resulta primordial que haya un balance entre azules y rojos para que nuestra planta pueda llevar a cabo de manera adecuada procesos tan importantes para su crecimiento.
¿Qué tipos de iluminación necesitan nuestras plantas de cannabis?
En indoor, somos nosotros quienes tienen el poder de ofrecer luz a nuestras plantas, por lo que resulta ideal aprovechar toda la información que haya sobre este tema para optimizar nuestros cultivos. Iluminar nuestras plantas con luz roja, luz azul o luz ultravioleta puede beneficiar y mejorar aspectos como la producción y la calidad de nuestras flores. Ahondemos en ello.
Luz roja en nuestros cultivos
Si tenemos varias plantas en nuestro indoor que reciben luz de la misma fuente, se puede generar un problema. En este escenario, las plantas de cannabis van a comenzar a “competir” por recibir una mayor porción de la iluminación, por lo que gastarán energía en estirarse para acceder a más luz, energía que podrían destinar a la producción de sus cogollos. Como consecuencia, se podría producir una disminución en el tamaño y la calidad de las flores.
Este inconveniente puede resolverse de manera simple utilizando luz roja (pueden ser luces LED) en las partes más abundantes del cultivo. Se puede iluminar desde arriba o de los costados, y lo mejor sería utilizar este recurso desde el vegetativo, para evitar que las plantas comiencen a competir por la luz más adelante.
Luz azul
Como hemos visto, la luz azul es esencial para que se produzca la fotosíntesis. Es por esto que resulta una excelente idea utilizar un complemento de este tipo de luces en los laterales de nuestros cultivos, para que alcancen las hojas de la parte inferior de la estructura vegetal, que pueden no recibir tanta luz como la parte superior.
Lo mejor sería aplicar este recurso en vegetativo avanzado. Así, optimizaremos la fotosíntesis, un beneficio que se verá reflejado posteriormente en el desarrollo de nuestros cogollos.
Luz ultravioleta
La iluminación azul y la ultravioleta le indican a la planta la cantidad de luz que están recibiendo y desde qué dirección. De esta manera, los vegetales moldean su estructura para recibir la mayor cantidad de fotones posibles. Podemos aprovechar esto utilizando luz ultravioleta para simular un estrés por altas irradiancias. Esto haría que el cannabis aumente la producción de cannabinoides, terpenos y flavonoides. Parece contraproducente, pero funciona.
Esta técnica puede comenzar a usarse un mes después de iniciada la floración. Si notamos que las hojas superiores se tornan azules o violetas, no hay que preocuparnos: esto es un indicio de que estamos alcanzando nuestros objetivos. Basta con utilizar un tubo fluorescente con UV, que se puede prender de 2 a 4 horas por día, idealmente a mitad del día del fotoperiodo.
¿Cuál es la mejor luz artificial para plantas de cannabis?
En indoor, se utilizan principalmente dos tipos de luminarias: las lámparas de sodio y las luces led. Cada una de ellas tiene sus pros y sus contras. Analicemos en profundidad las características de ambas opciones para que elijas la que te sea más conveniente.
Lámparas de sodio
Empecemos por remarcar que la vida útil de las lámparas de sodio es bastante larga, y la calidad de la iluminación disminuye lentamente a medida que pasa el tiempo. Además, emiten luz en las longitudes de onda que contribuyen a favorecer la fotosíntesis, lo que nos asegura que este proceso se realice con éxito a lo largo del cultivo.
Lo malo de este tipo de iluminación es que elevan mucho la temperatura dentro del cuarto de cultivo. Esto puede ser perjudicial, especialmente en zonas de climas calurosos, por lo que se haría esencial el control de la temperatura. De lo contrario, nuestros cultivos estarían más expuestos a patógenos y a otro tipo de riesgos.
Otro problema de las lámparas de sodio es que emiten muy poca luz azul. La luz azul resulta bastante importante para las plantas de cannabis, pero ante este problema tenemos dos soluciones. Una es aumentar la irradiancia para que haya mas fotones en la longitud de onda que estaría en carencia, y la otra es utilizar directamente luminaria LED que emita bastante luz azul. Sin embargo, esta última opción no es tan fácil de llevar a cabo, ya que se complica combinar las luces para que todas las plantas reciban el mismo espectro lumínico.
Luces LED
Las luces LED suponen una buena inversión a largo plazo, porque consumen menos energía eléctrica que las lámparas de sodio, lo que supone un golpe menor en nuestro bolsillo. Además, tienen una extensa vida útil y la calidad de la luz casi no disminuye a medida que pasa el tiempo.
Ahora, repasando las contras, las luces LED emiten un pequeño rango de longitudes de onda, por lo que se deben combinar meticulosamente distintos tipos de LEDs para lograr un espectro lumínico de calidad. Además, la luz que emiten se concentra en una pequeña área por debajo de las lámparas, lo cuál hace difícil que la luz se distribuya equitativamente en todo el cultivo.
Sin embargo, es un excelente complemento para utilizar con otro tipo de luminarias. Queda en nosotros elegir la mejor alternativa.