El municipio de Tornquist entregó los primeros certificados a cultivadores de cannabis medicinal. Se trata de la segunda localidad del país en dar ese paso, inaugurado por San Antonio Oeste, en Río Negro.
A partir de ahora, las primeras 30 familias en obtener su certificado, podrán cultivar al amparo de la ley. Ocurre a más de dos meses que el Gobierno nacional oficializara la nueva reglamentación de la Ley de Cannabis Medicinal que permite el autocultivo.
Sin embargo, el Ministerio de Salud nacional aún no ha puesto en marcha el Registro Nacional. Algo que no parece ser un freno para que las localidades del interior del país avancen en el desarrollo de sus propias certificaciones que, acorde a la ley, funcionarán en coordinación con la reglamentación nacional.
Libertad en casa
Según los datos oficiales del Concejo Asesor de Políticas del Cannabis de Tornquist, ubicado en la provincia de Buenos Aires, en el día de ayer se otorgaron treinta certificados a cultivadores de cannabis para uso medicinal.
Estas personas ahora tendrán legalmente en su casa, o la de un tercero que designen, hasta un máximo veinte plantas repartidas en macetas de quince litros.
La nueva medida se ejecuta luego que en agosto del año pasado se sancionara la ordenanza municipal que así lo habilitaba.
El proyecto de ordenanza para habilitar a los cultivadores de cannabis fue aprobado por unanimidad y había sido presentado por los concejales Cristian Raising y Federico Labarthe, quienes fueron detenidos en una razzia generalizada meses atrás.
Según lo estipulado por la iniciativa, quienes quieran inscribirse en el registro de cultivadores deben presentarse en el Concejo Asesor de Políticas del Cannabis local con una receta médica que indique el uso de cannabis para un tratamiento y una copia del Documento Nacional de Identidad.
Quienes quieran inscribirse en el registro de cultivadores deben presentarse en el Concejo Asesor de Políticas del Cannabis local con una receta médica y su DNI
Podrán sumar la historia clínica de la persona, pero no se trata de un requisito no indispensable. Además, se exige la firma de una declaración jurada con el compromiso de no comercializar la cosecha.
“Hubo más de 70 anotados”, cuenta el concejal Raising sobre la expectativa que se generó por la posibilidad de cultivar cannabis de forma legalmente y que traspasó las fronteras de Tornquist.
“No pudimos entregar todos los certificados porque muchos de ellos eran de otras localidades. Lamentablemente, por ahora solo podemos dar habilitaciones a nuestra jurisdicción”, detalla Raising.
“Esperamos que esto crezca y cada vez más gente se sume al registro, para que se plante en condiciones de seguridad y sin que sean alcanzados por la ley de estupefacientes”, asegura.
Larga lucha
“Este registro se logró luego de un trabajo continuado del Concejo Deliberante con la sanción de distintas ordenanzas para instalar el tema. Nosotros queremos que tengan una terapia eficiente y usen un producto más seguro”, cuenta Raising.
No es una conquista circunstancial: la nueva reglamentación nacional reconoce los registros consumados, como el presente de Tornquist. Es decir, que seguirá funcionando en coordinación con el futuro Registro Nacional.
La nueva reglamentación nacional reconoce los registros consumados, como el presente de Tornquist. Es decir, que seguirá funcionando en coordinación con el futuro Registro Nacional.
Si bien ahora la localidad bonaerense es un faro de avance de derechos en el país, no siempre estuvieron de festejo. Hace casi un año, en marzo de 2020, los concejales Raising y Labarthe fueron detenidos por la Gendarmería Nacional por la tenencia de plantas de cannabis.
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Fue parte de un “mega operativo” encabezado por el fiscal Mauricio Del Cero, luego que una pareja de jubilados fuera detenida por la posesión de unas diez plantas para uso medicinal.
Los concejales fueron detenidos en el operativo en la sede del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria local, donde habían llevado varias plantas de usuarios atemorizados por el operativo.
Luego de una masiva protesta, Raising y Laberthe fueron liberados a los pocos días. “La detención fue un momento feo, pero nos dio la energía suficiente para seguir en el tema”, asegura Raising. “Ya entregamos los primeros treinta certificados para cultivar, el trabajo da sus frutos”.
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