La Rioja tiene su propio proyecto para producción de cannabis medicinal. Y entre las genéticas elegidas, seleccionaron la que fue creada por un reconocido cultivador solidario.
Tanto en Argentina, como en el mundo, el cannabis medicinal gana cada vez más terreno. Y esta actualidad se debe a una base sólida que construyeron en red cientos de cultivadores, usuarios y médicos.
Si bien la leyes penales argentina siguen castigando el cultivo y la tenencia de la planta cuando no haya una certificación de uso medicinal, comienza poco a poco a haber reconocimientos históricos que empujan un cambio de realidad.
Es lo que sucede en el proyecto que lleva adelante la compañía estatal Agrogenética Riojana, que eligió la genética Quinto Elemento, creada por Daniel “El Profe” Loza.
Loza fue uno de los cultivadores solidarios más emblemáticos del país: enseñó cientos de personas de cultivar y ayudó a incontables personas que necesitaban el cannabis para mejorar su calidad de vida.
Aunque “El Profe” murió hace ya tres años, luego de haber sufrido un allanamiento y una detención que deterioraron su salud, su trabajo como criador poco a poco fue saliendo de la clandestinidad a la que fue empujado.
Primero, la Quinto Elemento formó parte del primer cultivo de cannabis con fines de investigación del país, llevado a cabo en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP).
Ahora, esa genética será utilizada para producir aceite medicinal y proveer gratuitamente a miles de pacientes en La Rioja. Así lo confirma Benjamín Enrici, Presidente de Agrogenética Riojana, en diálogo con THC.
“Nuestro proyecto es tener listo el aceite para el primer semestre del año que viene. Pero a mediano plazo la idea es ser oferentes del sistema público nacional a todos los hospitales del país”, adelanta Benjamín Enrici, Presidente de Agrogenética Riojana.
“Ya sembramos 4.700 plantas en exterior, en una extensión de una hectárea. Otras cinco mil se cultivan en interior, además de un indoor de plantas madres. Aparte de producir el aceite medicinal, la idea es que los plantines se usen en otros proyectos”, cuenta Enrici.
La mitad de esas plantas son, justamente, las Quinto Elemento de Loza. La otra variedad, rica en CBD, proviene de Santa Marta Hemp, un banco de semillas canadiense asentado en Colombia.
“Quinto Elemento tenía que ser preservada porque hubo una amparo presentado por una paciente que encontró en la genética una mejora a su calidad de vida”, dice Enrici.
Cuando Justicia resolvió a favor de la usuaria, intervino el CONICET y la Universidad Nacional de La Plata para su estudio y conservación de la que también participó la asociación civil Cultivo en Familia La Plata.
“En la Universidad Nacional de La Plata, empezaron a caracterizar esta variedad”, agrega Enrici quien realizó un convenio con esa institución para utilizar la Quinto Elemento en la producción a cargo de Agrogenética Riojana.
Cannabis riojano
Enrici anticipa que en diciembre ya comenzará la cosecha de las plantas que hoy se encuentran a plena floración en la ciudad riojana de Chilecito, donde se encuentra el predio de Agrogenética.
Con estas flores se elaborarían los primeros lotes de aceite de cannabis riojano y que se tratarían de los segundos del país en lograr una producción a escala industrial luego de los que ya se generan en Jujuy.
Según cuenta el Presidente de Agrogenética Riojana, los frascos serán distribuidos a los pacientes que se inscriban en un registro de personas creado por el Estado provincial y que se entrecruzará también con la base de datos del Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN), a cargo del Ministerio de Salud de la Nación.
“Nuestro proyecto es tener listo el aceite para el primer semestre del año que viene. Pero a mediano plazo la idea es ser oferentes del sistema público nacional a todos los hospitales del país”, asegura Enrici.
“Estas cepas Quinto Elemento eran cultivadas y mantenidas por Jardín del Unicornio, una asociación cannábica. A través de un amparo judicial, se ordenó que esta variedad fuera preservada”, dice Enrici sobre esta usuaria que había encontrado en la genética del “Profe” Loza una mejor calidad de vida.
Los planes riojanos parecen rápidos, teniendo en cuenta que su primera cosecha ya elaborará el aceite medicinal y se pretende tenerla en distribución en los primeros seis meses del año pasado.
Sin embargo, esta provincia cuenta con una capacidad instalada hace años en la tradicional compañía estatal Agrogenética Riojana, que cuenta no solo con uno de los laboratorios de cultivos más avanzados tecnológicamente en Sudamérica.
Las autoridades riojanas también cuentan con el Instituto Regional de Planificación Control y Servicios Ambientales, la entidad que hará los testeos de calidad y verificará tanto los cogollos, como el producto final, no tengan residuos de hongos, plagas ni metales pesados.
Los planes en La Rioja son ambiciosos y constituyen varios proyectos concretos que pueden convertirse en realidad el próximo año.
Uno de ellos es la elaboración propia de una variedad nacional, a partir del trabajo que hizo “El Profe” Loza desde la clandestinidad durante tantos años.