Las plantas autoflorecientes son las preferidas para cultivar por la posibilidad de lograr cosechas con independencia del fotoperíodo. Incluso hay quienes las eligen para lograr una cosecha rápida mientras esperan las plantas regulares. Pero si estás transitando tus primeras experiencias de cultivo de autoflorecientes es mejor que tengas en cuenta en qué errores habituales no caer para garantizar una buena cosecha.
¿Cuáles son los errores comunes cultivando autoflorecientes?
Un error común cultivando autoflorecientes sería pensar que es más fácil que cultivar plantas regulares y desconocer las particularidades del cultivo con autoflorecientes. Porque así como hay ventajas de este tipo de crianza, también existen desventajas. Primero deberíamos saber que las semillas autoflorecientes tienen un funcionamiento específico: implica que las plantas florecen independientemente del fotoperíodo, y no son susceptibles a la contaminación lumínica. La floración de las autoflorecientes es a los 30 o 40 días de vida dependiendo de la variedad que se trate.
Realizar varios trasplantes
Teniendo en cuenta su particularidad, un error frecuente cultivando plantas autoflorecientes es decidir cambiar demasiadas veces de maceta a lo largo del ciclo de cultivo. Sobre todo para aquellas manos principiantes se recomienda no trasplantar las autoflorecientes. Si lo hacemos, entre el tiempo de recuperación perderán tiempo de crecimiento. Por eso se sugiere colocarlas en sus macetas definitivas que deberán ser de 10 litros o más, según la cantidad de horas de sol que perciban y el tamaño del espacio de cultivo, para poder obtener la totalidad de su potencial.
¿Qué pasa si una autofloreciente se estresa?
Otro error muy común puede ser no tener en cuenta que la autofloreciente es una planta muy sensible y de ahí la imperiosa necesidad de evitar estresarla. Así como se desaconsejan los trasplantes también es preciso tener cuidado con la sobrefertilización o la carencia de nutrientes. La exposición a temperaturas extremas o al ataque de plagas también son peligrosos. El tiempo de crecimiento de la planta autofloreciente es muy poco como para poder revertir este tipo de situaciones que ponen en riesgo el desarrollo y la cosecha.
En este sentido, se vuelve crucial no estresar la planta de cannabis en su primera quincena de vida cuando aún es una plántula. De lo contrario cometer un error podría causar problemas a futuro como estancarse en una planta enana de apenas 20 centímetros, o generar la pérdida de rendimiento cuando cogolle con poca potencia.
¿Es necesario usar un sustrato especial para autoflorecientes?
Por el riesgo a causar estrés a la planta autofloreciente, otro error usual que hay que evitar es relajarse con la preparación del sustrato. El sistema radicular de las plantas autoflorecientes prospera rápidamente, por eso recomendamos usar un sustrato poroso y aireado rico en nutrientes. Así se consolidará un entorno radicular suficiente para el buen desarrollo del ciclo.
¿Qué tamaño de maceta se necesita?
Un error habitual con el cultivo de autoflorecientes puede ser entonces elegir una maceta demasiado pequeña. Como decíamos antes, no debe ser menor a los 10 litros pero es importante también tener en cuenta la altura que pueden alcanzar las plantas según el espacio que le destinemos. A modo orientativo se calcula que cada 30 cm de altura se necesita una maceta de 7,5 litros.
Por lo general en indoor se suele recomendar usar macetas de 10 a 20 litros. En exterior por su parte, si tenemos sol directo todo el día, podemos usar macetas hasta de 30 litros para optimizar el desarrollo de la planta.
Regar en exceso
El exceso de riego es otro de los errores comunes del cultivo de autoflorecientes. Si no logramos precisión con la cantidad de riego y regamos de más retrasaremos de manera considerable el crecimiento de la planta en los primeros días.
Carencia de nutrientes
Por otro lado, la falta de nutrientes también puede constituir un error porque si tenemos en cuenta que las autoflorecientes son plantas más rápidas y pequeñas tenemos que darles sustento necesario. En este tipo de cultivo donde nos ahorramos los trasplantes y plantamos en una maceta definitiva, es importante pensar en el plan nutricional. Prácticamente el plan de nutrición deberá contar desde el principio y en simultáneo con los nutrientes que la planta precisa para la etapa vegetativa y la de floración.
En este sentido, podría considerarse un error no pensar en la utilización de micorrizas. Si estamos buscando el desarrollo de plantas sanas y de buen rendimiento no podemos dejar de usar estos hongos benéficos.
Podemos inocular micorrizas mediante el riego durante las tres o cuatro primeras semanas y así fomentaremos un mayor desarrollo radicular. Por consiguiente mejorará el crecimiento de la totalidad de la planta de cannabis autofloreciente y podremos aprovechar al máximo el tiempo limitado de crecimiento que tienen estas plantas.
El exceso de fertilización es otro error frecuente. Puede poner en serio riesgo a la planta autofloreciente que no cuenta con un período vegetativo largo. Por eso las posibilidades de recomponer el cuadro de estrés es bajo y es preferible fertilizar despacio.
No controlar el pH del agua de riego
Como en las demás plantas de cannabis, las autoflorecientes tienen una buena capacidad de absorción de nutrientes en un pH entre 5,6 y 7, es decir ligeramente ácido a neutro. Por eso hay que controlar que estemos dentro del rango óptimo de pH. Este varía del medio de cultivo: en cultivos donde la raíz está en un medio líquido, como hidroponía, debemos medir un pHh de 5.5. Hacia el final del cultivo en suelos orgánicos los más altos pueden medir 7.2.
Realizar podas
Podar las plantas también constituye un error común. No se recomiendan las podas apicales en el cultivo de plantas autoflorecientes, salvo que ya seamos expertos en este tipo de plantas, ya que podemos retrasar demasiado su crecimiento, que como sabemos es acotado.
En caso de que antes de comenzar la floración la planta se haya desarrollado bien en altura, sí se aconseja la defoliación y poda de bajos. Así podemos lograr concentrar la fuerza en las ramas superiores para generar la formación de cogollos más grandes. De la misma manera podemos aplicar métodos de guiado para controlar la altura y estructura como el LST, entrenamiento de bajo estrés.
Falta de ventilación y problemas de temperatura
La ventilación en exterior no suele ser un problema para el cultivo de cannabis, pero en interior sí lo es y requiere ventilación interna y recambio de aire (extracción e intracción). Si no nos ocupamos de que haya una buena circulación de aire, lentamente las plantas se pueden asfixiar. Quizá no mueran pero se reducirá la calidad de nuestra cosecha.
Causar estrés térmico es un error en el que podemos caer y está relacionado con la circulación de aire, la humedad ambiental y la temperatura. En cultivos de autoflorecientes en interior esto puede resolverse ajustando algunas variables. El objetivo es propiciar las condiciones del entorno para que no se estrese por exceso de calor o de frío así como exceso o carencia de humedad. En este sentido es conveniente averiguar más sobre el Déficit de Presión de Vapor (DPV)
Usar un fotoperíodo ineficiente
Un error común en autoflorecientes en indoor consiste en desestimar el fotoperíodo. Como vimos, las plantas autoflorecientes no dependen del fotoperíodo para florecer; en ese sentido podemos darles un fotoperíodo de 18/6 o incluso de 20/4 durante todo el ciclo de cultivo, para aumentar la fotosíntesis y de este modo optimizar su desarrollo y la cosecha.