La fertilización foliar es una técnica que nos puede sacar de un apuro si estamos frente a una carencia de nutrientes. Muchos creen que la única forma de abonar nuestros cultivos es a través de las raíces: esto es un error, también se puede hacer a mediante las hojas.
Si bien la fertilización foliar no puede reemplazar la fertilización clásica en su completitud, sí es un excelente complemento para dar un plus de nutrientes en casos de emergencias o en etapas específicas del proceso de cultivo. Veamos un poco más a fondo esta técnica.
¿Cuándo hacer fertilización foliar?
Empecemos por explicar que la fertilización foliar consta de rociar las hojas con una solución de agua y nutrientes. Este método se utiliza más que nada cuando notamos una carencia de nutrientes, un problema que necesita una solución rápida. Lo que ocurre en estos casos es que, si abonamos directamente sobre el sustrato, los nutrientes tardarán en llegar a las hojas, por lo tanto tardarán también en ser procesados y en surtir sus efectos.
Es por esto que se recurre a la fertilización foliar, porque nos permite aplicar directamente sobre el follaje esos nutrientes que nuestra planta demanda. De esta manera, no corremos el riesgo de que la absorción se ralentice como puede suceder con la fertilización clásica.
Otro de los momentos en los que se puede utilizar este tipo de abonado es para aportar un plus de nitrógeno durante el vegetativo, ya que es un nutriente se necesitan en cantidad durante esta etapa del cultivo. Lo mismo sucede con el potasio y el fósforo durante la floración: podemos utilizar la fertilización a través de las hojas para que estos suplementos estén disponibles en abundancia.
No por esto debemos dejar de fertilizar a través del sistema radicular. La fertilización foliar es solo un complemento. Es muy importante comprender esto.
Factores climáticos que influyen en la fertilización foliar
Ya sabemos en qué momentos se hace necesario utilizar el abonado foliar, ahora analicemos los factores climáticos que contribuyen a mejorar la absorción.
Las hojas absorben la solución nutritiva a través de la cutícula, y principalmente a través de los estomas, que se encuentran en el envés de las hojas. La cutícula contiene pequeñas grietas por donde ingresa el agua y los nutrientes. Los estomas, por su parte, son una especie de poros que se abren y se cierran en distintos momentos del día.
En este sentido, la temperatura que haya al momento de realizar la fertilización foliar va a influir. ¿Por qué? Porque los estomas tienden a abrirse por la tarde, cuando la temperatura disminuye, lo que favorecería la absorción de los nutrientes. Además, si realizamos este tipo de abono en momentos de mucho calor, la solución se evaporará antes de poder siquiera ingresar en los estomas y la cutícula. A su vez, la excesiva luz solar hace que se degraden algunos nutrientes como el hierro, por lo que sería óptimo evitarla.
La fertilización foliar se ve favorecida por la humedad, ya que en climas húmedos disminuye la probabilidad de que se evapore el agua y aumenta la hidratación de las cutículas, lo cuál beneficia al proceso.
También debemos evitar fertilizar en días de lluvia, ya que el agua de la tormenta barrería todos los nutrientes que acabamos de aplicar. A su vez, el viento puede perjudicarnos porque haría que las gotitas que estamos pulverizando se vuelen. Evitar el viento nos ayudará a que llegue la mayor cantidad de producto a las hojas.
Otro factor importante: la solubilidad
Es primordial que los nutrientes estén bien disueltos en el agua, ya que únicamente a través de ella las hojas pueden realizar la absorción de manera adecuada. Consecuentemente, utilizar nutrientes solubles se vuelve esencial.
También, es importante que nuestra solución tenga coadyuvantes, para que las gotas se adhieran mejor y se dispersen de manera equitativa en las hojas. Hay distintos tipos de coadyuvantes, muchos utilizan aceites minerales o vegetales e incluso detergentes. Basta con agregar 10 ml de estos coadyuvantes en la mezcla para mejorar la absorción
¿Cómo realizar la fertilización foliar?
Una vez que hayamos elegido el fertilizante adecuado para la carencia que queramos resolver, es momento de aplicarlo. Los abonos pueden ser tanto minerales como orgánicos. En caso de que hayamos elegido los minerales, es conveniente que realicemos primero una prueba en algunas de las hojas para ver como reaccionan a la solución.
Debemos aplicar y esperar un día, y en caso de que las hojas no presenten signos negativos, aplicamos el fertilizante en el resto del follaje. Si, por el contrario, vemos que las hojas se han visto afectadas, las enjuagamos y aplicamos nuevamente la solución, pero en menor medida.
Para la fertilización foliar, resulta óptimo utilizar un pulverizador a presión, ya que permite la salida de gotas mas pequeñas y finas, ideales para esta técnica. También debemos prestar atención a la boquilla del pulverizador, procurando que sea circular.
Debemos rociar ambos lados de las hojas con movimientos ascendentes y descendentes, yendo de abajo para arriba. Pulverizar hasta el goteo para aprovechar al máximo el producto.
¿Cuál es el mejor abono para la floración?
Si queremos aplicar la técnica de la fertilización foliar en el momento de la flora, es importante que elijamos el abono adecuado, uno que aporte todos los nutrientes que nuestra planta necesita en esta etapa tan importante del cultivo. En floración, la planta demanda especialmente al potasio y el fósforo, y uno de los mejores fertilizantes para aportar estos nutrientes es el guano de murciélago.
Podemos realizar un té de guano: basta con colocar dos cucharadas de guano en cuatro litros y medio de agua. Dejamos que la mezcla se asiente y revolvemos dos veces al día. Luego, podemos aplicar el preparado cada 15 días para evitar sobrefertilizar. Debemos colocar una parte del té en tres de agua.
¿Cuándo empezar a echar líquido de floración?
El mejor momento para empezar a abonar es durante la prefloración, que es justamente el instante previo a la flora. La prefloración inicia con el cambio del fotoperiodo, cuando comienzan a disminuir las horas de luz con el inicio del verano. Este es el momento perfecto para fortalecer nuestras plantas con fertilizantes, de manera que enfrenten la floración con buena salud y los complementos necesarios.