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Jengibre de Azufre

Surrealismo mendocino: una charla con un artista que se sumerge en el paisaje

Llegó al surrealismo por Luis Alberto Spinetta y el disco Artaud; su tío compró uno de sus primeros sintetizadores que hubo en Mendoza y años después Patti Smith compartió uno de sus collage. Se trata de Mariano Peccinetti, quien no solo es un artista visual, multiinstrumentista, compositor, cantante y productor musical. También es el ilustrador de sus propios temas: un universo vintage psicodélico de hongos entre las montañas realizadas con imágenes de archivo entre 1950 y la década del ’70.

Peccinetti lanzó Las Luces Primeras, su alter ego musical, en el año 2014, que se suman a sus otros tres discos: Sensualista, Forestal Tape y Savia Roja. En diálogo con THC, él cuenta que desde su crianza en la ciudad mendocina de Las Heras estuvo relacionado con la creación sonora:  “Siempre hubo una guitarra criolla en mi casa. Cuando tenía 4 años, mi abuelo Domingo me hizo una pequeña y desde ahí no paré. Él era inventor. Trabajaba con hojalatería, madera e hizo la patente de uno de los primeros calefones de Argentina”, cuenta.

Los videos musicales de Mariano Peccinetti visualizan sus propios diseños psicodélicos.

Además, recuerda a su papá cantando boleros para los amigos. Otra de las presencias clave fue la de su tío. Un botánico, psicólogo y musicoterapeuta, que en 1980 compró uno de los primeros sintetizadores de la provincia, artefacto fundacional de los géneros psicodélicos.

El artista multifacético recuerda que luego de la adquisición única de su tío, el Peccinetti adolescente subía al altillo de su cada para jugar con el sintetizador, folletos de los años ’70 y revistas de National Geographic. Tiempo después, serían los eslabones de su principal material de inspiración para sus diseños y que perfeccionó con un recorrido académica desde una escuela técnica, las de Bellas Artes y finalmente se graduó como diseñador de interiores.

Mientras estudiaba, se encontró con una pieza que cambiaría su manera de ver las cosas: “Empecé a investigar sobre el surrealismo a partir del álbum Artaud de El Flaco Spinetta”, dice Peccinetti.

Ratearse por la naturaleza

En busca de de desarrollar su carrera musical, Peccinetti se mudó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y vivió allí cinco años. Hoy cuenta que cada vez que podía iba a la Reserva Ecológica o a los Bosques de Palermo. A modo de reset, decidió volver a donde creció corriendo entre montañas de más de 2.000 metros de altura.

Ya en su Cuyo natal, impulsado por un artista de Seattle seguidor de su banda, el 17 de noviembre del 2012 hizo su primer collage. Desde ese momento, se despojó de sus prejuicios e inseguridades, no paró de compartir sus imágenes en redes sociales como Tumblr o Flickr. Y a través de Internet, sus obras trascendieron las fronteras y obtuvieron reconocimiento internacional.

Hasta La madrina del punk, Patti Smith, llegó a compartir uno de sus diseños. Peccinetti también expuso en el festival francés We Love Green, trabajó con la marca Gucci y, justo antes de la pandemia, se encontraba en Shangai, China, donde tuvo una exhibición para una empresa de moda.

Mendoza, Spinetta y National Geographic son algunas de las inspiraciones claves de Peccinetti.

Si bien Peccinetti comenzó a usar cannabis de joven, con el tiempo exploró en su relación completa con la planta. “En mi caso prefiero el aceite de cannabis o, en su defecto, las flores índicas. Con mi metabolismo y mi ser, las sativas me chocan. He tenido plantitas, me encanta cuidarlas y hasta tengo huerta. Hice aceites para mis padres. Ir por lo natural es lo mejor que hay”, le asegura el músico a THC.

Además, le gustaría que Mendoza se convierta en una provincia orgánica y productora de cannabis: “Acá están avanzando en diferentes proyectos. Se me ocurre que Mendoza tendría que ser una provincia totalmente orgánica, porque los colmillos de los empresarios ya están en la marihuana y si las grandes multinacionales se meten va a terminar siendo todo transgénico. Va a ser como pasa con el tabaco o las verduras”, sostiene sobre las producciones que no tienen una lógica agroecológica.

A los escenarios

Luego de los días más duros de la pandemia del coronavirus, Peccinetti pasó este año produciendo el disco de un amigo, mientras grababa y mezclaba todos los instrumentos. Pero también tiene tiempo para ensayar tres días a la semana con sus compañeros de Las Luces Primeras, el, proyecto para el cual nunca deja de componer.

“El mensaje que tiene es el del que hablo en todas las obras, abrirse interiormente, de imaginarte todo tu mundo, que en realidad el mundo material nos ciega del verdadero mundo, pasar de lo material a lo esencial”, invita sobre Alfa Dorada, de su álbum debut, que el próximo diez de diciembre será presentado en el predio de Camping, ubicado sobre la Avenida Del Libertador.

Por último, el multiartista cierra que “en general, las ideas llegan cuando estoy andando en bici o en el auto. Ahí grabo una melodía en el celular y cuando llego a casa la paso al bajo o a la guitarra. Ahora estoy trabajando mucho sobre loops de baterías vintage tipo soul, funk”.